domingo, 19 de septiembre de 2010

... JAVIER SIERRA (Julio 2008)



La última novela de Javier Sierra, “La Dama Azul”, navega por las extrañas aguas de los fenómenos místicos, las mal llamadas casualidades y la existencia de una extraña quinta columna que controla nuestro mundo desde dentro. Javier Sierra es un periodista de investigación que ha recorrido ya medio mundo en busca de respuestas a algunos de los grandes enigmas que rodean la humanidad. Hemos querido charlar con el autor de esta fantástica novela, hemos querido caminar a través de las cuatro perspectivas desde las que Javier Sierra nos habla de La Dama Azul y de sus misterios:

Pregunta: “La Dama Azul” nace de una historia real que ha investigado a lo largo de bastante tiempo. ¿Cuánto concretamente?

Javier Sierra: Mi primer contacto con la historia de La Dama azul se remonta a 1991, ya hace unos cuantos años. Yo por aquel entonces era un jovencísimo e inexperto periodista que estaba apasionado por los misterios y por los asuntos sin resolver tanto históricos como científicos y en uno de mis viajes, como reportero, llegué por azar, unas circunstancias bastantes particulares a un pueblecito que está en las faldas del Moncayo, en la provincia de Soria que se llama Ágreda, donde se venera desde hace mucho tiempo la figura de una monja de clausura, llamada Sor María de Jesús que vivió en la época de Felipe IV y que pese a haber estado toda su vida desde que era muy niña, hasta su muerte en 1665, encerrada entre los cuatro muros de su convento, se le atribuyó la evangelización de Nuevo México, Arizona y Texas a 10.000 kilómetros de distancia, gracias a que poseía un don del que casi nadie en nuestros días habla, que es el don de la bilocación, el poder estar en dos lugares a la vez. El caso es que al poco de estar en aquel pueblecito, también por esas casualidades extrañas que tiene a veces esta profesión, mi director entonces, de la revista Más Allá, me envió a Nuevo México a cubrir la información de un congreso que nada tenía que ver con monjas bilocadas ni con misterios del barroco, pero claro estando en Nuevo México, continué con mi investigación y así desde 1991 hasta prácticamente antes de ayer, he estado implicado en esta investigación, recogiendo información de todo tipo y muy fascinado con ese misterio de la bilocación, el saber si alguien es cierto que puede estar en dos lugares a la vez o no y lo que sabemos es que por lo menos los físicos, los físicos de vanguardia, los llamados físicos cuánticos, sí admiten que hay partículas en la materia que pueden estar en dos y hasta en más lugares a la vez...

Pregunta: Lo que nos cuenta se parece mucho a la historia que vive “Carlos” en esta novela. Supongo que en él hay mucho de usted, aunque no sé hasta que punto, ¿también son suyos los dilemas morales y esa búsqueda de ese algo más allá?

Javier Sierra: Sí que va conmigo. De hecho, si decidí escribir la novela desde varios puntos de vista e intercalar capítulos basados o fundamentados en la época histórica en la que tuvieron lugar los prodigios de La Dama Azul y parte en nuestros días, es porque tenía la necesidad imperiosa de contar cómo había llegado yo a Ágreda, cómo me había implicado en un caso como éste, tan peculiar y tan insólito y desde luego refleja muy bien lo que eran mis inquietudes morales, yo soy de una generación joven, de escritores, de personas. Nací en 1971 y aunque nací, crecí y me educaron en la religión católica, la vida moderna te va alejando de este tipo de preguntas trascendentales hasta que en un momento determinado, yo creo que a todos nos pasa, que sentimos cierto vacío existencial y queremos que nos respondan a esas preguntas existenciales, que son tan sencillas como de dónde venimos y tan difíciles de responder... y a dónde vamos... así que... forma parte de ese espejo que es casi toda novela respecto de sus autores.

Pregunta: Esas preguntas “A dónde vamos, de dónde venimos”... tienen posibilidades distintas de repuesta. Hay quien la busca en la religión, hay quien duda de la fe y hay otros que buscan la explicación en la ciencia... todo esto lo recoge en la novela...

Javier Sierra: Sí, porque yo creo que igual que hicieron grandes pensadores en la Edad Media, en el Renacimiento y también en la Ilustración... creo que no hay ninguna respuesta desechable, es decir, no hay por qué descartar la religión como una vía de respuesta a las grandes preguntas y por supuesto, no hay que descartar la ciencia u otras vías de conocimiento. Lo ideal, lo inteligente, lo que nos diferenciaría de una visión dogmática y apriorística de la realidad es escucharlo todo y tomas aquellas cosas que digamos nos van aportando esas respuestas, que muchas veces son respuestas del sentimiento, son respuestas íntimas, que muchas veces son intransferibles... yo con “La Dama Azul” lo que he pretendido ha sido transferir esas respuestas y desde luego, volcar en mis lectores algo que creo que es fundamental, para vivir, para VIVIR con mayúsculas, que es tener esa curiosidad innata por todo y salir a buscar respuestas por uno mismo. Creo que eso es muy importante.

Pregunta: Cuando comentaba anteriormente que la física puede dar una respuesta al don de la bilocación. Cuando se encuentra esa respuesta que viene dada por la ciencia, ¿no se puede producir quizá una cierta desilusión, una cierta frustración?

Javier Sierra: No, en realidad no, porque lo que encontré en esa aportación científica que hasta ahora sólo permite explicar o por lo menos trata de interpretar por qué hay partículas elementales en los estadios mínimos de la materia que pueden estar en dos ó tres o incluso en cincuenta lugares a la vez... esa respuesta lo que hace es confirmarme, fíjate, un viejo conocimiento egipcio; yo soy un apasionado también de la cultura egipcia y los egipcios pensaban que su tierra, la tierra del país del Nilo era un reflejo exacto de lo que había en el cosmos y algunos llegaron a formular la verdad o el adagio de que todo lo que hay ahí arriba tiene un reflejo exacto de lo que hay aquí abajo y todo lo que hay allá mucho más abajo tiene un reflejo exacto en nuestro nivel. Eso que es una enseñanza antiquísima al que llaman el principio Hermético y que tiene no menos de cuatro mil años, está perfectamente reflejado en estos descubrimientos de la física, así como es arriba, es abajo... pues así como es en las partículas elementales puede ser en una mística del siglo XVIII o puede ser en un grupo de espías psíquicos durante la guerra fría en Washington en los años 70.

Pregunta: Sin duda todo autor escribe para vender, para ser leído, para compartir aquello que quiere contar. No sé si la forma de contar que se refleja en “La Dama Azul” tiene ese objetivo, o quizá provocar que el lector que se adentre en esta historia quiera saber más de ella y de una forma rápida... sin duda, desde las cuatro perspectivas a partir de las que nos cuenta este misterio, cuatro perspectivas enlazadas entre sí... nos provoca (hablo como lectora) la necesidad de saber más... desde luego si ése fue el objetivo, lo ha alcanzado al cien por cien...

Javier Sierra: Sí, fíjate que la respuesta a eso es muy difícil, porque yo escribí la historia que necesitaba contar, pero cuando elegí cuatro puntos de vista en líneas temporales distintas que se van mezclando y van dando una visión de conjunto coherente, no estaba eligiendo precisamente la fórmula del Bestseller o la fórmula del libro aparentemente sencillo de seguir y sin embargo, el resultado creo que ha sido muy convincente en el sentido de que le aporta al lector una visión poliédrica desde distintos puntos de vista de la realidad. De alguna manera es como si estuviera invitando al lector a bilocarse también a presenciar la historia desde distintas ópticas y a tener una visión casi de divinidad sobre lo que ocurre, una visión casi omnisciente. Por otro lado, quiero comentarte que el libro concluye con una serie de apéndices donde reproduzco algunos documentos que son históricos. Traduzco por ejemplo tres páginas del llamado “Memorial de Benavides” que es un documento de 1630, en el que un franciscano, el encargado de la cristianización de Nuevo México, en la época de la conquista, muestra su estupefacción porque los indios de las regiones en torno al Río Grande, le pidieran el bautismo después de que se les manifestara una misteriosa Dama Azul, que más tarde ese mismo fraile que escribió estas páginas, identificaría con Sor María Jesús de Ágreda y también reproduzco un recorte de prensa, un viejo recorte de prensa, del año 1972, publicado por el diario del Heraldo de Aragón de Zaragoza, en el que se habla de una máquina para obtener imágenes y sonidos del pasado que fue desarrollada por el vaticano en los años 50, y que un monje benedictino cometió la indiscreción de comunicar o de comentar a un periodista... pues, esa indiscreción que es uno de los pilares del libro, una de las tramas como antes has dicho, está basada en hechos reales, en hechos que aparecieron en la prensa en su época y he querido aportar también ese pequeño desconcierto al lector, para que cuando termine de leer una novela se haga la pregunta fundamental en toda obra, de esta naturaleza... de hasta qué punto esto es real... o es sólo el fruto de una imaginación calenturienta y la respuesta es muy sencilla... es más real de lo que uno puede imaginar...

Pregunta: Yo no sé si quizá, porque es más real de lo que uno puede imaginar, en ese momento, la iglesia no quiso beatificar ni ha querido proclamar santa a esta Dama Azul, a Sor María Jesús de Ágreda, que hoy en día tan sólo es “Venerable”...

Javier Sierra: Bueno, no ha querido proclamarla santa más por un problema burocrático que por un problema real, me explico, Sor María Jesús de Ágreda fue una brillante pluma del Siglo XVII, yo creo que incluso a la altura de las plumas místicas de aquel tiempo, veneradas aquel tiempo, como Santa Teresa o San Juan de la Cruz, dejó muchos escritos y uno de ellos, el fundamental, se titula “Mística Ciudad de Dios”; es una vida de la Virgen que según ella contó, le fue revelada por la propia Virgen. Esa palabra, decir que le fue revelada, que fue poco más o menos, dictada por la virgen desde el cielo, es lo que le valió inmediatamente el recelo del Santo Oficio, que además descubrió que en el libro, se defendía el dogma de la inmaculada concepción. Se defendía la idea de la inmaculada concepción, que en aquel tiempo no era dogma... fue dogma a partir del siglo XX... y eso generó que el libro fuera condenado durante unos meses en el índice de libros prohibidos que hizo también que los procesos de beatificación de esta monja en Roma, se ralentizasen hasta el punto en que hoy en día, estando en una situación un poco letárgica... a los papas desde la época de la monja de Ágreda a nuestros días, les ha dado un poco de pereza reabrir un expediente que es enorme, inmenso, aunque milagros para apoyar esta beatificación y razones de naturaleza teológica para respaldarla le sobran...

Pregunta: He leído en varias páginas webs que en su libro hay una buena película ¿Te atrae la idea o según el resultado de algunas aventuras no tanto...?

Javier Sierra: Yo con este libro son muy providencialista, creo que hay una buena película, pero tiene que hacerse con una sensibilidad muy especial y tal vez, pronto haya noticias porque yo recibo de tanto en tanto propuestas de directores, de actores para llevar esta novela al cine y hace pocos días me llegaba una carta de una actriz norteamericana que vive en estos momentos en Nuevo México y que estaba interesada en adquirir los derechos... no sé, a ver qué pasa... me atrae la idea por un lado y por otro también me asusta, porque ya sabes que no hay visión más poderosa que la literaria... cuando el lector es el que le pone cara a los personajes y no lo hace el celuloide, no trabaja por ti el mundo audiovisual...

Sofía Basalo.

Emitida en Cope Madrid 2 y publicada en www.abpress.net

sábado, 11 de septiembre de 2010

... PEP MUNNÉ (Abril 2010)



“No me basta leer sus poemas, amo también el personaje” ha dicho Pep Munné, quien de nuevo respira en la piel de Jaime Gil de Biedma para ofrecernos sus Rosas de Papel. Un espectáculo íntimo donde la poesía se pone en pie y nos muestra el rostro de una humanidad dolorosamente lúcida. “Las Rosas de Papel. Una conversación con Jaime Gil de Biedma” nos envuelve en una especie de ceremonia íntima, cálida, aterciopelada donde el actor catalán se contradice, no ha muerto la excelencia. En el Hall del Teatro Lara tenemos la muestra:

Pregunta: Jaime Gil de Biedma escribe “Las rosas de papel no son verdad y queman (...) Las rosas de papel son, en verdad, demasiado encendidas para el pecho.” ¿Las Rosas de Papel que has llevado al escenario son también demasiado encendidas para el pecho?


Pep Munné: Sí; mira, el otro día estuvo su hermana, Marta, una de las hermanas que reside en Madrid y me decía (ella ya había visto el espectáculo anteriormente) que le gustó más... pero la frase que me dejó así, como perplejo, fue “cuánto sufrimiento ante tanta lucidez”... y éste es el personaje, cuánto sufrimiento y con tanta lucidez... él dejó de escribir pronto porque decía “ya está inventado el personaje. Ya está asumido” y la literatura no le servía... Entonces, cuando escribe esta Canción Final ... Y si las rosas de papel no son más que los poemas y a él le producen demasiado dolor escribirlos... Cuando Jaime escribe es por pura necesidad y escribe para, realmente, poder extraer de sí mismo todo aquello que lleva dentro, tanto lo que le conmueve como lo que le hace sufrir, como lo que le produce alegría... se cuenta a sí mismo, y se inventa pero es doloroso.

Pregunta: ¿La lucidez produce sufrimiento?

Pep Munné: Puede ser... siempre decimos que los más tontos son los más felices, sobre todo en una época como los años cincuenta en España, por supuesto que sí y sobre todo la lucidez cuando uno se atreve a mirarse al espejo y verse a sí mismo con todos los pros y los contras, además es de una gran sinceridad consigo mismo... y esto claro que produce dolor, seguro que sí.

Pregunta: Comentas que conociste a Jaime Gil de Biedma y que te impresionó muchísimo...


Pep Munné: Sí, pero no sólo a mí, todo el mundo con quien he hablado, que lo conoció profundamente sentía lo mismo. Jaime era un espléndido conversador, un seductor de la palabra, era un hombre que escribía como hablaba, con eso está todo dicho... y sobre todo, con una gran sencillez y humildad, no era pedante... como suele ocurrir a menudo, cuando alguien domina el lenguaje, se convierte en alguien pedante; a él le fluía con una naturalidad absoluta y hablaba solamente cuando tenía que hablar, pero claro, cuando hablaba... ante esa capacidad enorme para expresarse... todo el mundo callaba, realmente.

Pregunta: ¿Qué pudo ver, cuando se miró al espejo?


Pep Munné: Se vio a sí mismo. Él decía que quería ser poeta, pero que en el fondo quería ser poema y cree que lo consiguió. Decía que quería inventarse una identidad y una vez inventada, para qué iba a seguir escribiendo... entonces él, cuando se miraba al espejo, cuando se describía lo hacía con todas las agallas del mundo, no se cortaba nada y lo hacía con sinceridad y asumía todos sus defectos, sus propios dolores, sus propias mentiras; pero tenía la capacidad de universalizar este sentimiento subjetivo. Él lo universalizaba todo, y ésa es la grandeza de Jaime Gil de Biedma. Más allá de sus poemas, está una recopilación de entrevistas que se publicaron en un libro llamado “Conversaciones” y a partir de ahí también se extrae de su prosa y de su conversación con periodistas y con otros poetas, reflexiones que dan lucidez a todo lo que toca... y esto también está en el espectáculo... me interesaba mucho contarlo, más allá de sus poemas.

Pregunta: ¿Por qué has sentido la necesidad de recuperar este espectáculo. Ha variado en algún punto?

Pep Munné: No, es el mismo. Lo que sí sucede es que en el Hall del Teatro Lara (en la temporada 2003/2004 lo hice en la Sala Princesa del Teatro María Guerrero) se produce todavía más intimidad y luego he cambiado yo, lo cual es importante. Yo también me he hecho más mayor, las palabras escritas por él, surgen con más aplomo, creo que los poemas están más dichos para ser comprendidos que interpretados, que es lo que antes hacían y creo que llegan con su máxima expresión, porque yo también he madurado... y hay ciertas cosas que ahora entiendo mucho más. Creo que hablar de Jaime Gil de Biedma o este mismo espectáculo podría hacerse dentro de quince años y volvería a tener sentido, además de que ahora se conmemora el 20 aniversario de su muerte y se le ha vuelto a recordar y entonces, surgió ese momento, yo estoy trabajando en Madrid en “Amar en tiempos revueltos”, el espacio me parece maravilloso para ese espectáculo y decidí ponerlo en pie otra vez y ha sido, incluso siendo consciente de la osadía que tuve la primera vez que lo hice, creo que fue un riesgo, una locura casi, lo que pasa es que las cosas se hacen así, de una forma un poco irresponsable... meterme en la piel de este enorme poeta, me parecía... con el tiempo pensé: “tú estás loco, realmente, ¿cómo te atreviste a hacer algo así?”... y ahora desde esa distancia, cuando he tomado nuevamente el reto lo he hecho con mucha más humildad y creo que ha funcionado.

Pregunta: Comentas que quizá fue una especie de locura... pero el teatro, sin esa pizca de locura no sería posible, ¿no?

Pep Munné: Exactamente, algo de eso debe ocurrir, lo que pasa es que a veces la osadía hay que saber medirla (risas) porque sino, se convierte en un desastre... pero bueno, afortunadamente salió bien... y ahora creo que tiene su momento de madurez y entiendo que, por la gente que la vio y ha vuelto a verla, hemos ganado.

Pregunta: Dedicas este espectáculo a toda una generación de escritores “catalanes”...

Pep Munné: Entre comillas...

Pregunta: Sí, lo entrecomillas...


Pep Munné: Sí, eso está escrito porque lo estrené en Barcelona y estaba dicho con “mala fe”, con mala intención, porque fueron poetas que no escribieron en catalán, pero que siempre se consideraron catalanes, entre ellos Jaime Gil de Biedma, él decía: “yo he vivido aquí, he nacido aquí, tengo mi mundo aquí, ¿de dónde voy a ser, sino?. Yo soy un catalán, pero soy como un italo-argentino.” Él se consideraba un italo-argentino viviendo en Buenos Aires. Era un catalán que escribía en castellano porque su lengua materna era el castellano, no por elección, pero todo su imaginario era catalán, más allá de La Nava de la Asunción, en Segovia, donde pasaba sus veranos y toda su infancia en la guerra... pero siempre se consideró así. Él por elección habría escrito en inglés, porque le parecía la lengua con más sonoridad para la literatura, para la poesía sobre todo y después el catalán por su cantidad de vocales y también por la cantidad de monosílabos, él decía que el castellano tenía mucha hojarasca, tiene mucha hojarasca... comentaba que traducías un poema del inglés al castellano y necesitas tres versos más para decir lo mismo... lo que ocurre es que el castellano que él utiliza es absolutamente maravilloso, con una aparente simpleza, porque es un dominador del vocabulario absoluto y una fácil traducción, no es difícil de entender ni mucho menos y sin embargo es un lenguaje culto pero es muy sencillo, muy simple... y de una gran musicalidad, de gran tono...

Pregunta: Quizá por esa musicalidad decidiste ponerle música a este espectáculo...

Pep Munné: Sí, afortunadamente llamé a una compañera mía llamada Silvia Comes, gran cantante. Ya había hecho espectáculos de poesía con otro compañero mío con el que estuve años teniendo compañía, Josep Costa... hicieron un espectáculo sobre Luis Cernuda... ella ya tenía experiencia en esto y entonces nos fuimos encontrando, yo sabía que ella entendería perfectamente lo que yo le fuese pidiendo, y lo entendió. Y todos los apuntes musicales que me da, en los poemas, como contrapunto irónico siendo una segunda personalidad de Gil de Biedma funcionan muy bien... canta, también dos poemas que había compuesto más un bolero que es fundamental para el espectáculo, que es “Nostalgia” y que se acerca mucho al sentimiento de Jaime Gil de Biedma.

Pregunta: Escribes de estos autores “catalanes”: “supieron iluminar un país oscuro a través de su creación literaria y su forma de entender la vida”... ¿Esta generación de escritores, no es lo suficientemente recordada, valorada, quizá?

Pep Munné: Sobre eso habría que hablar mucho... creo que con el tiempo se va recuperando el espacio... Yo creo que en general la sociedad recuerda poco la poesía, estamos en un mal momento, creo... la poesía sigue siendo algo muy minoritario... pero incluso en la universidad... Por ejemplo, hay un poeta amigo suyo, que perteneció a esa generación y que sí escribió en catalán, Gabriel Ferraté, y tampoco se habla mucho de él, José Agustín Goytisolo... creo que ocupan su lugar, pero merecerían mucho más espacio, sin duda. Definitivamente la poesía es un alimento muy lúcido, propone mucha lucidez a la sociedad y a todo. El poeta siempre se anticipa.

Pregunta: ¿Nos falta valentía para asumir y aprehender la anticipación del poeta?

Pep Munné: No, falta que la gente, que todo el mundo tenga más acceso a ella y eso está en los fundamentos de una sociedad. La cultura no es algo que se imponga, ni algo que se fija, ni algo que deba ser puesto como un embudo. La cultura debe ser una necesidad, y esa necesidad debe ser provocada por los estamentos de esa sociedad y esto es lo que creo que no está ocurriendo, pero bueno, siempre ha sido así... no tanto en los países anglosajones, donde cualquier persona te puede declamar un poema de memoria... es cierto, en Inglaterra se conocen las obras de sus autores al dedillo... es problema de la educación... y cuando conoces estas cosas, se convierten en una necesidad... yo creo que la cultura crea una sociedad más lúcida, y más justa... no se terminaría nunca...

Pregunta: ¿En este aspecto quizá, este país sigue siendo un país oscuro...?

Pep Munné: No, afortunadamente mucho menos que antes... no es el mismo... aunque no sé, vistos los hechos últimos... (risas)... puedo decir que vuelve la oscuridad, o por lo menos hay unos cuantos nubarrones en el horizonte... Ahora me gustaría estar encerrado en la Complutense por lo que le está ocurriendo a Garzón... pero, sí aparecen nubarrones... parece que nos tenemos miedo, hay miedo a la verdad... y esto sigue ocurriendo, es algo que no nos hemos quitado de encima. Creo que hay que poder hablar libremente de una vez por todas, creo que la transición ya pasó, creo que la justicia no hizo la transición y creo que hay que poder hablar libremente y abiertamente de todo lo que ocurrió. Que está muy cercano, pero otros países con mucha más rapidez que nosotros están haciendo la lectura de lo que ha ocurrido, y aquí no lo hacemos... no sé, de pronto aparecen nubarrones... pero no, la oscuridad no es la misma que la que se cernía en los años cincuenta, ni mucho menos. Lo que sí es cierto es que el mundo está en una época de estupidez generalizada, creo que se ha matado la excelencia... creo que se considera bueno cualquier cosa y que hay un interés generalizado, y ahora voy a decir una barbaridad, a lo mejor, en que no vuelva la excelencia porque es problemática... y entonces, vamos a ser un poco más bobos todos y a contentarnos con menos y a disfrutar de otro tipo de cosas, porque conviene... pero, yo veo últimamente que se dan por maravillosas cosas que... y no es una opinión subjetiva, es comparativa de cómo deberíamos calificar otras obras... ¿superlativas o ya fuera de calificativos...? cuando se califican las cosas tienen que ser en proporción al resto... y creo que estamos haciendo las cosas demasiado fáciles...

Pregunta: ¿En el teatro también?

Pep Munné: También, también...

Pregunta: ¿Se ha perdido el respeto al teatro, cualquiera puede ser actor...?


Pep Munné: No, eso tampoco pero sí, la exigencia es menor... por supuesto... y a parte, creo que cada día la continuidad de los actores en el teatro es menor... hay pocos que se dediquen permanentemente al teatro y eso también ayuda a la excelencia... yo tengo en mi recuerdo a ciertos actores a los que no encuentro ahora mismo nadie comparable... hablo de teatro... Incluso podría decirte diez nombres de los años sesenta y setenta... y ya no están, enormes actores... y ahora sí lo hay alguno, pero no es algo muy frecuente... buenos sí, muchos... pero excelentes, no tantos... (por supuesto, entre los que no me cuento –risas-) pero también se ha perdido la excelencia en el teatro, sí.

Pregunta: ¿Es irrecuperable?


Pep Munné: No, eso nunca se sabe... puede ser cíclico... aunque se requiere una autoexigencia, un esfuerzo que sinceramente creo, esta sociedad no lo tiene, en estos momentos, al menos. Y no lo tiene en ningún aspecto. Pero bueno, ahora soy muy cáustico (risas) Estoy en un momento de mi vida, muy caústico...

Pregunta: ¿Por qué?

Pep Munné: Por la edad, supongo... la edad... te vuelve más reflexivo, tienes más tiempo...

Pregunta: Hablabas de los años cincuenta y en estos momentos, estás interpretando a un autor teatral, Salvador Bellido, que vive en esa época, en la serie “Amar en tiempos revueltos”. Como hombre de teatro, como actor que cada noche se pone en la piel de un autor ¿qué compartes con este personaje tan rico?

Pep Munné: Mucho, de hecho fue éste uno de los motivos por los que acepté. El personaje me pareció muy real, además... Personas como Salvador Bellido han existido en España, Buero Vallejo, sin ir más lejos... y muchos más... pero existió y vivió esto que ahora se está negando, por cierto... esto que no que no quieren que se investigue, la injusticia de aquellas cárcel y de aquel “TOP” (Tribunal de Orden Público) ahora veía una declaración en televisión contra Carlos Jiménez Villarejo, porque dijo que muchos jueces que siguen en la magistratura pertenecieron al “TOP” y entonces, alguien lo ha generalizado diciendo que no se puede afirmar que los jueces que ejercieron como tales durante el franquismo fueran fascistas y ahora no pueden ejercer... Y no... otra vez se vuelve a confundir, él ha dicho “El Tribunal de Orden Público”... hubo muchos jueces durante la dictadura que jamás pertenecieron al Tribunal de Orden Público, incluso jueces que se negaron... porque las leyes que manejaba el TOP, hoy no... es que deberían publicarse, para que se conocieran... eran una barbaridad jurídica... y muchos jueces que hoy siguen “arriba del todo” pertenecieron a ese tribunal y ejecutaron aquellas leyes y dictaron sentencias de muerte y hoy siguen en la magistratura, no hubo transición ahí... por tanto, lo que dijo Jiménez Villarejo no era ninguna tontería y no se puede generalizar, no estaba hablando de todo el cuerpo; él mismo era juez en aquella época, pero nunca perteneció al Tribunal de Orden Público... y eso es cierto, mal que me duela decirlo, pero es cierto... y no se puede negar, porque es una realidad tangible... no estamos inventando nada, hay nombres... quien ejerció la ley con aquella ley, no puede ejercer la ley en la democracia... si creía en aquellas leyes, cómo puede creer en las de ahora... ¿qué ha pasado aquí?... Y entonces, mi personaje (volviendo al hilo) está metido en esto y lo entiendo muy bien... y está muy bien escrito, me facilita mucho el trabajo, pero claro es un recuerdo y una memoria muy presentes...

Pregunta: Tan presentes como La Falange...


Pep Munné: Sí, claro, es hasta lógico que haya sido La Falange la que haya iniciado el proceso... lo inaudito es el auto que ha escrito el Señor Varela, que acepta esta querella, que no sólo la acepta, sino que escribe el auto decidiendo juzgar... bueno, lo que no se cuenta también es que de cinco jueces que han juzgado el auto o la querella, tres la han desestimado y dos la han aceptado, sólo que estos dos estaban en la terna final y por tanto eran mayoría... pero de los cinco jueces por los que ha pasado la querella, tres la han desestimado y eso tiene que contarse también... hay muchas dudas, porque ahora se ha presentado, tengo entendido, una querella contra el propio Varela por prevaricación, porque realmente el auto, lo he leído... puede haber prevaricación en el auto, porque es subjetiva toda la interpretación que él hace de la ley de amnistía y de la ley de lesa humanidad que existe en los foros internacionales... es una interpretación absolutamente subjetiva, incluso hay cosas inciertas. Garzón pasa su auto para la ley de memoria histórica a otro juez que lo acepta y además se le dijo que no tenía jurisdicción en ciertos campos y dejó de hacerlo... nunca lo hizo contra la jurisdicción, y eso es así y este señor, con todo esto, entiende que lo ha hecho “a sabiendas de”... puede haber prevaricación en el auto de Varela, pero en todo caso, tomarse en serio esa querella como han dicho los dos o tres magistrados que la desestimaron, es un acto brutal... me parece un insulto... yo me siento, en estos momentos, insultado por el Tribunal Supremo... no sé cómo se sentirán otros españoles... y aparte que es absolutamente criticable, pero no ellos, la justicia... hay de todo, claro, como en la viña del Señor, y todos hemos leído sentencias increíbles, como que una señora podía ser insultada y tocada por su jefe porque iba vestida provocativamente, esto lo hemos leído dicho por un juez en la actualidad... pero claro, de pronto, piensas “¿Dónde estamos?” Evidentemente en la justicia no ha habido transición y no estoy diciendo que los jueces sean malos, hay muchos en este país... pero que quedan muchos de aquella época y las leyes son interpretables y depende de quién las lea e interprete... y eso es lo que ocurre, ¿quiénes están interpretando las leyes? (risas) Y eso me da mucho miedo, qué quieres que te diga...

Pregunta: Aún así, hay ciertos sectores que contemplan de forma despectiva las manifestaciones políticas realizadas por actores, escritores...


Pep Munné: Pero un actor es un ciudadano más, por Dios, y por qué no va a hablar de eso... hay periodistas que escriben a diario de eso... y podrían escribir sobre otra cosa... ellos tienen una página y el actor tiene su momento y claro que debe expresarse como cualquier ciudadano, aparte es un derecho constitucional e incluso diría que es un deber... pero bueno, esto es al margen, habrá otros que opinen otras cosas y además si voy a interpretar a un señor que ha vivido durante la dictadura, que ha vivido los desmanes de la dictadura, tengo que informarme y uno se informa y se da cuenta de muchas cosas y nada más... y estoy en mi derecho de expresar mi opinión, porque además, en teatro lo que hago tiene un cierto compromiso con lo que pienso y por tanto ahí está mi ideario, también.

Pregunta: ¿Se puede hacer teatro sin compromiso?

Pep Munné: Sí, claro que se puede hacer, se hace. Es una elección, hay quien no. Yo creo que el teatro sea comedia, drama, tragedia, lo que fuera... tiene una vertiente que debe mover al espectador, no sólo tiene que distraer, tiene que hacer reflexionar, para eso está y creo que es lo hermoso. Ir al teatro y salir con algo más, con un dilema... El teatro está para poner en pie las dudas y no las soluciones. Es el espectador, como ser expectante, como partícipe de ese espectáculo el que debe dar solución a las dudas... porque la verdad no existe, la verdad como un ente absoluto no existe...

Pregunta: ¿De qué color son Las Rosas de Papel?

Pep Munné: Del color del terciopelo, pero un terciopelo morado... suavidad... una suavidad lúcida... un color bello pero sin abrumar... (risas) Creo que es así...

Sofía Basalo.

sábado, 4 de septiembre de 2010

... PATRICIA ESTEBAN ERLÉS. (Marzo 2010)



Llega la primavera y llega hasta nuestras manos el segundo libro de Patricia Esteban Erlés. Tras Manderley en venta, llega Azul ruso, editado por Páginas de Espuma. Un libro de cuentos envuelto en un color que nos invita a la nostalgia, a una tristeza que siempre nos reserva una ventana esperanzada y reconfortante.

Pregunta: Comentabas en tu blog que el día de la presentación de Azul ruso nos ibas a explicar por qué todo es tan azul y tan gatuno...

Patricia Esteban Erlés: ¿Quieres que me anticipe, eh? Es azul y gatuno a partes iguales. El título es “Azul ruso” que es una raza felina y corresponde a unos gatos que son realmente azules, que tienen el pelo de un gris azulado precioso y en el libro es azul y es felino, porque el azul es el color que predomina en muchos de los cuentos; hay un montón de pinceladas azules... quería que tuvieran un clima frío, un clima melancólico, en ocasiones muy triste, en otras no tanto... y creo que el azul es el símbolo perfecto, la gama cromática que mejor le iba... Es muy felino, porque hay muchos gatos en los cuentos, hay presencias felinas por todas partes, hay una mujer gato, hay una mujer que convierte en gatos a sus amantes, como si fuera una maga circe, pero más elegante... no los convierte en cerdos como los marineros de Ulises, sino que los convierte en gatos, hay gatos que simbolizan la pérdida de la inocencia, hay gatos que simplemente son testigos de catástrofes humanas... creo que está más que justificada, además creo que el gato es un animal muy literario, muy del gusto de grandes escritores que a mí me encantan... y también hay un homenaje a ellos en eso...

Pregunta: También encontramos un homenaje al cine, ya lo hiciste con tu primer libro “Manderley en venta”, pero aquí también encontramos algún que otro felino llamado Cary Grant...

Patricia Esteban Erlés: Sí, bueno... es que Cary Grant es mi ídolo, sí... me encanta... es un actor que siempre me ha parecido fascinante por cómo era capaz de hacer el personaje más seductor, más siniestro en ocasiones... por ejemplo en Sospecha interpreta a un personaje siniestro... también podía ser tremendamente divertido... tenía un registro muy amplio... es alguien que puede ser un hombre distinto en diversas ocasiones, y eso me parece muy enigmático; esa capacidad de ser todos a la vez, de tener tantas facetas... y es un galán de cine clásico que por otra parte, es el cine que más me interesa, porque lo he mamado desde muy niña y he seguido fascinada con él... y creo que es el cine que mejor le va a mis relatos porque me ayuda a crear atmósferas muy definidas, muy inquietantes, muy en blanco y negro... y eso me atrae muchísimo...

Pregunta: Siguiendo con esas atmósferas, comentabas que denominaste de ese modo a tu primer libro porque todos los cuentos transcurrían en una casa, con una atmósfera sombría y en “Azul ruso” también encontramos una casa con escaleras de caracol... muy de Hitchcok...

Patricia Esteban Erlés: Sí, la casa de “Azul Ruso” del cuento llamado así, que creo es el eje que vertebra todo el libro, es también el cuento más extenso y desde luego es una historia de interiores, es una historia donde el hechizo, la magia, es una especie de ratonera, una especie de escalera de caracol a la que van a parar unos cuantos incautos a los que su inquilina convierte en gatos... les reserva un destino, cree que mejor que el que les espera como seres humanos y al final eso se vuelve en su contra... Me parece muy interesante el tema del espacio, de trabajar el espacio como prolongación del personaje, tiene que ser una especie de alter ego en el mobiliario, en el color de las paredes, en cada objeto que destacas... y se establecen relaciones muy diferentes en un espacio y en otro... Me interesa mucho cómo se trabaja en el cine, los decorados, la atmósfera que se crea... y en literatura, creo que también es importante...

Pregunta: ¿Y cuando los personajes no existen, como en “Hungry for your love” el final es asombroso...?

Patricia Esteban Erlés: Sí... lo que pasa es que yo pienso que todos somos un poco fantasmales en la vida de los seres con los que hemos compartido experiencias; creo que tenemos una gran facilidad para volatilizarnos y convertirnos en espectros... aún siendo entes corpóreos, aún siendo seres con nuestra masa corporal bien definida, creo que es fácil que el olvido, la muerte, el paso del tiempo, la distancia, nos convierta en fantasmas y es algo que me interesa mucho, cómo nos resulta difícil al cabo de unos años recordar la cara de alguien que ha sido muy importante, o el tono de voz, o de repente encontramos algo suyo y tenemos una impresión muy fuerte porque es como que esa persona vuelve a nuestra vida... Me resulta muy interesante, me parece muy real y me parece que en literatura da mucho juego...

Pregunta: Desde luego que sí; hablabas también de los cuentos repletos de melancolía, aunque en algunos el final es muy esperanzador, como el de ese superhéroe tan vulnerable...

Patricia Esteban Erlés: Sí.. y tan escatológico (risas)... Al final también me interesa que queden puertas abiertas, que quede alguna ventana abierta por la que se cuele algún rayo de luz y de esperanza, creo que la tristeza está en nuestra vida y tenemos que aprender a valorarla como un componente más, porque sino, no existiría la alegría como contrapunto a ella... y creo que el momento de cambio, muchas veces viene acompañado de tristeza, el momento de los grandes cambios en la vida de las personas tienen que ver con la tristeza, es la puerta, es la antesala a que nos puedan ir las cosas mejor o todavía peor, en cualquier caso, el personaje que mencionas, Superwind” sí me parecía... es un personaje que ha perdido casi al mismo tiempo la fe en sí mismo, en lo que es capaz de hacer y en el amor y me parecía bonito pensar que para él también había una persona o una superheroína adecuada, que estaba al otro lado de la puerta... Abrir la puerta, en ese cuento, tiene un valor también simbólico, porque significa el paso de la luz y de la esperanza...

Pregunta: ¿Por qué la melancolía es un estado de ánimo flatulento?

Patricia Esteban Erlés: (risas) Bueno, tengo la sensación de que la melancolía es una tristeza que se mira mucho el ombligo, es una tristeza que no te deja incorporarte y te deja a veces en un estado fetal, tumbado encima de la cama, mirando el ombligo muchas horas al día y sin parar, es de las que empachan... hay tristezas que no producen gases, hay tristezas que son etéreas, que son estéticas, que son incluso agradables... no creo que esté mal sentir tristeza a veces, pero la tristeza que se regodea y que se alimenta de tristeza, al final es flatulenta...

Pregunta: Creo que desde el principio de tu carrera literaria te decantaste por los cuentos...

Petricia Esteban Erlés: Sí, porque me da mucha rabia que sea un género, aún considerado por sectores importantes de la crítica y de los medios de comunicación como un género menor... e incluso los escritores a veces... mira, me doy cuenta a veces que los “cuentistas” vamos pidiendo un poco disculpas por dedicarnos a esto y yo creo que no es un hermanos menor ni disminuido físico de la novela... No es una novela mutilada, ni es menos valioso ni entraña menos trabajo o es fuerzo que una novela... y creo que a veces exige mucho más, es un reto escribir un relato que con menos espacio, con menos páginas, tengas que envolver al lector y hacerlo vivir en esa historia y en ese mundo que has creado, y me parece algo precioso cuando se logra... por eso, como lectora he disfrutado muchísimo y lo sigo haciendo con cuentistas, aunque me encanta la novela, la poesía, otros géneros... pero sí creo que tiene un plus el cuento y me interesa mucho...

Pregunta: También te dedicas a la docencia, eres profesora... A la hora de impartir clase a tus alumnos, a la hora de impartir talleres literarios, ¿Se requiere una técnica mayor, más precisa a la hora de escribir relatos cortos?

Patricia Esteban Erlés: Para escribir un cuento, creo que uno tiene que tener un espíritu de contención muy acusado, porque a cada momento tienes que tener en cuenta que el tiempo y el espacio juegan en tu contra. Un cuento ocupa ocho páginas, una novela puede tener ocho páginas, diez... A partir de veinte no sé si lo consideraría un cuento... Una novela, puede tener mil páginas... Ya sabes que hay algunas que si las llevas en el bolso te puedes lesionar la espalda... Entonces, a la hora de escribir es un poco lo mismo; a la hora de escribir un cuento, cada palabra tiene que estar seleccionada con un rigor muy grande, un adjetivo te puede definir a un personaje; en la novela, para definir a un personaje puedes tener a tu disposición dos páginas, puedes decir cómo tiene el pelo o qué le gusta comer... el cuento te exige un mecanismo de precisión, de intensidad y la novela... a la hora de explicarlo es muy difícil que los alumnos entiendan que no se puede contar todo lo que uno quiere contar, sino que tiene que hacer un proceso de selección y ponerse a dieta todo el rato al escribir.

Pregunta: También se dice que la verdadera pericia de un autor literario es contar mucho en muy poco espacio, o con pocas palabras...

Patricia Esteban Erlés: Hombre con pocas palabras, frases cortas... Personalmente, soy de periodos largos. Me gusta mucho jugar con el lenguaje, me interesa mucho crear belleza, lo intento al menos, con lo que escribo... y creo que la belleza exige complicación, casi como la claridad exige brevedad en muchas ocasiones, la belleza gusta de lo alambicado... y a mí, al menos, es el tipo de belleza o de lenguaje que me interesa cultivar. Creo que aún así, cualquiera que se pone a escribir aunque no lo haga con frases cortas y le guste como a mí, meterse en líos, lo tiene complicado; es siempre un reto, un desafío siempre, enfrentarte a un lector que tiene su propia construcción del mundo, su propia manera de ver las cosas, intentar comunicarle la tuya y compartir ese momento; que haya una especie como de mundo paralelo, en el que tú y ese lector os encontráis y estáis viendo justamente lo mismo... No sé, casi me parece un proceso alquímico, me parece magia que eso pueda llegar a ocurrir.

Pregunta: Has comentado que te molesta que los cuentos sean considerados como un género menor; Personalmente no lo creo, pero no sé si es quizá un género minoritario...

Patricia Esteban Erlés: Creo que sí, creo que desgraciadamente sí. Creo que hay muy buenos lectores de cuentos, creo que hay gente aficionada al cuento, pero es que desde el punto de vista comercial el lector se lo piensa... creo que a veces hay una consideración de la literatura casi al peso... y piensa uno “si me llevo esta novela por 20 euros...” tiene la sensación de que está pagando menos por una historia más larga y por eso sale beneficiado... porque la relación con los personajes también es más larga... Creo que el cuento tiene muchas ventajas, no tiene porqué ser enemigo de la novela, sino que es un género paralelo a ella, diferente si quieres, pero que tiene también sus alicientes y son muchos. Creo que el cuento te traslada una historia en pocas páginas, y puedes sumergirte en muchas historias diferentes en un solo libro, puedes leer un cuento cuando tienes menos tiempo para leer y por tanto te puede resultar más fácil que una novela... Pero en cambio sí nos cuesta y me duele, porque hemos tenido una tradición cuentística importante, en el S.XIX y principios del S.XX, los cuentos se publicaban en los periódicos, eso ahora es casi impensable. Grandes novelistas y novelistas de textos muy extensos como Pérez Galdós, Clarín o Emilia Pardo Bazán, publicaban sus cuentos en periódicos y eran como válvulas de escape que tenían... con lo que, el cuento no tiene porqué ser cultivado solo. No tienes porqué ser cuentista o novelista, puedes ser ambas cosas, pueden ser facetas diferentes, y creo que deberían estar vistos como géneros compatibles comercialmente... Pero es cierto, en los periódicos no se publican cuentos, y si lo hacen son por encargo y lo hacen a gente conocida, pero que a lo mejor no trabajan el cuento habitualmente y tampoco son los que cabría esperar, es complicado...

Pregunta: Como decíamos anteriormente, el primer libro lo situaste en “Manderley” de ahí su título. ¿En qué mansión cinematográfica situarías las historias de Azul Ruso?

Patricia Esteban Erlés: La casa de Azul Ruso, es una idea que estuve barajando mucho tiempo y que no encontraba la manera de contarla, quizá porque me faltaba el espacio y eso era muy importante. El caso es que me gustaría, ya me parece fantástico que te recuerde a alguna película de Hitchcok porque soy muy fan, me parece genial lo que hacía con el terror, el miedo controlado que nos hacía pasar y cómo era capaz de convertir un cuchillo de cocina en un arma mortífera... en fin, todo... Pero, en el caso de Azul Ruso, donde yo lo situaría, la casa que me dio la pista por dónde conducir el cuento, fueron unas fotografías que encontré a través de internet, buscando escaleras de caracol, de una casa en Praga, un patio pintado de verde esmeralda, en Praga... Saqué varias fotos de ese lugar y a partir de las fotos de ese patio y de las escaleras de caracol, comencé a imaginar los interiores...

Pregunta: ... Verde como la criptonita...


Patricia Esteban Erlés: Sí... que es un símbolo de mi generación que abogo por recuperar, al igual que el rosco del UHF, los anoraks y los pasamontañas... creo que muchas de las personas que ahora tenemos entre treinta y cinco y cuarenta y tantos años, fuimos a ver Superman al cine, y nos quedamos encandilados con esa piedra color verde esmeralda que lo convertía en fosfatina al pobre... Superman ha sido también un símbolo trágico, por lo que le pasó después al actor que lo interpretó, Christopher Reeve... y sí, es una nostalgia compartida, una época de revival que estamos viviendo que me interesa recuperar...

Pregunta: ¿En esta sociedad puede todavía haber alguien que crea en otra persona que como sí mismo se muerde las uñas?...

Patricia Esteban Erlés: Ah... eso es muy bonito... eso me encantó, es un comentario que me dejo una chica en el blog... Mira, eso me parece una de las claves del libro. Pese a todo el elemento fantástico que hay, o irreal... pese a toda la “ida de olla” que se me pueda achacar... creo que los cuentos tienen una base muy real, tienen una vitalidad si quieres, una capacidad de transmitir al lector (y es lo que he querido) que ellos habían pasado por esa misma situación... y de ese cuento, de “Criptonita” que alguien te diga “yo también me muerdo las uñas y he querido encontrar a alguien que también se muerda las uñas... en encontrar a un chico (o a una chica) que se las mordiera como yo”... pues creo que ésa es la esencia del cuento... El cuento está basado en la búsqueda de una persona que no encuentra a la persona que quiere, que le gustaría compartir su vida con ella y que lo basa todo en eso, en que sea alguien que se muerda las uñas... es como una pista, una señal, que te lleva a encontrar a semejantes...

Sofía Basalo. Emitida en Copemadrid 2.

jueves, 2 de septiembre de 2010

... JULIÁN LAGO (2008)



Un hombre solo. Casi unas memorias, es el último trabajo de Julián Lago. Veterano Periodista y escritor. Es éste un libro en el que el autor se ha desnudado dando paso a una literatura hermosa, casi lírica, a partir de la que descubrimos al hombre y también una época de nuestra historia. Para hablar de este libro y adentrarnos en el mundo del periodismo hemos podido charlar con Julián Lago, quien comenzó su trayectoria en “El Norte de Castilla” especializándose en el género de la entrevista; la continuó en medios tan importantes como la revista “Interviú”, “El periódico de Cataluña”, “Tiempo” y en televisión lo recordamos tras “La máquina de la verdad” o “Misterios sin resolver”. Nos llenamos de humildad y de ganas de aprender y comenzamos nuestra charla:


Pregunta: ¿Cómo nace este “hombre solo”, este libro y por qué el narrador de estas memorias o casi memorias ha tomado la forma de payaso?


Julián Lago: El libro nace como una necesidad, entonces como tal, yo busqué expresarme porque me encuentro en una situación, en una encrucijada en mi vida que tengo que, evidentemente, hacer una especie de catarsis y ponerme frente a mi realidad y a mi pasado... frente a mi vida en definitiva. Eso es un ejercicio doloroso, lo he hecho afortunadamente y me ha servido para mucho el libro éste, y aunque no se hubiera publicado no me hubiera importado... porque lo que quería era poder reconstruirme en un hombre nuevo y al fin se ha realizado. La figura del payaso es porque a mí me impactó muchísimo el personaje de una novela del premio nobel Henry Böll, “Opiniones de un payaso”... me impresionó hace treinta años, de tal forma que ha estado habitando dentro de mí, dentro de mis sentimientos hasta hace seis meses que inicié esa experiencia dramática, metido en una bañera, cinco noches, intentando luchar contra un reflejo de mi vida que no me gustaba nada... y ahondaba en mí, abandonando lo que era el lenguaje, incluso en las formas periodístico, para intentar recuperar un lenguaje más literario, más emocional que me permitiera ser más yo mismo... y realmente, creo que es un camino, ya sin retorno, me parece que la literatura y la poesía han salido a mi encuentro y me ha atrapado simplemente... me he sentido totalmente atrapado por ese proceso imaginativo de creación...


Pregunta: Comentó en un programa de televisión que siempre había estado solo y que esta soledad había sido una enfermedad que lo había acompañado... ¿Por elección, por carácter...?


Julián Lago: Creo que uno no es lo que quiere ser, sino lo que le deja la vida ser. Yo me sentí solo desde muy joven, me he sentido siendo niño solo, a los seis años, a los siete años... y siempre he sido solo porque es un sentimiento que se tiene aunque estés acompañado; evidentemente el sentimiento se vela y queda en un plano secundario, poco perdido, cuando tienes alguna pasión en la vida... para mí las pasiones en la vida han venido de manos del periodismo y de mano de las mujeres, y casi siempre unidas ambas cosas, periodismo y mujeres. Yo, la revista “Tiempo” la hice para ponerla a los pies de una mujer que no era periodista y a la que yo hice periodista y así te podría contar uno detrás de otro de los proyectos profesionales en los que yo he estado. Yo necesito vivir enamorado porque sino me siento muerto.


Pregunta: Qué hermoso. Realmente sin pasión poco podemos hacer en esta vida...


Julián Lago: Sin pasión, en realidad eres un zombie que se pasea... esta sociedad está llena de zombies y de hombres y mujeres y personas que no atreven a admitir que están solos... es una sociedad de grandes soledades y te tienes que plantear un día el por qué de esa soledad; por qué estás solo... probablemente tú tengas la culpa... pero si tú tienes la culpa y no te gusta estar solo... cómo puedes salir de esa soledad... y yo he salido de esa soledad íntima y destructiva de la mano de la literatura y de la creación.


Pregunta: Son quizá las mejores terapias...


Julián Lago: Desde luego son las que me han salvado... y es que yo creo que... de momento, el lenguaje, la palabra... y estos son los que nos diferencian sustancialmente de las manifestaciones y de las expresiones de los animales... yo amo inmensamente el lenguaje de siempre... para mí el lenguaje, entiendo que al lenguaje hay que acariciarlo, con un guante de terciopelo. El lenguaje nos hace sentirnos libres, nos hace sentirnos más uno mismo y en definitiva la palabra escrita, la palabra hablada es lo mismo... yo creo que... decía el poeta León Felipe “Quédate con la casa, la hacienda y la pistola, yo me quedo con el lenguaje de la tierra mía”... no es exactamente así, pero eso es lo que quería decir... que él se quedaba con la palabra... la palabra es muy importante...


Pregunta: ¿... Y por qué la maltratamos tanto?


Julián Lago: La maltratan mucho sí... sobre todo en los medios de comunicación... ahí se maltrata más que en ningún lado... tenemos un empobrecimiento muy grande debido a internet... internet nos está poniendo muy cerca de los demás pero nos está alejando mucho de nosotros mismos y creo que es un factor de destrucción del lenguaje. Tenemos cada día menos vocabulario, no nos importa tener cada día menos vocabulario y la gente ya se manifiesta en los mensajes como si fuéramos indios “yo querer comer patatas”...


Pregunta: Incluye una frase en el libro, una frase de Francisco Umbral que dice así “La buena literatura sólo es posible desde el resentimiento, desde el rencor” ¿es cierto?


Julián Lago: Sí. Yo creo que eso que dijo Paco Umbral es verdad. Los factores sentimentales y emocionales son capaces de crear literatura, lo demás... tú puedes escribir situaciones y paisajes pero la literatura te tiene que salir de las entrañas... y las entrañas una de las cosas que las mueven es el amor, el resentimiento, puede ser cualquier tipo de expresión emocional... sólo así... yo creo que hay mucho márketing en la literatura... hay un señor que se mete y dice treinta gramos de sentimiento, treinta gramos de poder político y otros treinta de poder social y dinero... y con eso hacemos una novela... y parece que el márketing funciona... pero yo escribo única y exclusivamente para al fin ser yo mismo... no escribo para otra cosa...


Pregunta: Estamos pues ante un oasis en un desierto en el que se escribe, se hace música... todo se elabora con el fin de crear un producto de cara a una venta masiva...


Julián Lago: Bueno, yo he sido de los que trabajaba para el consumo, para el gran mercado del consumismo y no me interesa porque ahora quiero sobre todo estar bien conmigo mismo y haber recuperado la verticalidad del ser, del individuo como persona... eso es lo más importante...


Pregunta: ¿Es difícil despertar de esta ceguera...?


Julián Lago: Nos deslumbran las luces de neón... nos deslumbran los grandes bienes de consumo... al deslumbrar a toda una sociedad... en fin... yo tengo mucha envidia a la gente que en su vida tiene un ideal, se entrega a los demás... yo tenía un amigo jesuita que murió en la universidad de El Salvador, por las guerrillas paramilitares y creo que es una muerte que merece la pena, una muerte a favor de los demás, de los desheredados, de los campesinos, de la gente sin tierra, de aquellos que proceden de la miseria... yo creo que al final parece que con mi libro lo único que quiero hacer es decir a la gente que muchos estamos solos y que a veces estás solo y no lo sabes... y nada mejor que hacer algo por los demás, nada mejor para abandonar esa soledad...


Pregunta: ¿Teme quizá que eso que pretende quede enturbiado por los nombres, famosos nombres y la información al respecto que se incluye en su libro?


Julián Lago: Yo creo que eso forma parte de mi vida, han estado ahí, han pertenecido a una escenografía en la que yo también formaba parte como protagonista y no los puedo borrar, es al revés, lo que quiero decir es que yo quiero ser un hombre nuevo y quiero recuperar determinados valores, determinados principios y determinada forma de vivir que no es la propia de esta sociedad tan tremenda y tan deshumanizada que hay, no me interesa lo que he sido... y si me interesa sólo es para no volver a serlo.


Pregunta: Hemos comentado que comenzó su carrera en “El Norte de Castilla” donde se especializó en el género de la entrevista. ¿Cuál es la fórmula para hacer una buena entrevista, para atrapar a nuestro interlocutor?

Julián Lago: Sí, me especialicé en el género de la entrevista y la caricatura. Las practicaba las dos por igual... y las hacía todos los días... La fórmula es ser humilde. Esto es lo primero, lo segundo intentar suscitar los elementos dinamizadores de la inteligencia emocional al interlocutor, de tal forma que cuando le haces la primera pregunta el interlocutor diga “Hombre, éste no me pregunta lo de los demás”... y después única y exclusivamente como los grandes banderilleros tirar del capote poco a poco, poco a poco... sin romper al interlocutor. Creo que el secreto de la entrevista es tener la conciencia de que es un género que hacen los dos y que cobra uno solo.


Pregunta: Realmente hermoso. Me ha recordado un consejo que un compañero me dio una vez. Me dijo que siempre que hiciera una entrevista comenzase con una pregunta que desconcertase al entrevistado, que lo sorprendiese...

Julián Lago: Es la que más cuesta. Es la única que uno tiene que llevar en la cabeza. La única, todo lo demás surge de escuchar la voz de la persona a la que entrevista e ir enlazando con lo que se va abriendo él poco a poco. Creo que no hay que producir ningún estado de violencia. La entrevista creo que es como entrar en una barca que va descendiendo por un río hasta la desembocadura. Tiene que ser sin grandes rápidos, pero tiene que tener un ritmo y una pausa y sobretodo un respeto muy grande al entrevistado que si no estuviera ahí no te podrías desarrollar tú como entrevistador.


Pregunta: Creo que a este libro “Un hombre solo” van a seguir algunos más, ¿no es así?



Julián Lago: Sí, ya me ha pedido el editor que escriba la segunda parte... no estaría mal un título así, a ver qué te parece “El gran seductor. Otras casi memorias”.

Sofía Basalo. Publicada en www.abpress.net