viernes, 22 de julio de 2011

... PABLO PAZ (Noviembre 2010)



Hace más de mil años un virus letal acabó con la raza que poseía la capacidad para pensar. Algo superior le ofreció una nueva oportunidad, y cumpliendo el dicho que asegura que esta raza es la única que tropieza dos veces con la misma piedra, o virus, el “yoismo” vuelve a hacer estragos. Más de mil años después, un grupo de sabios encabezado por “Pau Pau” crea un concurso, para el cual serán seleccionados cinco seres de esta raza afectados gravemente por la enfermedad. Estos serán llevados a situaciones límite, de las que sólo podrá sobrevivir el más fuerte. En esto consiste el planteamiento de “Águilas en el jardín” primer proyecto teatral de la productora que lidera Pablo Paz. La temporada pasada tuvimos la oportunidad de ver esta misma obra en la Sala Tarambana y actualmente ha prorrogado su permanencia en cartel en el Teatro Arenal. Hemos hablado con el joven y emprendedor actor en una conversación en la que, como no podía ser de otro modo, también ha metido baza el sabio (que no sabihondo) Pau Pau:


Pregunta: ¿Existe algún antídoto para el “yoismo”?


Pablo Paz: Sí, existe. Rotundamente.

Pregunta: ¿Cuál es?


Pablo Paz: Ver más allá y dejarse aconsejar por el gran sabio “Pau Pau” (risas)

Pregunta: ¿Cómo podemos ver más allá. Qué tenemos ante los ojos que nos lo impide?

Pablo Paz: Pau Pau nos cuenta que ese mal, que produjo el exterminio a esa raza que poseía la capacidad para pensar, actuaba en sus cervicales y las agarrotaba hacia delante, entonces, las dejaba inmóviles de por vida y sólo podían verse el ombligo. Con lo que, se ha de hacer el esfuerzo por escuchar y ver más allá, levantar un poquito la cabeza y la vista.

Pregunta: ¿Por qué no somos capaces de levantar la cabeza, algo tan simple?

Pablo Paz: ¿Nosotros o esa gente que sufrió el mal? (risas)

Pregunta: Bueno, según parece eso mismo ha vuelto a ocurrir...


Pablo Paz: Sí, vuelve a ocurrir dice la obra (risas) Si esta fábula la trasladamos a la actualidad, todo va tan rápido a veces, que creo que la vida se nos adelanta... va por delante de nosotros que vamos un poco a rebufo de la vida, que decimos los gallegos... Hay que pararse...

Pregunta: Eso nos aconseja Pau Pau..

Pablo Paz: Sí. Pau Pau es uno de los pocos sabios que quedan de aquel exterminio y deciden, a través de un gran evento, hacer llegar el mensaje al pueblo; eso sí, al evento en sí, que es el gran concurso “Águilas en el jardín”, ante la gran convocatoria que tiene, porque se apunta todo el mundo, ellos hacen un estudio minucioso y eligen a los que ellos estiman que están más afectados por ese mal. Con lo que tras una larga selección, eligen a Mary una señorita de alta alcurnia, al niño Pez, que es un niño del que la gente se ríe mucho, a Calefa, un Yonki o un afectado por las adicciones, a Teresita una chica que es muy muy buena persona, ella sólo es buena persona y a Gian Carlo, un italiano que tiene un gran Don para las artes de seducción; estos son los cinco elegidos para el concurso...

Pregunta: Pero dices que Teresita es muy buena persona...


Pablo Paz: Es muy buena persona, muy nerviosa también pero muy buena persona...

Pregunta: ¿Entonces cómo le afecta ese mal?

Pablo Paz: Le afectó, de hecho algunos piensan que no tienen ese mal, pero sí lo tienen... Teresita, hace un tiempo que piensa que la gente no la tiene en cuenta, digamos que ese mal le ha hecho pensar que a la única que no se la tiene en cuenta es a ella.

Pregunta: Con lo que ese mal no sólo implica el hecho de hacer mal a los demás, sino a nosotros mismo, porque lo que le ocurre a Teresita es que le falta autoestima ¿no?

Pablo Paz: Sobre todo es eso. Ese virus te acaba autodestruyendo.

Pregunta: Tú interpretas a estos seis personajes...


Pablo Paz: Lo intento, a veces ellos se meten y hacen lo que tienen que hacer... Hay veces que uno controla el caballo y hay veces que tiene vida propia, porque necesitan expresar todo eso que llevan dentro y que han de decir...

Pregunta: Supongo que cuando ellos toman las riendas, se produce la magia del teatro...


Pablo Paz: Ahí está. Cuando ellos salen son los que... Pau Pau es el encargado de contar la historia, pero ellos son los protagonistas, al fin y al cabo, porque sin ellos no habría historia.

Pregunta: ¿De dónde te llegan los ecos de esta fábula?

Pablo Paz: (risas) ... Empezando por los tiempos que estamos viviendo, en cuanto nos descuidemos casi la vida es un reality, todo intenta ser reality... llega un poco de ahí, de esa necesidad que tiene la sociedad de tener, por un lado a los sabios, a estas personas que lo saben todo y que te dicen cómo tienes que hacerlo, cosa de la que también estamos un poco cansados... Eso por un lado, y por otro, un poco a la velocidad que vamos... A ver, yo soy de pueblo, entonces, cada vez que vuelvo al pueblo descubro muchas cosas que se tendrían que volver a recuperar, el vivir de la mañana a la noche, tal y como se vive en los pueblos, hacia uno mismo o hacia lo que la velocidad que tenemos fuera nos está imponiendo... entonces, esta necesidad nace de todo esto... Señores, tenemos que escuchar, hay que ver un poquito... todo esto, mezclado en una comedia llevada un poco al límite...

Pregunta: Comentas que también estamos un poquito hartos de que nos digan qué tenemos que hacer, ¿Puede ser que no sabemos del todo distinguir entre el sabio y el “sabihondo”?


Pablo Paz: Claro, eso es como las imitaciones de los chinos... está todo plagado de imitaciones... Yo creo que los sabios, de hecho... O sea, un sabio es el que no aconseja; un sabio es el que a través de su experiencia la gente puede llegar a aprender determinadas cosas... Yo creo que en estos momentos estamos muy rodeados de esta gente que te dice cómo se hacen las cosas y sobre todo, de qué manera lo estás haciendo mal... y sin embargo muchas veces ves, si te detienes a observar a estos sabios, que en la mayoría de los casos esto que predican no se lo aplican para nada, sin ánimo de desvelar nada de la obra, de lo que le pasa a Pau Pau, que predican y predican, que dicen has de hacerlo así... pero después ellos no lo hacen... entonces te preguntas ¿Por qué me transmites el mensaje a mí, con esta urgencia si tú no lo estás haciendo? Se mezcla todo un poco... entonces qué es, ¿sabiduría o necesidad de controlar?...

Pregunta: Necesidad de controlar... ¿somos marionetas?


Pablo Paz: A veces, si nos ha atacado el virus, si estamos infectados ya por el “yoismo” podemos ser marionetas...

Pregunta: ¿Por qué estos personajes con estos caracteres. Por qué el Niño Pez, Teresita, Gian Carlo...?


Pablo Paz: Mira cuando nos llegaron las solicitudes (risas) mandamos a un equipo a observar desde lejos a cada una de estas personas. Mary, por un lado, lleva sangre azul, o casi... Es una chica que ha vivido, ha nacido bajo una educación muy férrea, con unos principios muy arraigados, pero ella misma ve que en estos tiempos en los que le ha tocado vivir, no puede con ellos... Es una chica con muchos deseos, está llena de deseos, muy inteligente, pero tiene siempre que estar metida en ese corsé de las formas... Entonces, Pau Pau y sus sabios, intentan ver de qué manera Mary se le escapa un poquito, por eso es seleccionada; por eso y por el gran deseo que tiene. Después tenemos a Gian Carlo, el italiano, con unas artes de seducción tremendas; es una persona que se mueve en la vida siempre bajo el manto de la seducción, de hecho estamos rodeados de este tipo de personas, entonces, quieren probar hasta qué punto puede llevarlo la capacidad de seducción que posee; Calefa es una víctima o no, de la sociedad; Calefa cayó en las adicciones y él dice que se droga porque la vida le duele mucho, entonces necesita anestesiar ese dolor, por un lado es muy tierno pero los sabios también quieren darle la vuelta a ese punto de las adicciones, dónde está el límite de dejarse llevar o no, actuar contra ello o hacia ello, mejor dicho; También tenemos al Niño Pez, es un niño que del que siempre se han reído, un niño que ha tenido que desarrollar en su cabeza a varios niños peces, porque le llaman “El horrible niño pez” y ha tenido que desarrollar varios niños peces, para que lo protejan, entonces, tiene vocecitas, habla con gente, con sus otros niños pez; y por último, nos queda Teresita, que es una chica que se ha buscado mucho a sí misma, es muy nerviosa, ha hecho miles de técnicas de conocimiento personal y trabajo hacia ella, porque es muy buena persona, pero claro, dentro de esta bondad que tiene, que ella cree que tiene, ha olvidado dar y no querer continuamente recibir... entonces, también dentro de esa bondad, intentan hacerle ver que hay que pedir menos y dar más, porque también eso es algo que nos pasa a veces... ¿qué es la bondad? Es dar sin esperar nada a cambio, supuestamente... Pero muchas veces, encuentras a personas intoxicadas de “doydoydoydoy”... pero si no recibo nada a cambio, nada doy... (risas)... Entonces, claro, Teresita tiene que pensar... A estas personitas, después de un gran estudio, se las selecciona para un concurso en el que serán puestas al límite, van a intentar demostrar que ese virus está en ese cuerpo y el público verá hasta dónde pueden llegar los afectados por el “yoismo” Ése es el mensaje de salvación hacia la gente...

Pregunta: Ahora le preguntamos a Pablo Paz; Supongo que ha sido complicado “ser” tantos personajes...


Pablo Paz: Sí (risas) por un lado ha sido un trabajo muy satisfactorio, un trabajo que he llevado a cabo con Quique Guaza, el codirector, donde los personajes salen a través de la improvisación, es decir, los personajes salen de uno mismo; no son personajes que vienen de antemano fijados, no salen, están dentro; de alguna manera quieren hacerse ver. Ha sido complicado “el concurso” el gran momento donde están los cinco participantes al mismo tiempo (risas) Eso ha sido lo difícil, pero ya hemos llegado al punto donde ellos toman su propio espacio, ellos van al teatro a decir lo que tienen que decir y ya se va disfrutando...

Pregunta: Te ha costado disfrutar en ese instante...


Pablo Paz: Sí, no te lo voy a negar, y también hay otra cosa muy buena, a la que no estaba acostumbrado, y es que, en todo momento la función te exige tener que estar en el momento exacto en el que estás, no puedes situarte ni más delante, ni más atrás...

Pregunta: Es muy complicado no traspasar esa línea...

Pablo Paz: Lo es, pensar en determinados momentos, lo que te queda por delante, o lo que ya has pasado... es muy peligroso, porque si te vas ahí, puedes perder por un momento las riendas... Por eso, una vez van llegando los personajes, cada uno tiene su “timing”, lo mejor es tomárselo con calma y disfrutar de ellos... ha sido un trabajo muy interesante, tanto con Quique Guaza como con el guionista, José Luis Corrales.

Pregunta: No sé si también personalmente, pues seguro que algunos de los personajes te han ayudado un poquito a “descubrir” el virus en ti... (risas)

Pablo Paz: (risas) Entre tú y yo, Sí todos tienen algo de mí. Cuando estás trabajando con este tipo de creación, a través de la improvisación, quizás al principio piensas que no, pero sí, realmente siempre hay algo que pertenece a ti, que le estás regalando al personaje...

Pregunta: ¿Siempre supiste o quisiste dedicarte a la interpretación?

Pablo Paz: Ser consciente de ello, realmente, creo que lo fui siendo cuando empecé en Arte Dramático, a medida que iba haciendo curso tras curso, creo que fui consciente de que quería ser actor y de necesitar expresarme; pero cuando era pequeño bailaba, me habían becado para el conservatorio... siempre he estado muy relacionado con el mundo del arte, supongo que la interpretación, el hecho de ser actor, iría por debajo, aunque en su día, también tendría que ver que el hecho de vivir en un pueblo, en Galicia y dedicarse al arte, era una segunda opción, siempre, primero debías tener tus estudios, tu profesión seria, por decirlo de algún modo, antes de dedicarte a esto.

Pregunta: ¿Te formaste como actor en Galicia?

Pablo Paz: No, estudio ballet clásico en La Coruña y de allí vengo a Madrid en una gira y recuerdo que cuatro días antes de que ésta concluyese, hice las pruebas para la escuela de arte dramático y me acuerdo que el día en el que nos dijeron “nos volvemos a Galicia” me llamaron para decirme que me habían aceptado en la escuela y me quedé; pensé que eso quería decir algo y lo dijo. Llevamos doce años en Madrid, que se dice pronto.

Pregunta: Pero también has vivido y trabajado en Argentina...

Pablo Paz: Sí, es una experiencia recomendable para todo el mundo. Fue poco después de terminar Arte Dramático, en ese proceso en el que empiezas a hacer castings, pruebas... y siempre audicionar un papel es exponerte a un Sí o un No. Entonces, llegó una temporada en la que todo eran “noes”... con lo que pensé que quizá necesita refrescar conocimientos, que quizá me faltaban probar otras cosas, conocer a otras gentes, conocer otras maneras de hacer lo que a mí me gustaba, y me fui un año a Buenos Aires... y fue increíble... Aprendí mucho de la vida...

Pregunta: Y también supongo del teatro, de la forma de hacer sobre todo, tan distinta a España...

Pablo Paz: Sí, claro... el teatro allí me parecía tremendo... los cursos, los profesores... Hay un detalle que se me ha quedado grabado: Cuando estuve allí, el lunes era el día del espectador en el teatro, (lunes o martes) en la Calle Corrientes, que es donde estaba el gran volumen de teatros, paseabas ese día por allí, a las siete u ocho de la tarde, y veías a todos loas teatros con la gente haciendo su cola; recuerdo que un día vi llegar a una pareja de señores mayores, de setenta o más, y se pusieron a contar a la gente que había en la fila y cuando llegaron al último, dijeron “uy, no, aquí ya no entramos” y se pasaron al teatro que seguía, a la siguiente fila... Es decir, ellos iban al teatro, y aunque en una función no pudiesen entrar, ellos habían ido a ver teatro e iban a entrar a la siguiente función... Eso me impactó mucho, la cultura que tienen de ir al teatro asiduamente, es algo que forma parte de sus vidas de una manera que a lo mejor aquí no lo es... No es un arte del que dicen que siempre está en crisis, pero a la vez, nunca morirá, porque es una magia que se produce en directo, pero que habría que darle un empujoncito...

Pregunta: A veces he escuchado que en Argentina la distancia entre el escenario y la sociedad no existe, en cambio aquí esa distancia sí está presente...


Pablo Paz: Sí, estoy de acuerdo. Para los argentinos, el teatro forma parte de su vida, sin embargo aquí es algo que consideramos ocio...

Pregunta: Y no cultura...


Pablo Paz: No vamos a generalizar, pero sí hay mucha gente así, aunque hay mucha otra que lo valora, pero realmente creo que muchas veces no se valora como tal... Supongo que será esa falta de costumbre...

Pregunta: Has sido un auténtico emprendedor, tu primera compañía se llamó “A la cara teatro”...


Pablo Paz: Sí, “A la cara teatro” se creó cuando terminé Arte Dramático. Éramos Quique Guaza, Carmen Ruiz, Susana Rubio y yo; nosotros estudiamos en la escuela de Cristina Rota y allí formábamos parte del espectáculo “La catarsis del tomatazo”. Al salir, nos dimos cuenta que “La catarsis...” nos había dado la experiencia de poder montar una compañía y nos liamos la manta a la cabeza e hicimos tres funciones con la compañía. Después me fui a Argentina y recién llegado, no sé por qué, cambiamos del “no” al “sí” y a las tres semanas apareció la audición de “Amar en tiempos revueltos” y ahí comenzó “la era del Sí” (risas)

Pregunta: ¿Podemos decir que ha habido un antes y un después de “Amar en tiempos revueltos”?


Pablo Paz: O de Argentina... no sé... “Amar en tiempos revueltos” ha sido un máster del oficio increíble... trabajar en una serie diaria al ritmo que se trabaja ahí, una serie de época que también te exige estar muy alerta... No es una serie en la que puedas improvisar para nada, los guiones están totalmente vigilados en cómo se hablaba... Han sido tres años... imagínate... Tres años con “Jacinto” y “El Morocco”.... He aprendido muchísimo, he conocido a gente fantástica porque además es una serie por la que está pasando casi toda la profesión, de hecho mis amigos de hoy en día, muchos de mis amigos salieron de la serie... A veces pienso que he tenido mucha suerte con ese “sí”...

Pregunta: Y ahora sigues en la brecha con otra productora “Pau Pau Producciones”...

Pablo Paz: Sí, esto nace hace un año, más o menos... Después de todo, de “Amar en tiempos revueltos” salieron unos proyectos en el cine que se estrenan dentro de poco... y también había una necesidad de crear... siempre he visto, con la gente con la que he trabajado, que todos en cierta forma tenemos necesidad de crear proyectos propios, está muy bien que te llamen, entrar a formar parte de proyectos que vienen de fuera, pero había una necesidad de decir “vamos a hacer nuestras propias creaciones y a ver cómo podemos llegar al público”. Así nace “Pau Pau producciones” con sus primeras tres producciones: “Águilas en el jardín”, “A solas con Chola”, una serie que se puede ver en estos momentos a través de internet y “Pau Pau Purito Despecho”, la parte de música que quedaba por salir... Hace tres años que empecé en la escuela de música creativa y digamos que también de eso va saliendo algo... nos hemos puesto a jugar un poco con la música, con la canción y creo que es otro sitio donde nos divertimos mucho.

Pregunta: Hace un año emprendéis un nuevo camino, en unos tiempos difíciles... Os gusta el riesgo...

Pablo Paz: Si te soy sincero, todo nace de un momento muy difícil... Yo creo que el artista siempre, sobre todo al principio, los diez o quince primeros años estás caminando por esa delgada línea de “podré vivir de ello o no”... entonces llega un momento en el que esa pregunta empieza a hacer un poco de daño, porque si te tienes que cambiar, yo en su día estuve trabajando en un despacho de arquitectura, era delineante... pero claro, ahora no me puedo plantear volver a ello... Entonces nace esa necesidad de apostar, sobre todo en el momento en el que estamos, donde hasta el arte está comenzando a ir muy rápido, en las series de televisión, por ejemplo, grabas a una velocidad de vértigo, se ponen dos capítulos y si no funciona, si no tiene un share determinado, fuera...

Pregunta: Eso también es muy injusto...

Pablo Paz: Y es injusto, incluso para el espectador, e incluso veo hasta un puntito de falta de respeto; se ha de esperar a que la gente lo vea... el consumidor es el que necesita su tiempo para hacerse al producto, y no lo dejamos... Y por otro lado, en este cambio que se está produciendo, internet viene pegando muy fuerte. Creo que va a llegar a un punto en el que internet también va a ser la televisión a medida del espectador que podrá ver lo que quiera ver, y en el momento que quiera verlo... Entonces de toda esa conjunción nace un poco el impulso para apostar por nuestra “cosita propia”, por nuestras producciones y por llegar a que “Pau Pau Producciones” tenga su sitio propio y que cuando la gente quiera ver un determinado tipo de cosas, sepa dónde está nuestro canal y pueda echarse unas risas con “A solas con Chola” o ir al teatro o incluso hasta escuchar música...

Pregunta: ¿Es fácil llegar al público?

Pablo Paz: Sí... Con honestidad y cariño se llega siempre, puedes hacer cosas mejores, peores... Cosas que gusten mucho, cosas que no gusten nada... pero siempre ese vínculo, sobre todo en el teatro, está ahí, directo... Creo que a veces, nos dejamos intoxicar mucho por cómo están las cosas, entonces, uno lleva en la cabeza querer llegar a todo el mundo, porque sino es así, fracasaremos... o no... uno de los capítulos de “A solas con Chola” tiene como tres mil reproducciones, lo han visto como tres mil personas, es todo un lujo... Poco a poco... Honestamente creo que sí, que se puede llegar a la gente... La gente sí te presta tres minutos de su atención, lo que pasa es que en esos tres minutos tienes que llamar la atención de esa gente...

Pregunta: Tres minutos, ¡Qué difícil!

Pablo Paz: Sí pero al mismo tiempo en esta época en la que te bombardean con publicidad “compra, compra, compra”... la gente sí es proclive a detenerse y preguntarte ¿qué quieres venderme?... Aún no estamos en el tiempo de “mira, no me cuentes nada”... Y sí, tres minutos, ahí está el “Quid” de la cuestión, enganchas o no enganchas.

Pregunta: En este primer año, el balance ha sido positivo ¿no?

Pablo Paz: Ha sido positivo como creadores, con respecto a la ganancia, aún es negativo, hay que dar los pasos que hay que dar, hay que apostar mucho... y en principio hay que lanzar mucho a la vida para que ésta, cuando lo estime oportuno, empiece a devolver... También te digo que “A solas con Chola” nos ha dado muchas alegrías, Pau Pau canción, rama música, nos está dando muchas alegrías y “Águilas en el jardín” ahí está, poquito a poco, sin prisa pero sin pausa, ahí va, además se está cerrando una gira por España, vamos despacito, pero avanzamos...

Pregunta: Así que estáis escuchando atentamente las palabras del sabio...

Pablo Paz: Bueno (risas)... no tanto, que yo conozco el final de la historia (risas)

Pregunta: Con lo que el premio no es tan bueno ¿no? Y puede hacernos perder la cabeza...

Pablo Paz: Y puede hacernos llegar a un mensaje más claro... Lo que pasa es que los organizadores del concurso se dan cuenta de que el premio es muchísimo dinero que supondrá la venida de generaciones y generaciones que no tendrán que dar un palo al agua... y claro, todo el mundo se apunta a ello... lo que pasa es que nadie pregunta qué hay que hacer para conseguir ese premio, nadie... cosa que también a Pau Pau le parece muy curioso...

Pregunta: Y eso no es valentía, ya es inconsciencia...

Pablo Paz: Es un poco... que el virus nos ha invadido y en un porcentaje muy alto... Así que al finalista le espera una gran sorpresa...

Sofía Basalo.

viernes, 15 de julio de 2011

... CELIA NADAL (Febrero 2011)



Hace más de diez años, Carlos Sobera y Angels Gonyalons estrenaron en el Teatro Infanta Isabel “Palabras encadenadas”; obra de Jordi Galcerán que en 1995 recibió el XX Premio Born de Teatre y en 1996 el Premio de la Crítica Serra D’or a la mejor obra en lengua catalana. Hace dos años, los miembros de la compañía de teatro La Ruta, eligieron este ingenioso texto para celebrar su décimo aniversario. En enero de 2011 este nuevo montaje ha llegado a Madrid, interpretado por Celia Nadal y Javier Manzaneda, bajo la dirección de Juan Pedro Campoy. Hemos charlado con Celia Nadal, una mujer llena de energía y pasión por el teatro que da vida a Laura en este nuevo e íntimo montaje:


Pregunta: ¿Qué verdad busca Laura?

Celia Nadal: Lo primero y ante todo, Laura busca salvar la vida, porque la historia comienza en un sótano en el que Laura está secuestrada por Ramón; con lo que su objetivo principal es salvar la vida. A partir de ese momento, cuando se empieza a desvelar que esos dos personajes han tenido una relación anterior, Laura se empeña en buscar por qué hubo tanta mentira, tanto engaño y tanta miseria... Ramón, por su parte, lo mismo, claro.

Pregunta: “Palabras encadenadas” es una obra muy intensa que reflexiona sobre la falta de emociones básicas como la bondad, la lealtad, el amor... Unas emociones que tal vez hoy en día echamos en falta...

Celia Nadal: Sí, mira la verdad es que todos tenemos una reflexión que nos hacemos como actores y que nos hicimos en su momento en el proceso de ensayos. Todos tenemos una parte diabólica, enfermiza, llena de trapos sucios, de zonas negras... y Tenemos también una parte maravillosa, luminosa, donde están todos los valores que has dicho... En esta función, lo magistral del texto es que se pone todo sobre la mesa. Aparece todo, lo que nos une y lo que nos distancia; lo que nos hace amarnos y lo que nos hace odiarnos hasta intentar matar al otro... En ese sentido, el texto es fabuloso... está más que premiado y con razón...

Pregunta: El trabajo para dar vida e interiorizar esos personajes, ha debido de ser más que arduo... No sólo como actores, sino también como seres humanos, no sé si habréis tenido que escarbar en vosotros mismos, investigar en tantas emociones...

Celia Nadal: Sí, buceas, buceas mucho... lo que pasa es que esto es un privilegio... Es una aventura y cuanto más te expongas tú, más vas a llegar al público, más les vas a hacer disfrutar y encontrarse consigo mismo... A parte de que esta profesión es un lujo, una maravilla... No un lujo en el sentido económico, que todo lo contrario (risas)... Pero es un privilegio, humanamente hablando es un privilegio... Y esta función más todavía... Un bis a bis con tu compañero... Es fabuloso...

Pregunta: Adivinamos en ti una auténtica pasión por el teatro... ¿Quizá es una forma vida, quizá sea algo que sin la pasión que demuestras es complicado hacer?

Celia Nadal: Necesariamente. La verdad es que no corren buenos tiempos para nada, pero para los temas artísticos, menos todavía, porque... claro, siempre hay que priorizar y se empieza por la barriga, es normal... y entonces la cultura se queda como un poquitín rezagada... Pero sí, es lo que has dicho, o te empuja la vocación y la pasión o esto no hay quién lo haga, porque es un porcentaje ínfimo el que consigue vivir por encima de los niveles de dignidad, así pues, hay que amarlo, hay que amarlo para enamorarse cada día, porque si no...

Pregunta: Aún así, diez años con “La Ruta”... ¿Cómo ha sido esa “ruta”, por qué senderos, por qué caminos os ha conducido, apostando siempre por autores contemporáneos y españoles como Antonio Álamo o Ernesto Caballero?

Celia Nadal: Sí, aunque también clásicos... “La Ruta” que es la compañía de Juan Pedro Campoy y además el director de esta función, es una compañía con la que Javier Manzaneda y yo estamos trabajando desde hace montones de años y tratamos de encontrarnos siempre que podemos, porque también, al hilo de lo que hablábamos antes, muchas veces te encuentras con la necesidad de compaginar varios proyectos, de trabajar con varias compañías, de crear la tuya propia... y entonces, Juan Pedro ha luchado contra viento y marea durante los últimos diez años y por fin, le llega el reconocimiento, y es que lo que hace está bien hecho y se lo dicen... Se lo dice el público, se lo dice la crítica... tiene que estar orgulloso y nosotros más, de estar a su lado...

Pregunta: Sois una compañía murciana, ¿Es complicado entrar en Madrid?


Celia Nadal: Sí lo es... Es complicado con una compañía madrileña, imagínate con una compañía murciana... Es muy difícil porque hay muchísima oferta, hay mucha gente que adora este trabajo y que se deja la piel... Pero creo que es una cuestión de persistir... Nosotros en general, las compañías independientes, tenemos la visión de que las funciones tienen como dos añitos de vida, y sin embargo fíjate, con “Palabras encadenadas” llevamos dos años luchando para poder hacerla y a los dos años empieza a vivir, en un teatro, en el centro de Madrid y con razón...

Pregunta: Comentas que hay mucha demanda, mucho amor por esta profesión, pero ¿no creéis que priman otras cosas en la sociedad y en el teatro como espejo de esa sociedad?...


Celia Nadal: Creo que hay tantísima oferta... hay demanda de teatro, pero hay muchísima más oferta que demanda de teatro, desde mi punto de vista... Y creo que las compañías o los profesionales del tema, cuando vemos claro que deseamos hacer una cosa, nos lanzamos a hacerlo aunque nos vayamos a arruinar... El resultado es que al final, el sesenta o setenta por ciento, se arruina... Pero te dejas todo, como si te pudieras morir en el intento... Entonces, quizá esto es algo que debíamos todos reflexionar un poquito porque hay veces que compartimos inquietudes con otros y sin embargo no llegamos nunca a unirnos, para decir, “bueno vamos a unirnos porque todos tenemos la misma inquietud...” Ahí queda la reflexión en el aire...

Pregunta: Estimas que en el gremio no hay unión. Algunos intérpretes con los que he charlado, me han comentado eso mismo, que quizá no debería haber tantas compañías pequeñas, sino una mayor que diera cabida a todas...


Celia Nadal: Bueno, una... sería demasiado... Pero sí se hacen intentos de unión temporal de empresas o de coproducciones... y ahora mismo, con este momento de crisis todo el mundo intenta buscar nuevas fórmulas, en las que arriesgando menos, puedas compartir el beneficio con otras compañías... luego también, en realidad, es muy difícil para las compañías independientes luchar con una oferta de mercado en la que hay mucho cabeza de cartel y grandes aparatos... estoy hablando de musicales, o de grandes funciones, que la mayoría son fabulosas, no lo pongo en duda; pero hay otro tipo de teatro, entonces acostumbrar al público de que hay un teatro de pequeño o mediano formato con mucha calidad, con mucho talento sobre las tablas... y un buen trabajo... hay que acostumbrarlo, hay que educarlo, al fin y al cabo como somos hijos de la televisión y del cine, llama lo grande... pero bueno, hasta ahora, el público que estamos teniendo en el Teatro Nuevo Alcalá es precioso, un público que viene a ver teatro en estado puro y tienen unas caritas que te dan ganas de comértelos a besos...

Pregunta: A ese respecto también quería comentarte, que el teatro que estáis llevando a cabo ha apostado absolutamente por el actor... ¿no crees que hoy en día se abusa de los elementos accesorios, acostumbrándonos mal, para esconder deficiencias en la materia prima, en la formación del actor, prima más su fama que su formación?

Celia Nadal: Hay muchos fuegos artificiales en esta profesión, lo que pasa es que uno debe saber qué es lo que quiere ver, porque hay veces que se agradecen mucho los fuegos artificiales, hay veces que quieres verlos, y cuanto más dignos sean mejor... y hay otras veces que la gente quiere ver y creo que la sociedad necesita ver actores exponiéndose, desnudos, sin apoyaturas de ninguna clase, completamente expuestos, desvalidos, indefensos, mostrando su forma de encarnar a alguien... y es otro tipo de teatro, entonces si uno lo que quiere ver es teatro, a ver, ver actores, trabajo de interpretación y un texto interesante... tienen que saber dónde van y este tipo de obras son idóneas para eso, creo...

Pregunta: Yo no sé, Celia, si te ha traicionado el subconsciente cuando has dicho “si uno, lo que quiere ver es teatro”... (risas)

Celia: (Risas) ha sido muy feo (risas)...

Pregunta: No sé si me estás siendo muy políticamente correcta (risas)

Celia Nadal: (risas) Mira, realmente te voy a decir una cosa, yo he visto espectáculos enormes y de una calidad excepcional... pero de quedarme con la boca abierta y que se me salten las lágrimas...

Pregunta: ¿Por ejemplo?


Celia Nadal: Por ejemplo vi un musical “La pequeña tienda de los horrores”, majestuoso, fantástico... Me pareció... Genial... He visto otros muchos en España y fuera de España y es que lo cortés no quita lo valiente, ahora sí que es verdad que hay un tipo de teatro del detalle, que ése, es el que queremos rescatar con esta obra...

Pregunta: ¿Teatro del detalle?

Celia Nadal: Sí... Mira esta sala, en la que estamos, la pequeña del Nuevo Alcalá, es idónea, porque tenemos al público tan cerquita que le salpicamos con nuestra adrenalina... reciben todo... el miedo, la risa... Es que hay mucha emoción, es una montaña rusa de emociones, esta función... A veces es casi cine, porque escuchan cada suspiro, ven cada matiz de la cara... Claro, eso a nosotros nos obliga, imagínate, al doscientos por cien... Es un reto...

Pregunta: Desde luego, no sé si ésa es la mayor recompensa del actor... Transmitir la verdad, sobre todo en un texto como éste que está jugando de manera continua con la verdad y la mentira... y las medias verdades que quizá son las más complejas...

Celia Nadal: La verdad es que es un entorno único, para experimentarlo como actriz... La gente va a ver algo que efectivamente está muy trabajado, pero como no estés en el momento de verdad, no llega igual, aparte de que entonces, no lo disfrutas tanto...

Pregunta: Háblame de “Perigallo teatro”...

Celia Nadal: Bueno... lo que te estaba contando antes, de que uno se ve obligado a diversificar y trabajar para varias compañías, Javier y yo hace dos años, creamos nuestra propia compañía, Perigallo Teatro, que es murciana también, y ahí estamos, vamos a ver si podemos mostrar en Madrid nuestra primera producción, que se llama “Háztelo mirar”, pero tendrá que ser cuando tenga que ser, porque ahora mismo estamos con “Palabras encadenadas” y no tenemos tiempo para más... Además “Palabras encadenadas” es nuestro hijo (risas) es nuestro regalito de enero de 2011 y estamos viviendo por y para él...

Pregunta: “Palabras encadenadas” es un viaje de hora y media sumamente intenso. ¿Cómo ha sido el proceso de llegar a ser Laura y el proceso de Javier, para llegar a ser Ramón?

Celia Nadal: Ha sido muy interesante. Javier y yo, se da la circunstancia de que somos pareja en la vida real, lo éramos antes de iniciar este proceso de ensayos y cuando Juan Pedro nos lo propuso, la verdad es que... era un texto que para ensayarlo con tu pareja... hay que estar muy limpios... hay que llegar al ensayo muy limpitos, sin ningún trapo sucio, sin ningún rencor... la verdad es que fue interesantísimo... Hay veces que hacemos funciones, no sabes bien cuál va a ser, pero de repente aparece una obra en tu vida, que te transforma un poquito como persona, que te hace crecer un poco y aunque suene un poco “new age” esto que estoy diciendo, te aseguro que es verdad. Hay algo que o creces o puede contigo... y esto ha pasado aquí... Imagínate, yo agradecida porque al final lo más importante eres tú como persona, más que el éxito... entonces, ha sido un regalo, un auténtico regalo.

Pregunta: Viendo el cartel, el dibujo que incluís en él, da la sensación de ser una de esas manchas de psicología...

Celia Nadal: Sí, las manchas de Rochard... Sí, parece eso, son un hombre y una mujer, si ves el cartel de lejos, hay gente que nos ha preguntado si era una vagina enorme... hay gente para todo con este tema de las manchas... Es que hay mucha ambigüedad en esta obra, cuando empieza la función odias a uno de los personajes y amas al otro y a mitad de la función estás amando al que odiabas y odiando al que amabas... y cuando termina la función no sabes a quién amar ni a quién odiar...

Pregunta: La comedia es complicada por el peligro de traspasar esa línea invisible que convierte lo hilarante en vulgar, pero en una obra como ésta, un texto tan intenso y violento, tan ambiguo también hay una ligera línea, invisible, también que no debéis atravesar...

Celia Nadal: Sí, lo que tienes que tener es un director... los actores muchas veces tenemos la costumbre de que cuando estamos a gustito, nos vendemos a la comedia... no cruzamos la línea, la pasamos, volvemos a ella, la pisamos y la destrozamos.... Entonces teniendo un director, en este caso Juan Pedro Campoy, muy fino... la verdad es que ha trabajado con nosotros de una forma muy inteligente, creo yo, y ha conseguido que toda la tensión que se genera al principio de la obra, la gente desengrase al final y libere esa tensión... Y ha conseguido que el público se ría, se carcajee y nunca llegar a grosería, aunque sí a lo sórdido, pero no a lo grosero...

Pregunta: Eres una actriz con una trayectoria muy extensa, has trabajado con grandes directores... ¿Cuánto tiempo llevas en esta profesión?

Celia Nadal: Si yo te contara... te voy a decir que antes me dedicaba a otra cosa que en principio no tenía nada que ver y fue con 26 años, cuando empecé a hacer teatro, me enamoré del teatro y no pude dejar de hacerlo. Me formé en Murcia, pero antes yo era psicóloga, trabajaba en un gabinete y lo que pasa es que... esto, como lo pruebes y sea lo tuyo... imposible, te tiene que dejar el teatro a ti, porque tú no puedes hacerlo...

Pregunta: ¿Qué fue lo que te enamoró?

Celia Nadal: Creo que fue el sentido lúdico del teatro. Te pones a hacer teatro, pero te hablo del proceso de ensayos que es lo que más me gusta, mucho más que las representaciones, y es una sensación de que está permitido hacer el ridículo, pero no sólo eso, sino que es recomendable... Tienes que probar absolutamente todo lo que se te ocurra, lo único que tienes que hacer es no traspasar la barrera del respeto al otro, de escucharlo, entonces era como... ¡Madre mía se puede dedicar uno a jugar profesionalmente!... y a mí eso me enganchó, no sé si porque era una inmadura o por qué, pero me enganchó eso...

Pregunta: Quizá necesitemos abandonarnos un poco... perder ese sentido del ridículo, tan ridículo... quizá estamos demasiado atrapados...


Celia Nadal: Yo creo que sí, luego además cuando ya te dedicas a esto profesionalmente y pasan los años, entonces, te das cuenta de que hay otras cosas que quieres asumir, como una responsabilidad social, qué quiero poner en el mundo, qué quiero contar, qué quiero aportar, cuál va a ser mi granito de arena culturalmente... entonces, como empieces a pensar en eso, es que ya estás ahí para siempre... (risas)

Pregunta: Cuando te hiciste esa pregunta ¿Qué te respondiste?... Cuando te preguntaste qué querías contar ¿Qué te respondiste?

Celia Nadal: Cuando montamos nuestra compañía Javi y yo, decidimos que queríamos aportar un poquito de luz, o sea, lo que hiciéramos por mucha denuncia que hubiera... que al final la gente se fuera con un poquito de luz en la cara, de ilusión, de esperanza... y luego como tienes que trabajar para muchas compañías y muy diferentes, al final entiendes que esta profesión te enseña algo precioso y es que tienes que servir a la idea de otro que es el director... y esto es un “trabajazo” de humildad que te mueres... Si tienes “ego” has de dejarlo en casa, porque tienes que servir a la idea de alguien y al texto de alguien... Entonces, es un trabajo precioso que a la larga nos hace grandes y luego con tu propia compañía, con tus propios proyectos, dices, “vale, voy a servir a mi idea; voy a hablar de lo que quiero hablar”... Pero claro te lo tienes que poder permitir, que los tiempos que corren, tampoco te lo permiten mucho...

Sofía Basalo. (emitida en Esradio Madrid 2 y publicada en www.noticiasteatrales.es)

viernes, 1 de julio de 2011

... MARÍA CAUDEVILLA (Abril 2010)



Tras el sueño de Lorca, llegó el sueño de Miguel Hernández. La joven compañía teatral Baraka se ha sumado a los múltiples homenajes que el poeta de Orihuela está recibiendo en su centenario, con un montaje muy íntimo y repleto de poesía. “Miguel Hernández: Labrador del viento” se estrenó a finales de noviembre en las Naves del Español. Tras cinco meses llega a la Sala Mirador, con la vista puesta en la próxima ceremonia de los Premios Max, pues la joven compañía está nominada como productora independiente por su primer trabajo “Sueño Lorca o el sueño de las manzanas”, que tras dos años regresará a la cartelera el próximo mes de octubre, en la Sala Pequeña del Teatro Español. No sabemos si la fruta del título puede ser una señal que muestre su voz el próximo tres de mayo, pero desde luego esta compañía lo merece. Hemos hablado con la directora y autora de este nuevo sueño poético teatral, María Caudevilla:

Pregunta: ¿Cómo surge este proyecto?


María Caudevilla: Surgió de gira con nuestro anterior montaje “Sueño Lorca o el sueño de las manzanas” porque coincidimos con una compañera vuestra de profesión, Marta González Novo, que venía de Orihuela, de la casa de Miguel Hernández... y fue como algo que, estábamos ahí, después de una función... apareció de repente y dijimos “Jolín, Miguel Hernández, sería fantástico”... a todos nos gustaba mucho su poesía y fue así, de una forma muy espontánea sin pensar que este año era su centenario, nos lo dijeron después... A todos nos apasiona Miguel Hernández...

Pregunta: ¿Cómo fue la labor de escribir un libreto tan poético, en el que fundes tan bien algunos textos de Miguel Hernández?

María Caudevilla: A mí me gusta trabajar con los actores y lo hicimos en común. Fuimos una semana a Castalia, un pueblo cerca de Orihuela, también para conocer la casa y el pueblo donde se crió... A raíz del trabajo con los actores y sus inquietudes, con ese material, escribí la pieza. Me di cuenta enseguida que Miguel Hernández pegó unos cambios en su vida enormes, muy radicales y se reflejan en su obra hay unos cambios grandísimos, evoluciona mucho... de ahí que son cinco cuadros, de los que hablo tanto... Del Miguel Hernández que estaba en el pueblo, que pastoreaba, al que se va a Madrid, que descubre el amor de Josefina, el amor de Maruja Mallo... al que comienza a ser más político, al que está en la guerra y hace toda su obra para alentar a las tropas, para unir a las tropas... al que está en la cárcel... son tan diferentes... de ahí los cinco cuadros...

Pregunta: ¿Y ese muñeco, que a un tiempo es “Manolillo” y “Miguel, el niño pastor”. Ese árbol al que le nacen hojas, ramas, libros...?

María Caudevilla: Quería desde un principio que apareciese Manolillo y que hubiese una marioneta en el montaje; creo que era lo mejor, porque cuando ves a un actor haciendo de niño, muchas veces, o no sé, a mí, al menos me saca un poco de la historia, y enseguida pensé en una marioneta... La historia de su infancia y del pueblo, tiene partes muy duras, como ese padre tan severo... bueno, era una mentalidad normal en aquel tiempo, el padre no quería que su hijo varón fuese poeta, quería que siguiese sus pasos, tenía que pastorear... entonces, ese maltrato que en ese tiempo era habitual y a nosotros ahora nos sobrecoge quería contarlo, pero cómo, sin caer en nuestro juicio... y pensé hacerlo a modo de cuento, además todo comienza como un cuento, de ahí que es el árbol que le crece al gran labrador, con sus raíces, con sus bancales, y que acaba por destruir, algo que Miguel Hernández llevó un poco sobre sus espaldas.

Pregunta: También hay dos personajes retóricos en la función, que abren y cierran el círculo: Dos ratas que pueden tener una doble lectura. Las ratas tan habituales en las cárceles franquistas y los carceleros, los funcionarios de prisiones...

María Caudevilla: Un poco sí (risas) Las dos cosas, sí, porque además todos los actores empiezan con monos de trabajo y era un poco recrear ese ambiente, pero también los últimos acompañantes de Miguel... una de las ratas lleva un parche en un ojo, al parecer uno de los presos que acompañó a Miguel hasta sus últimos minutos de vida era tuerto, queríamos homenajearlo también, en cierto modo... los compañeros en general, los carceleros, las ratas... lo acompañan y quieren hacer de su muerte algo digno, por eso se lo llevan hacia la ciudad de los sueños donde no hay dolor...

Pregunta: Estrenasteis este “Miguel Hernández: Labrador del viento” en noviembre si no me equivoco...

María Caudevilla: Sí, a finales de noviembre en el Matadero tuvimos la suerte de recibir el premio a la creación contemporánea; se iba a estrenar en el café teatro, pero tuvimos la suerte de que el montaje que tenían en la sala grande se cayó y encima querían poner una exposición en el café, con lo cual nos preguntaron si lo queríamos hacer en la Sala, y claro dijimos que sí, fue fantástico... conscientes de que a nosotros nos gusta hacer un teatro un poco más íntimo y ese espacio era bastante grande, con ese equipo, esos medios y con todo lo que nos ayudó el Teatro Español... estamos muy muy agradecidos...

Pregunta: Supongo que habrá sido un gran premio leer la carta que os han enviado los herederos de Miguel Hernández...


María Caudevilla: La verdad es que sí. El día del estreno se acercaron a camerinos, muy emocionados, eso es una gratificación que gente que conoce tan bien la obra de este poeta, se acerque a ti tan agradecida... con todos los elogios... lo que hemos hecho ha sido obra de nuestra imaginación a partir de los que Miguel Hernández nos ha dado porque está todo escrito... hay poco que hacer con esos versos, con decirlos bien... ya conmueven...

Pregunta: “Decirlos bien...” ¿no es eso, casi lo más complicado?

María Caudevilla: Claro que sí, sobre todo la interpretación, el sentimiento, como decía mi maestro Jorge Uribe “somos intérpretes”, el intérprete es el que traduce un lenguaje escrito a uno vivo, para hacerlo llegar al público, como si fuésemos fusibles... y un poco, eso, que no intervenga otra cosa sino esos versos... darles vida... y ahí interviene también mi propia imaginación, la imaginación de los actores, su sensibilidad, su propia vida y experiencia también, que es lo que hace el trabajo de Baraka tan particular, porque somos un equipo muy particular...

Pregunta: Sí, y con una gran formación que se ha hecho en Estados Unidos, Gran Bretaña, país donde creo nace Baraka.

María Caudevilla: Sí, fue hace seis años cuando conocí a Emily K. Lewis y a Montserrat González, buscaban actores para hacer “El amor de Don Perlimplín con Belisa en su Jardín” y tuve la suerte de que me cogieran para hacer Belisa; hicimos este montaje en Londres y después en el festival de Edimburgo, con lo que me quedé con muchas ganas de que siguiéramos adelante con este proyecto en España y finalmente, les propuse crear Baraka en España y por eso fundé esta compañía hace dos años y seguir el recorrido de esa iniciativa de juntar culturas, de poder ayudarnos, si viene Baraka de Londres, nosotros les ayudaremos igual que nos ayudaron cuando fuimos con “Lorca...” allí... favorecer esa sinergia.

Pregunta: Lo que es muy patente en vuestro trabajo es el teatro que hacéis, un teatro total; música, títere, actuación... algo que debe ser una aportación muy grande al teatro que se hace en nuestro país...

María Caudevilla: Yo soy forofa de la danza teatro... vengo de la danza y me encanta... y cada vez me gusta más el circo. Me encanta la idea de usarlo todo para contar, entonces tenemos la suerte de tener músicos en la compañía, de tener una pedazo de cantante como es Sara Campbell... y lo utilizamos absolutamente todo... por ejemplo, en la idea de la marioneta, buscamos a alguien que nos ayudase a crear la marioneta y luego observando.. porque las actrices nunca habían utilizado marionetas pero la verdad es que han venido marionetistas y nos han dado la enhorabuena por nuestro trabajo... también nos gusta ponernos retos y evolucionar, avanzar... nos gusta arriesgarnos... y utilizar todo lo que esté en nuestras manos, como los niños que lo utilizan todo...

Pregunta: Hablas de riesgo. ¿Has observado si hoy en día a nuestro teatro le falta esa característica?

María Caudevilla: Supongo que hay de todo, para mí una gran compañía que arriesga bastante es “Animalario”, por ejemplo... veo que lo arriesgan todo en cada montaje, tienen además un estilo muy particular y luego, hay empresas productoras que no arriesgan... nosotros en tema de producción y distribución lo llevamos todo nosotros porque es muy difícil que alguien te coja y arriesgue por una empresa joven... hay gente que sí lo haría, pero las empresas grandes van sobre seguro... y es comprensible... pero bueno, para eso estamos los aventureros, para hacernos un hueco entre este mundo... es difícil, pero con tenacidad, trabajo y lo que nos apasiona... mira, ahora nominados en los Premios Max y todo es posible... yo alentaría a la gente que espera una llamada, o que suceda algo, a que se ponga en marcha, a que sea ella la que mueva la pieza porque es posible conseguirlo... no es algo que esté sólo para unos pocos.

Pregunta: ¿Cómo se compatibiliza la visión gestora con la creativa?

María Caudevilla: Es un poco la lucha diaria... por un lado, la verdad es que nosotros vamos desde el Teatro Circo de Albacete que nos contrata a caché y que es necesario porque sino, no sobrevive la compañía... casi todos tenemos otros trabajos, no podríamos vivir sólo de Baraka... luego, también si de pronto, el teatro de La Sensación de Ciudad Real nos llama y nos dice que no tiene dinero pero nos consigue una casa o como ocurrió, que después de la función nos hicieron una paella... pues nos lo planteamos, hablamos todos, podemos, nos gusta y hacemos un esfuerzo y también lo aceptamos... es esa mezcla... muchas veces cuando ponemos nuestras necesidades, escribimos “nos adaptamos a cualquier tipo de teatro”... porque lo mismo lo hacemos con doce focos y dos linternas que de pronto llegamos a un teatro y tenemos que montar ciento cincuenta focos... es compatibilizar la necesidad de solvencia para salir adelante, pero por otro lado no olvidar que esto es teatro y por qué lo hacemos, por qué estamos aquí, eso es lo más grande, es la empresa más grande...

Pregunta: Es bonito escuchar eso “no hay que olvidar por qué hacemos teatro”... porque a veces tenemos la sensación de ser demasiado olvidadizos, en todos los ámbitos...

María Caudevilla: Sí, como dice Miguel Hernández “Un amor hacia todo me atormenta”... y creo que esa frase resume el espíritu de Baraka, hay mucho amor, algo de lo que, por desgracia, se habla muy poco... y la parque nos atormenta es todo aquello que no se hace por amor... y es nuestra lucha, decir que las cosas se pueden hacer de otra manera, se puede y se puede vivir, y aquí hay para todos.

Pregunta: Y se debe hacer...

María Caudevilla: Sí, es una responsabilidad, ésa sería la palabra.

Pregunta: Nos hablabas de Lorca, “El sueño de Lorca o el Sueño de las manzanas” y creo que ésa fue la obra con la que debutaste como directora en Madrid.

María Caudevilla: Sí, fue un poco una locura que hice sin pensar demasiado... estas, como dice Serrat “rachas negras y peludas”... que tenemos a veces los actores, y fue un poco decir por qué no retomamos a Lorca... y me dijo un buen amigo Hernán Gené, por qué no lo retomas tú... y de pronto algo me hizo en la cabeza decir “claro que sí”... y así fue... estos actores que han continuado confiando en mí, nos juntamos... Recuerdo que Luis Escudero me preguntó “¿Tçu has dirigido alguna vez?” y respondí “No, ¿es ése un problema?” y me dijo “Para nada”... (risas)... entonces, encontrar a personas que me siguieran, que confiaran en mí de esa manera, era sorprendente cuando menos... y ésa es la mayor gratitud que tengo hacia este equipo, que nos unimos con los ojos cerrados, sin haber visto antes un trabajo mío como directora, y además escribiendo sobre la marcha; yo no les di un guión... me preguntaban por la dramaturgia, por los personajes... y yo les respondía que no había, que no sabía que iban a decir, cuál era su diálogo, porque lo iba haciendo día a día... Una aventura...

Pregunta: Y ahora, como dices, en los Premios Max; supongo que para vosotros es muy importante...

María Caudevilla: El premio está en la nominación, aunque de cara a la parte de productora, ganar un premio supone trabajo, aunque hay quien dice que cuando recibió el premio dejó de trabajar (risas) nunca se sabe... pero siempre de cara a la distribución, te empiezan a escuchar, a tener en cuenta... también es lógico... Para nosotros, la verdad es que vinieron cosas muy seguidas, la nominación que fue una gran sorpresa para todos, inesperada por completo y el hecho de que “Sueño Lorca o el sueño de las manzanas” esté programado en la Sala Pequeña del Español, eso sí que es grande...

Pregunta: ¿Para cuándo?


María Caudevilla: Para Octubre de 2010, del 8 al 31 de octubre... eso fue una gran alegría...

Pregunta: Con Lorca muy cerquita, os tendrá vigilados... (risas)


María Caudevilla: Sí (risas) es que además, me acuerdo además, el primer año que estrenamos en 2008, que fuimos en agosto a homenajear a Lorca, y nuestro gran padrino Ian Gibson, que vio el montaje, le encantó... nos llamó para rendirle homenaje el 17 de agosto, que coincide con mi cumpleaños, y nos fuimos allí... éramos ocho y mirábamos al Teatro Español y pensábamos en lo fantástico que sería llegar a la sala pequeña con el Lorca... Ian decía “sería fenomenal”... y mira... dos años después... creo que nos escuchó...

Pregunta: Dos montajes, dos poetas... ¿qué tiene la poesía?


María Caudevilla: Qué tenía esa generación... que me tiene loca... es una época maravillosa... tiene visión, belleza... Le dice Miguel a Josefina en una carta “prometo gastarte toda entera a fuerza de besos”... hoy no sé cómo se diría “te voy a comer toda”... yo qué sé... la poesía tiene una manera de contar lo mismo desde un lugar que me conmueve muchísimo...

Sofía Basalo