sábado, 13 de marzo de 2010

... TERESA LOZANO (Octubre 2009)



"María Josefa no sólo era una mujer dulce y sensible”, afirma Teresa Lozano, quien da vida a la madre de Bernarda Alba en la nueva lectura que de la gran obra de García Lorca ha llevado a cabo Lluis Pasqual. “María Josefa es dura, fuerte y ha hecho a Bernarda tal y como es”. Así de contundente se muestra la veterena actriz, que hace dos temporadas interpretaba a la hermana silenciosa de la obra de Bernhard, “Ante la jubilación”, que en el Centro Dramático Nacional, dirigió Carme Portaceli. Hemos hablado con Teresa Lozano y esto es lo que nos ha contado:

Pregunta: Interpretas a la madre de Bernarda en la nueva mirada que ha llevado a cabo Lluis Pasqual de la obra de Federico García Lorca, una revisión en la que quizá predomina el hecho de que nos encontramos a una mujer, a una madre que respira tras una inmensa capa de frialdad y severidad...

Teresa Lozano: Sí, desde luego... Creo que es una gran propuesta por esto mismo... Bernarda lo que hace es reproducir lo que ha aprendido; Ella cree que eso se debe hacer así, que a sus hijas las debe tratar así, pero no siente así, a veces... Ella cree que es su deber y en el momento en el que junta a sus hijas y las maltrata... se está maltratando a sí misma... se está juzgando a sí misma... porque internamente no lo tiene claro, lo que ocurre es que ésa ha sido la educación que ha recibido... ahí es también importante el tratamiento que ha hecho Lluis Pasqual en el personaje de María Josefa, mi personaje, porque en un momento dado le levanto la mano y se ve claramente que Bernarda ha recibido lo mismo que está dando, claro...

Pregunta: Podemos decir, entonces, que las últimas frases que dice: “Silencio, a callar he dicho”... también se las está diciendo a sí misma...

Teresa Lozano: Claro, yo creo que sí... ella no puede decirse, no puede verbalizar que no está actuando bien... con lo que no le queda más remedio que guardar silencio, seguir adelante con lo que tiene... pero claro, pienso que esta manera, este tratamiento de Bernarda, enriquece muchísimo al personaje, le da esa parte más sensible, más humana que normalmente no se toca... de hecho, por lo que he visto durante los ensayos, Nuria Espert, sonríe, tiene una sonrisa fría, pero es un personaje que sonríe que es incluso guapa, atractiva... pero tiene ahí el hándicap de la educación de ese momento, de la sociedad... que le lleva hacia esa dureza extrema...

Pregunta: Sí esa dureza que por ejemplo despliega hacia la vecina que va a visitarlas, cuando le dice “ una hija que no obedece, no es una hija, es una enemiga”...

Teresa Lozano: Sí, sí... es que las frases que dice Bernarda son tan grandes... son tan fuertes... no sólo grandes, hermosas... sino, son tan fuertes... porque representa tanto la represión del momento, de la sociedad, de la familia... es que esa represión estaba en todos los lados... que claro son de una dureza extrema... pero por otro lado son hermosas... también, nada más entrar en escena, Bernarda dice “los pobres son como los animales”... esas frases las hemos reído entre cajas... porque Nuria Espert, dice, “desayuno con esto, nada más entrar a escena”... pero claro, es que representa la sociedad represiva de ese momento, de 1936...

Pregunta: Otra nota que me parece interesante en la puesta en escena, son las paredes inexitentes. Paredes que da la impresión de que están formados por los ojos del público, por la mirada del público... las miradas a las que tanto teme Bernarda, que tanto quiere evitar...

Teresa Lozano: Sí, yo creo que el concepto está ahí... está en que hay un boyerismo, están los ojos de todo el mundo que ella teme tanto, las vecinas... hay muchas alusiones a ello, “que no se enteren. Silencio...” Yo creo que ese concepto sí está en la escenografía... no puedo asegurarlo, pero he oído hablar de este tema a Lluis, al escenógrafo... entonces, sí, está ahí esa historia, el hecho de estar constantemente observadas, por un lado y por el otro...

Pregunta: Su personaje, no sé si representa por un lado la libertad, decir y hacer aquello que queremos y por otro la voz del autor, avisándonos de lo que va a ocurrir en esa casa...

Teresa Lozano: Yo realmente pienso que las personas mayores que tienen demencia senil, un inicio de esa demencia u otro tipo de locura... pierden la inhibición... y entonces dicen las verdades... cuando uno no tiene prejuicios, no tiene inhibición dice las cosas como son... en este personaje lo más bonito es eso... que dice verdades todo el rato... Y no sólo creo que hablan sin inhibición, sino también, son capaces de verbalizar lo que sienten... sienten lo que va a pasar... siente que Pepe el Romano las va a devorar a todas... Lo siente, lo presiente... y lo verbaliza, lo dice... Por otro lado, lo dice con una altura poética que cuando leí por primera vez la segunda escena, la del corderito... pensé “Dios mío, cómo lo diré”... porque tiene una altura poética que verdaderamente da vértigo... luego cuando se ensaya y entiendes el personaje... lo vas diciendo todo, pero es verdaderamente maravilloso ese texto...

Pregunta: ¿Cómo ha sido y está siendo esta aventura lorquiana?

Teresa Lozano: Es una aventura maravillosa... en Barcelona, en el TNC llenamos todo el tiempo y aquí, en Madrid igual... la respuesta del público es impresionante... se levantan todos al final... mejor imposible, ésa es la gran recompensa siempre... luego, vivir cada día ese texto... es otra recompensa, porque yo que no estoy todo el rato en el escenario y lo escucho mucho, porque estoy siempre entre cajas, cada día se me pone la piel de gallina... también la historia, saber que fue lo último que escribió, poco antes de su asesinato... verdaderamente te impresiona... y parece que él también tuviese una premonición... se lo he oído decir alguna vez a Lluis Pasqual...

Pregunta: Sí, Lorca ha estado muy presente en la trayectoria de Lluis Pasqual...


Teresa Lozano: Yo creo que lo entiende muy bien... no sólo lo admira... lo entiende muy bien... entiende su lenguaje... lo conoce y lo sabe expresar muy bien... Los ensayos han sido para volver a repetirlos... porque con tres personalidades como Lluis Pasqual, Nuria Espert y Rosa María Sardá... es estar aprendiendo todos los días muchísimo, porque es un trío impresionante... no sólo verlos ensayar, también oírlos hablar... oír cómo comentan una escena... son tres grandes, claro... es un privilegio, por supuesto...

Pregunta: Comenta que es una oportunidad para aprender. Usted lleva muchos años en la interpretación, teatro, cine, televisión... es admirable que no haya perdido esa curiosidad, esa inquietud, sino que además la exprese con tanta intensidad...

Teresa Lozano: Es que creo que en nuestra profesión ha de ser una constante... nunca sabes... cuántas veces tropiezas, cuántas veces ensayas un personaje y dices “no lo acabo de coger”... y luego, quizá, ves a un compañero y te da una pista... nosotros vamos atrapando las pistas al vuelo... como las moscas... aparte del texto... nos pueden llegar por muchos lados... por una idea, por una sensación... entonces, claro, cuando estás cerca de gente que sabe mucho... pues todo se facilita... y cuando tienes ante ti... por ejemplo, cuando levanto la mano y tengo enfrente los ojos de Nuria Espert... tengo bastante... (risas)... pero en esta profesión no acabas nunca... al menos ésa es mi experiencia... no terminas nunca por saberlo todo, al contrario, yo cada vez sé menos... que es lo que hay que hacer por otra parte... al menos, eso creo...

Pregunta: En todo este tiempo de carrera, supongo que ha encontrado a muchas personas de las que ir aprendiendo... ¿hoy en día es fácil encontrar personas de las que aprender. Tenemos hoy en día en la escena grandes maestros, jóvenes maestros?


Teresa Lozano: Yo creo que hay muchas personas para aprender; creo que los actores de hoy en día, los actores jóvenes están muy bien preparados... yo me quedo verdaderamente pasmada... por ejemplo en esta misma obra, tenemos un plantel de gente joven fantástico... yo creo que la gente sale muy preparada... y yo aprendo, lo mismo de Lluis Pasqual, de Nuria Espert y de Rosa María Sardá, con la que he tenido la suerte de trabajar más veces, con Nuria es la primera vez, también aprendo de las gente joven... el entusiasmo, la entrega, la disponibilidad... La disponibilidad para mí es palabra mayor en el teatro...

Pregunta: ¿Disponibilidad?

Teresa Lozano: Estar dispuesto a entregarte, a que te digan “por aquí, por allá”... a embadurnarte la cara de negro... en fin, a muchas cosas... pero no sólo disponibilidad física, sino disponibilidad anímica... de abrirte y decir, “a ver por dónde busco”... todo es posible... esto, la gente joven, al menos quien he tenido cerca, lo tiene... están dispuestos a todo... y de todas esas cosas se aprende muchísimo... yo la verdad, creo que está muy bien... la gente que empieza está muy bien...

Pregunta: Ha hablado de disponibilidad física y anímica... Quizá esta última sea la más complicada de conseguir... creo que debe resultar a veces complicado entrar en un personaje...

Teresa Lozano: Es complicadísimo... siempre parece que uno está dispuesto a todo, y siempre psíquicamente, aunque uno no se dé cuenta hay más reservas... a veces no se es consciente... pero está protegiéndose, porque claro, se trabaja con sentimientos y con cosas internas, experiencias... entonces, a veces nos protegemos y vamos por un camino... no es fácil, pero porque es complicada la consciencia... uno se protege inconscientemente y la disponibilidad hay que buscarla... porque nos ponemos barreras...hay que estar alerta siempre...

Pregunta: Hace poquito tiempo la vimos en el Centro Dramático Nacional con una obra más que interesante “Ante la jubilación”. Al respecto me sorprendió un comentario que hizo de su personaje, un personaje silencioso. Me sorprendió porque casi siempre se dice que un personaje “mudo” es un reto enorme, casi más difícil que aquel que tiene mucho diálogo, usted en cambio dijo que ese silencio le daba mucha libertad..
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Teresa Lozano: Sí, es cierto. Me la daba, porque en una obra de teatro, cuando estás haciendo funciones, tienes que estar luchando, cuando ya ha pasado el stress del estreno, viene el stress de mantener la función... de que no se te anquilose, de que no la mecanices y que la vivas... y ese stress está, aunque parezca que no, que vamos, hacemos la función y ya está... el stress es muy grande... porque estás todo el tiempo en lo que habías buscado, rebuscando... estás siempre activa internamente, estás intentándolo al menos, claro, cuando estás en silencio... el recorrido no está tan marcado, el canal no está tan firmemente construido... yo puedo moverme y puedo sentir... hay una libertad, dentro de la situación que está teniendo lugar... porque claro, las palabras que dices y cómo las dices, te obligan muchas veces, te marcan una cosa que ya tenías... y a veces te gustaría experimentar otra y te supone un esfuerzo hacerlo y un riesgo porque no sabes si dentro de ese momento, como la función ya es un resultado no es una búsqueda, no sabes si en ese momento vas a acertar o vas a desconcertar a lo mejor al compañero... entonces con el silencio no pasa... es evidente, porque no tienes las cadenas que a veces son las palabras...

Pregunta: “La casa de Bernarda Alba”, “Ante la jubilación”, dos obras muy comprometidas ¿Cree que el teatro necesita este compromiso, le falta en alguna que otra ocasión?


Teresa Lozano: Yo creo que el teatro en sí es un compromiso, si está bien hecho, si es riguroso, el compromiso ya está presente. A veces te comprometes a decir unos textos más duros y otras veces te comprometes simplemente a distraer... a mí no me parece mal, yo creo que si el montaje está bien hecho y el trabajo de los actores es riguroso, ahí hay una enseñanza y un compromiso... y se presenta una obra de arte... entonces, creo que eso es suficiente... pero claro si tienes grandes textos, como es el caso de “La casa de Bernarda Alba”... pues dices muchas más cosas... y cuanto mejor dichas están... mejor llegan y más hermoso es... y sobre todo más enriquece al espectador... pero yo soy de las que creen que es suficiente con que el proyecto y el trabajo sean rigurosos; creo que eso ya es un compromiso con el público.

Pregunta: ¿Es complicado hoy en día encontrar un texto riguroso?


Teresa Lozano: De teatro contemporáneo, no sé tanto... no he tenido entre mis manos, no he barajado últimamente lo que se escribe en la actualidad... sí he visto y he oído... creo que en todo momento se escriben y se hacen cosas interesantes...y también cosas no interesantes... es evidente que claro, hay algunas que han trascendido, mira lo que estamos haciendo ahora, entonces, ya te da una idea de la validez de ese proyecto... pero estoy segura y convencida de que ahora hay grandes textos, de que habrá que descubrirlos... y claro, hay otros que ya están más que descubiertos... hay mucha riqueza... hay que buscarla... pero la hay...

Pregunta: ¿Tras “La Casa de Bernarda Alba” qué proyectos tiene entre manos?


Teresa Lozano: De momento no tengo nada y estoy muy contenta (risas) porque estoy cansada... saldrán cosas, es indudable... pero de teatro, voy a ver si me ralentizo un poquito porque últimamente he hecho una obra por temporada y es cansado... si lo quieres hacer bien, el teatro es agotador... estar todos los días, buscando... el stress que te contaba... eso es muy cansado... y yo quisiera descansar una temporada... sé que hay cosas concretamente una muy bonita, que no te la voy a decir porque no quiero gafarla... pero sé que hay cosas que pueden aparecer, pero seguramente no serían hasta el verano... con lo que aún me queda... aunque bueno de Madrid, vamos a Milán... y probablemente a Colombia... con lo que de Bernarda, aún queda... y luego tengo esta cosita para el verano, que no sé si cuajará... pero si no cuaja... veranearé, que no está nada mal... (risas) son muchos veranos de movidas que te impiden descansar bien...

Pregunta: Con lo que en usted no se cumple eso de que a cierta edad, en teatro no hay personajes interesantes para la mujer...

Teresa Lozano: Sí, aunque hay muchos masculinos ¿eh?... pero hay papeles femeninos interesantes, fíjate en esta obra... somos todas mujeres... sí hay, aún quedan, pero es cierto que hay más papeles masculinos y con más entidad... es evidente...

Pregunta: Una última pregunta. Algunas voces han comentado que no es así la Bernarda que imaginó García Lorca. Que el autor granadino la escribió tal y como siempre se ha hecho: Masculina, severa, sin fisuras... Usted forma parte del proyecto que ha llevado a cabo Lluis Pasqual... Personalmente me quedo con esta Bernarda, ¿y usted?

Teresa Lozano: Yo creo que hay las interpretaciones de las obras, dependen también de la época... creo que cuando la interpretó Ismael Merlo, hace muchos años, probablemente esa visión de hacer una Bernarda más política, un hombre... a lo mejor el impacto que él podía conseguir, la transmisión del personaje, en ese momento interesaba y era más fuerte, pienso que hoy en día se buscan todos los matices a los personajes... porque también ha habido por medio un trabajo psicologista... que nos ha influido, entonces, buscas de los personajes, como personas, todas las vertientes, no sólo una... porque las personas somos un cúmulo de cosas... y esto es lo que ha hecho Lluis Pasqual, ha dado una visión de La Bernarda no monolítica, sino, verdaderamente como persona que tiene muchas vertientes... Yo estoy absolutamente de acuerdo con esto, es más, es lo que más me interesa... comprendo que en otras épocas podía ser impactante y también habrán sido las lecturas de estos directores, pero yo estoy totalmente identificada con este proyecto, con la manera de trabajar de Lluis Pasqual, de buscar quién es cada uno y qué parte tiene cada uno de duda... o no duda... porque las personas somos así... también, por ejemplo, se ha visto a una María Josefa (mi personaje) muy dulce siempre... y aquí no es así, aquí es fortísima... por un lado, porque tiene otra vertiente entrañable... son varias caras y creo que esto siempre es enriquecedor.

Sofía Basalo.

domingo, 7 de marzo de 2010

... ANA MARZOA (Abril 2009)



Ana Marzoa ha trazado su trayectoria colocándose en la piel de mujeres de carácter, de sentimientos intensos, de silencios elocuentes, de pasiones arrebatadoras... “Tras las huellas de Bette Davis” y “La Señorita de Trevélez” han sido sus últimos trabajos teatrales. Actualmente y de nuevo de la mano de Tomás Gayo y su compañía vuelve a subirse a los escenarios para interpretar a una mujer virginal y cándida que recorre el mundo junto a su abuelo centenario, el poeta más viejo de la tierra en “La noche de la Iguana” de Tenessee Williams. El seis de mayo llegan a Madrid, al Teatro Reina Victoria. Un mes antes de tal fecha hemos podido charlar con la actriz:


Pregunta: Después de “Tras las huellas de Bette Davis”, “La Señorita de Trevélez” ahora “La noche de La Iguana”... grandes propuestas y sobre todo, grandes personajes femeninos...


Ana Marzoa: Sí, son personajes con una gran hondura... en el caso de “Tras las huellas de Bette Davis” era una adaptación que había hecho Joaquín Vida de la película “Qué fue de Baby Jane” que además estaba basada en una novela. Él hizo una versión muy interesante porque transcurría en un lugar de Suiza, era distinto de cualquier manera. Después con Tomás Gayo, hice “La señorita de Trevélez” de Arniches, en su género, me parece una obra sobresaliente, además con un personaje que nunca había hecho porque no es sólo que fuese comedia sino que está dentro de la farsa trágica, es un personaje esperpéntico y desde luego el texto de Arniches, una obra tan rica en humor, pero un humor inteligente, en el lenguaje... gocé muchísimo en ese espectáculo sobre todo por servir a un texto tan excelente y de nuevo ahora con Tomás Gayo... me parece el llanero solitario... porque es un hombre que lleva veinte años produciendo teatro con mucha honradez y honestidad, siempre con un repertorio muy interesante y con un apoyo muy exiguo... es también una persona a la que quiero mucho por la vocación y la capacidad de trabajo que tiene y ahora ha apostado por “La noche de la iguana” de Williams, un autor clásico contemporáneo... personalmente había hecho hace unos años “Un tranvía llamado deseo” en el Teatro Bellas Artes, bajo la dirección de José Tamayo... ese personaje también estaba muy en los deseos de las actrices... pero en este caso, me parecía una obra muy atractiva e interesante desde el planteamiento, el lugar y el espacio que ocupa, porque transcurre en menos de veinticuatro horas, la acción empieza a primeras horas de la tarde hasta la noche, en un hotel perdido en un lugar de México, un lugar abandonado... podría ser un barco también que va a la deriva... y donde se encuentran distintos personajes muy variopintos... me gusta mucho mi personaje... es una mujer madura, soltera o solterona como se decía entonces, virginal... pero por otra parte, tiene todo un componente de arrojo y aventura, porque junto a su abuelo centenario, porque tiene 97 años, van por el mundo; ella hace retratos de acuarelas a la gente por los hoteles y el abuelo como el poeta vivo más viejo del mundo, recita... es una especie de rapsoda, con lo que esa mezcla de espiritualidad y vida interior... con mucha vibración... no le impide tener los pies en el suelo, puesto que para viajar hay que comer, hay que conseguir dinero. Son una especie de vagabundos, cuando ellos aparecen en ese hotel, entran dos personajes muy mágicos, muy distintos al resto, porque son especiales y entonces hay cosas con las que me identifico y aunque no fuera así me atrae mucho mi personaje, la verdad...

Pregunta: Ha manifestado que son personajes muy diversos los que se dan cita en ese hotel. Son muy diversos, pero no sé si hay algo que los une, pues creo que todos, unos sin saberlo, otros sabiéndolo, buscan quizá un sentido a su vida...


Ana Marzoa: Sí, son personajes, salvo el que interpreta Sara Casasnovas que es la más jovencita, de edad madura y sí, es un poco como la vida misma, la lucha por la supervivencia, con personajes distintos y en el caso del personaje de Tomás que es el protagonista de la función y mi personaje, cuenta esa cosa de la empatía, el atractivo de las personas que lo descubren al encontrarse como nos suele ocurrir a nosotros en nuestra experiencia personal... esta atracción, esta simpatía mutua, el entenderte, que además lo que lo hace interesante es que si mi personaje fuese otro, sería una historia de amor y sería fantástico... pero mi personaje en ese sentido es muy de Tenessee Williams... personajes que tienen unas frustraciones sexuales o unas torturas o unos caminos muy especiales... ella no puede vivir el sexo... no se sabe porqué... eso ya forma parte de mi imaginación como actriz y de la imaginación del público como tal... con lo que esa historia, esa empatía, ese entendimiento nos conduce hacia el fracaso...

Pregunta: Ha comentado que su personaje va a todas partes con su abuelo centenario. No sé si en cierta medida, le ocurre como a esa iguana a la que el personaje de Tomás Gayo libera al final de la tarde... al morir el abuelo, su personaje queda libre, deja atrás el lastre del poeta más anciano del mundo...

Ana Marzoa: Eso no se sabe y quizá es lo más interesante... la iguana es muy bonito como símbolo, además en este espacio tan atractivo... un lugar del trópico, el caribe, con sol, con luna, con tormenta... como decías, ese encadenamiento de este animal... como podría haber sido otro, este símbolo son un poco las cadenas que tienen todos y además es una función que además de su profundidad tiene humor, tiene fragmentos de vida cotidiana y en ese sentido todos arrastramos una cadena y en realidad la vida es siempre un ansia de vivir mejor, de superarnos, siempre tenemos cadenas, atavismos... todas las cosas que son nuestras vidas y que nos hacen avanzar... son cosas que nos acompañan desde que nacemos....

Pregunta: Quizá en cierta forma vivir es ir soltando lastre, intentar ser libre aunque sea un tanto complicado...


Ana Marzoa: Sí... por eso esta obra me parece de las mejores de Williams... y además, este personaje, que es más contenido que no tiene un registro tan histriónico como el que hice en “Un tranvía llamado deseo”... quizá le tenga más cariño... es un personaje con un mundo interior oculto e intenso... teatralmente no has de tener grandes registros pero siempre hay una sensibilidad que está en todo momento... ese tipo de personajes, con el tiempo, me gustan más... por esta razón me gusta tanto Chejov... al que no he tenido la posibilidad de interpretar... salvo cuando estudiaba... son personajes con una gran vida interior, con un gran pudor en lo que se refiere a la demostración de sentimientos... no hay gritos, no hay grandes alardes... son mis preferidos, son los más ricos y honestos...

Pregunta: Ha comentado que no ha hecho nunca a Chejov...


Ana Marzoa: Sí, y mira que es uno de mis autores preferidos...

Pregunta: Me resulta extraño pues creo que tiene una forma de interpretar muy intensa y me la puedo imaginar perfectamente en la piel de cualquiera de sus personajes femeninos...

Ana Marzoa: Eso es que... estamos todos como los Hámsters, en una rueda dando vueltas... es normal, pasan los años... todo depende de quien dirige... y en cuanto a sentirme identificada, va mucho con la propia manera de ser; no sé si es por la herencia, que soy hija y nieta de gallegos... aunque esto es relativo, poner los caracteres por regiones... pero a veces marca por el propio paisaje, luego viví en Buenos Aires que también es lluvioso, melancólico... digamos que tengo, personalmente, una familiaridad con la melancolía, con todo ese mundo que plantea Chejov... lo siento como persona, escuchando música, con las cosas que me emocionan... pero lo demás, es normal... cada uno conoce gente y hace los repartos que hace... pero es normal... lo haríamos todos... Quizá en el teatro no está tan claro como en el mundo de la ópera, donde las grandes voces no son tantas, lo que se demuestra es mucho más claro, más técnico... en el teatro todo está un poquito más mezclado... depende de las modas... es normal...

Pregunta: Ha comentado que estamos viviendo una época en la que se desprecia la experiencia y en la que prima el usar y tirar...


Ana Marzoa: Sí, eso lo vivimos todos... cuando yo era pequeña se te estropeaba la plancha y no había dinero para comprar otra, la reparabas y seguías usándola... ahora no... ahora sale más barato tirarla... hasta los coches... y la prueba está en que hay una necesidad, en la mayoría, no sólo en el mundo de la actriz, de parecer jóvenes... todo esto de operarse... hay algo que nos dice que lo importante es parecer joven... a todo esto se une la proliferación de las residencias de la tercera edad, que no sé porqué no se dice “ancianos” o “mayor” o “viejos”... todas estas maneras o eufemismos de decir las cosas... Esto me recuerda un libro “El mundo de ayer. Memorias de un Europeo” de Stephan Zweig, un libro interesantísimo, donde habla de una época en la que los jóvenes querían parecer mayores, y la prueba está que la mayoría de los artistas... Mozart... toda su obra la hicieron con veintitantos años y a veces menos... Rossini que es un músico extraordinario componía con catorce años... pero que cuando terminabas una carrera, la gente ya era madura, con tan sólo veinte años... ahora es al revés... el lenguaje marca mucho, las palabras son la expresión de cómo vivimos... tú verás que muchas actrices de cerca de sesenta años dicen “mi chico” piensas que se están refiriendo a su hijo y es a su pareja... esto marca un poco... no es normal... entonces, lo viejo se aparca, por ejemplo en la enseñanza, no se puede jubilar a un profesor con sesenta años... ves casos de gente lúcida que quizá está impartiendo clases magistrales... entonces... no es lógico...

Pregunta: Teatralmente este hecho puede repercutir en la exigencia o quizá en que se prefiera contratar a actrices o actores preferentemente jóvenes, independientemente de la calidad que puedan demostrar...

Ana Marzoa: Depende... todo es relativo... depende de las personas que lo hagan... en ese sentido siempre ha pasado igual... quizá lo que noto a través de los espectáculos, grandes espectáculos que son los que están subvencionados... por ejemplo, teatros nacionales, naves del español... lo que noto desde hace unos cuantos años es que hay una mentalidad de nuevo rico... en fin, tú ves un espectáculo y ahí no para de llover, de caer el agua, o nieva, o imágenes... no sé, esta necesidad de que el teatro se queda pequeño, se colocan imágenes de cine, proyecciones... cuando a veces, recuerdo que cuando vi “La señorita Julia” de Bergman que era un espacio cerrado... tenía mucha más vida... pero todo esto no es del teatro es de la sociedad... esto de los nuevos ricos es una de las cosas más bajas de la cultura... los nuevos ricos es lo peor que puede haber, a mi entender... bueno lo peor es ser un asesino... pero en fin, ya me entiendes... Con esto quiero decir que más allá de esas proyecciones no queda nada de la grandeza del autor que toque o del actor... pero por otra parte, hay también espectáculos muy buenos...

Pregunta: Anteriormente hablaba de su deseo que de La noche de la Iguana llegue a Madrid....


Ana Marzoa: Sí, sí, nosotros entramos el seis de mayo en el Teatro Reina Victoria... es muy buen teatro, quizá hubiésemos sido más afortunados si entráramos un poquito antes, porque después llega junio, el buen tiempo, la temporada concluye... pero entramos, entramos en Madrid... Tomás está trabajando como loco... y espero que como este año ha sido bueno de público, por lo que me cuentan... claro, la época no es la idónea, pero como los teatros tienen aire acondicionado y se está fresquito... espero que tengamos suerte...

Pregunta: Su carrera está repleta de personajes femeninos con mucho carácter e intensidad, ¿Ha tenido suerte y cree que en el teatro hay menos buenos personajes femeninos?


Ana Marzoa: Quizá en general sí, aunque Shakespeare dibujó personajes femeninos muy buenos... Lope de Vega también tiene excelentes personajes femeninos... e igual en la tragedia griega... lo que ocurre es que si hablas de un modo genérico e incluyes al cine... donde un hombre con cincuenta años está en su mejor época... piensas en la mujer y ves que con cincuenta años de símbolo sexual tiene poco... También Chejov hizo mujeres maravillosas... ahí no hay diferencia de edad. Fíjate que me parece normal porque si miras la historia la mayoría de los grandes músicos, los grandes pintores, fueron hombres y en la literatura los grandes personajes femeninos fueron escritos por hombres también...

Pregunta: Es decir que la historia la hizo el hombre con lo que “está en una situación privilegiada” y no nos queda mucho espacio...

Ana Marzoa: Sí nos queda espacio... pero esto sería una cuestión a analizar sin radicalismos, sin feminismo barato... si yo encuentro que con lo que más me he identificado es con escritores, literatos masculinos... algo ha pasado... y una mujer también podía tenía papel y lápiz y podía escribir en su casa... hubo mujeres interesantes en el siglo XX... ha habido grandísimas escritoras... ha habido algo que probablemente... el hombre, claro, era el más fuerte, pero lo curioso es que fuera tan sensible como para hacer personajes femeninos tan bellos y hacer música, arte en general... En fin ahora todo esto ha cambiado, la mujer ha dejado de estar subyugada a la casa, a los hijos, al marido, ahora sale, trabaja... el paisaje ha cambiado mucho... y ahora es también la creadora...

Pregunta: Desde su experiencia en dar vida a personajes tan ricos, desde su trayectoria tan extensa, ¿cómo contempla el teatro actual?

Ana Marzoa: Todas las épocas tienen sus variantes, pero quizá cuando yo era jovencita, cuando llegué a Madrid, la interpretación era un poquito más acartonada, la manera de interpretar era un poco más declamatoria, más externa y creo que como ahora todo se ha unificado ha ganado mucho en lo que los jóvenes han estudiado para ser actores, en la verdad, en una especie de... el otro día vi en el Teatro Pavón “La Estrella de Sevilla” y me encontré con unas interpretaciones, sobre todo de tres actores, fantásticas, porque te están dando un texto clásico pero que no te adormece, porque lo entiendes, lo desentrañan y con unas grandes facultades... Daniel Albaladejo, Francisco Rojas... creo que en eso se ha ganado, pero a veces vamos de un extremo al otro... muchas veces por ser muy realista, todo tiene que tener tiempo y madurez en estas cosas, quizá algunos han llegado al método un poco tarde y crean ciertos fanatismos donde se ha pasado un poco por alto lo que es el actor como instrumento, quiero decir que un actor es un instrumentos, y entonces si tú ves una obra de teatro clásico, una obra importante, el actor ha de tener unas cualidades de voz, de físico, de capacidad de transmitir que no sea... quizá y esto sí me parece una cosa muy necia del último tiempo, cuando se hace un clásico parece que es más moderno si lo vistes como ahora y eso es una tontería enorme... En general, sí creo que se ha evolucionado y además ahora el mundo ya no es una cosa imposible de conocer porque antes a ver quién podía coger un avión para ir a otro lugar... ahora lo vemos todo y estamos comunicados y mezclados y de ahí surge la riqueza... en eso se ha ganado mucho... y supongo que ya el tiempo colocará un poco en el orden, de no perder la sensibilidad y la grandeza también que no sea sólo un oficio y sea arte...

Sofía Basalo.

viernes, 5 de marzo de 2010

... GINÉS SÁNCHEZ. (Julio 2009)



El Teatro Muñoz Seca de Madrid ha concluido su temporada con un proyecto que su director ha calificado de milagro. Hablamos de “Último viaje de Antonio Machado”. La primera aventura teatral como director de Ginés Sánchez. Un gran plantel de actores dan vida a Antonio Machado, José Machado, Manuel Machado, Ana Ruiz, Matea Monedero... Un compromiso absoluto que ha logrado hablarnos del exilio y de la memoria histórica sin ningún tipo de “maniqueísmo”. Algo que ha procurado su director, también artífice inicial de este sueño... La humanidad y sus conflictos planean sobre el último refugio de un autor atormentado por no poder hacer nada por un país que agonizaba en una guerra “incivil”.
Hemos hablado con el director de “Último viaje de Antonio Machado”:


Pregunta: En el programa de mano de “Último viaje de Antonio Machado” te haces una pregunta: ¿Tiene algún sentido rescatar la figura de Antonio Machado, 70 años después de su muerte?. No sé si la respuesta más interesante es decir si tiene o no sentido, o desentrañar lo que conlleva “rescatar”, el olvido. ¿Se ha olvidado a Antonio Machado?


Ginés Sánchez: Efectivamente, yo creo que la figura de Antonio Machado está prácticamente olvidada. Se han cumplido 70 años de su muerte y no hemos asistido a ningún homenaje hacia la figura del poeta y sólo a nivel teatral, dos espectáculos se están representando a lo largo de este año; uno es “Las tierras de Alvargonzález” y por otra parte, nuestro proyecto “Último viaje de Antonio Machado”... Creo que es importante rescatar la figura de este poeta, de Antonio Machado, me parece fundamental y sobretodo, además en este setenta aniversario, en el que no sólo se cumplen setenta años de la muerte del poeta, sino que se cumplen setenta años de la primera vez que llegaron barcos de exiliados a diferentes zonas de Hispanoamérica, como por ejemplo, México o Chile, es parte de nuestra historia, es parte de nuestro pasado y si olvidamos el pasado, muy difícilmente podremos construir nuestro futuro.

Pregunta: Hablando del pasado, en este montaje se ejercita la memoria histórica, pero has precisado que lo hacéis sin ningún tipo de maniqueísmo...


Ginés Sánchez: Sí, porque creo que el maniqueísmo ya nos lo ofrecen diariamente los representantes de los diferentes partidos políticos, que nos imponen, o quieren que pensemos de la misma manera que ellos piensan ¿no? En esta obra el contexto histórico está muy bien tratado, pero no se posiciona en ningún momento; es el espectador el que escoge dónde posicionarse, se posiciona bien en la figura de Manuel Machado, que está en el bando nacional; bien bajo la figura de Antonio Machado que está en la zona republicana o incluso, además, damos otro punto de vista, como es el de Matea Monedero, la mujer de José que nunca ha estado involucrada en nada de política, y que sin embargo se siente lastrada... como muchas personas que en su momento fueron obligadas a estar en un bando o en otro, durante la guerra civil... se dan múltiples puntos de vista y en ningún momento tenemos un gran discurso político; en esta obra los conflictos humanos se posicionan frente a los conflictos políticos.

Pregunta: Estaba recordando que incluso en algún momento estas tres posiciones dudan, dan muestra de su fragilidad... Por ejemplo, Manuel Machado al ver el horror de la guerra se pregunta si su opción será correcta...

Ginés Sánchez: Es que hay un momento dado, como en la vida de cualquier persona, en el que todos hacemos una cierta autocrítica y nos preguntamos si acaso nos estaremos equivocando, si estaremos actuando del modo correcto... y es que me parece algo tan humano... y yo creo que eso es lo que le da grandeza aún más a nuestros personajes, que a pesar de tener una posición política clara, por encima de eso, están los conflictos humanos y en el caso de Manuel Machado, y es histórico, es así, tampoco nos estamos inventando nada... cuando se produce el alzamiento en Burgos, él es arrestado como republicano, estuvo tres días en la cárcel, lo único que a través de familiares de su mujer, que eran jesuitas, él decide salvar el pellejo, lo que es muy humano... él decide trabajar a favor de Franco, le dedica varias loas... de la misma forma que Antonio Machado realizó escritos para el gobierno republicano, el congreso cultural que se produjo en Valencia, por ejemplo... lo interesante para mí de hacer teatro es esto... que le ofrezcamos al espectador diferentes abanicos, diferentes posibilidades, diferentes formas de pensar y que un grupo de amigos que pueda asistir a ver esta función, después se siente en una terraza, tomen una cerveza y entre ellos mismos haya diferentes puntos de vista de lo que les ha ofrecido el montaje... yo creo que esto es lo interesante que tiene el montaje de “Último viaje de Antonio Machado”... no deja indiferente a nadie y además de todo esto, podemos descubrir la figura de Machado como poeta y para aquellos que ya lo conozcan, pueden volver a redescubrirlo... rememorar aquellas citas que tienen en una libretita, metida en un cajón...

Pregunta: ¿Cómo decides llevar adelante esta empresa, cómo consigues reunir a tan gran reparto y tan buen asesoramiento, el de Ian Gibson?

Ginés Sánchez: Sí, en general todo el proyecto ha sido un gran reto. Yo diría que ha sido un milagro, en el teatro a veces surgen estos pequeños milagros... las cosas se fusionan... nosotros por ejemplo hemos conseguido llegar a Madrid en un momento en el que ha coincidido el apoyo de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales de la Obra Social de Caja Duero de un grupo de empresarios de Soria y del propio ayuntamiento de la ciudad, con lo que es importantísimo el apoyo publicitario para un montaje de estas características... La idea parte del centenario de la llegada de Antonio Machado a Soria, es en un principio cuando comenzamos a trabajar sobre este tema y desde luego teníamos muy claro que en el propio texto, debía haber poemas de Antonio Machado... porque es una obra que la queremos hacer para el gran público, de hecho nuestra gran sorpresa en Madrid ha sido el momento en que Francisco Vidal que interpreta a Antonio Machado, recita el “autorretrato”. Él mismo mientras recita, escucha a personas que al mismo tiempo lo repiten... a nivel dramatúrgico, ha sido un gran reto; creo que uno de los grandes retos que hemos tenido, desde el punto de vista de la autoría del texto, tanto Marco como yo, ha sido el personaje de Leonor, e intentar además quitar toda solemnidad a la hora de que el actor recitase los poemas, y es que, creo que no los recita, que los dice de una forma muy coloquial y así llega mucho más al espectador... además de poemas, que son los grandes conocidos, tenemos muchos fragmentos de “Juan de Mairena”, incluidos durante los discursos que el propio poeta va desarrollando a lo largo de la obra, bien, por ejemplo, cuando habla de la no intervención de Francia e Inglaterra... cuando comenta su conflicto más humano... cuando ve que no puede escribir... yo creo que se ha intentado rescatar pequeños fragmentos y sobre todo... es que es imposible hablar de la vida de Antonio Machado y de todos sus escritos en una hora y media... pero lo que hemos intentado es dejar un buen sabor de boca para que el espectador llegue a casa y decida rescatar de su biblioteca algún libro del poeta...

Pregunta: Comentabas que esto casi ha sido un milagro... no sé si el milagro está en que hayáis conseguido llevarlo adelante o en que alguien se tome la molestia y la dedicación de embarcarse en un proyecto así, alejado de lo comercial y con tanto compromiso...


Ginés Sánchez: Efectivamente... ¿Pero qué es comercial hoy en día en el teatro; montajes de monólogos son comerciales, en fin...? Yo creo que hay que diferenciar entre un tipo de teatro y otro tipo de teatro... Yo te puedo decir que todos los actores que tenemos en el reparto, desde Paco Vidal, Charo Soriano, Claudia Gravi, Resu Morales, Manuel Brun, Ángel Amorós, Fernando Escudero y Gloria San Vicente, están todos enganchados... y además es que estar con ellos, trabajar con ellos, sobre todo con personas como Claudia, Charo o Paco Vidal, que tienen una gran trayectoria, es un regalo diario... y además es una clase magistral... Yo tanto como productor, como director de este montaje, siempre digo que para mí “último viaje de Antonio Machado” ha sido casi como hacer un máster, por todo lo que me ha aportado este trabajo y sobre todo la profesionalidad de estos grandes actores... ya me gustaría encontrar actores jóvenes, de las nuevas ordas que están saliendo tanto en televisión como en teatro, con el talante que tienen estos grandes actores, porque no es fácil encontrar gente que se implique en un proyecto de la forma en que se han implicado todo el reparto. Puedo decir en estos momentos que tengo compañía y creo que eso es muy difícil...

Pregunta: ¿Por qué lo crees?


Ginés Sánchez: Porque los actores más jóvenes están más pendientes de trabajar en televisión, de hacer cortometrajes, de hacer cine y sin embargo el teatro les interesa poco... desde luego, lo abandonan en cuanto les surge la oportunidad de intervenir en una serie de televisión... estos actores con los que trabajo, actualmente, que son grandes profesionales, compaginan perfectamente su trabajo en televisión... y es que tienen tal calidad humana, tal calidad profesional... es imposible describirte lo que ellos aportan al montaje... en los montajes que he producido con anterioridad y en otros trabajos, no he tenido la calidad humana que tengo ahora... estas ganas de trabajar cada día... intentar mejorar, aportar cosas diferentes, matices, trabajar el texto como si fuera el primer día... es un regalo estar con ello....

Pregunta: ¿Tal vez hoy en día los valores han cambiado?


Ginés Sánchez: Sí, y yo creo que la culpa de esto, la tiene, en gran parte, las escuelas de teatro... algunos actores salen de las escuelas de teatro sin conocer la realidad de lo que es vivir de esta profesión... piensan que todo es mucho más fácil y que todo se consigue rápidamente... realmente este oficio es muy duro... se ha de trabajar diariamente... es un esfuerzo continuo... por eso te comentaba que para llegar a Madrid, hemos esperado un año... y finalmente ha sido Don Enrique Cornejo quien se ha decidido a apoyar abiertamente este proyecto... porque no es fácil apoyar una empresa de estas características, pero él como gran persona que conoce el teatro y lo ama profundamente nos ha permitido acceder a uno de sus teatros....

Pregunta: Nos hablas del apoyo de un empresario privado, cuando quizá esta obra debiera haber sido apoyada por algún teatro público...

Ginés Sánchez: Efectivamente... éste es un montaje que encajaría más en un Fernán-Gómez, en una sala del Círculo de Bellas Artes... pero bueno, ahora mismo este tipo de salas tiene la cabeza en otra parte... prefieren programar otro tipo de espectáculos y muchas veces, digamos, no se interesan por los valores culturales... tenemos el setenta aniversario de la muerte de Antonio Machado... bueno, pues este tipo de teatros nos han dado la espalda y Enrique Cornejo nos ha abierto las puertas del suyo, porque ha considerado que era el momento adecuado de producir esta obra en Madrid... y la verdad es que ha sido un placer trabajar con él, conocerlo más de cerca y desde luego es un señor que conoce tanto el mundo del teatro que es una persona de la que se puede aprender muchísimo...

Pregunta: ¿Escasean estas personas en el mundo teatral?

Ginés Sánchez: Totalmente. Estamos esclavizados a la figura del programador, que es un señor que es funcionario, que realiza muy bien su trabajo, pero que en realidad, lo único que le interesan son los números y llenar su teatro... no preocuparse por encontrar nuevos espectadores, sino sencillamente, llenar el teatro con figuras televisivas... y creo que eso perjudica, creo que el programador de hoy está echando a perder lo que antes considerábamos los grandes espectáculos de teatro...

Pregunta: ¿Tal vez para ser programador no es necesario saber de teatro?


Ginés Sánchez: Hay de todo... hay programadores que son excelentes profesionales del medio, yo conozco a los programadores de Castilla-León y sé que han llegado a hacer cursos en Italia... se han preparado muy bien... pero hay una cierta desidia, últimamente, y la figura del programador se ha convertido en alguien muy burocrático, casi hablar con ellos es de una suprema dificultad... es una insistencia constante, diaria para que abran tu correo, valoren tu proyecto, para que puedan venir a ver el espectáculo... también es cierto que últimamente hay demasiada oferta para muy poca demanda... casi las redes de forma semestral se incluyen quinientos espectáculos, cuando prácticamente la oferta que se puede reflejar en los teatros son seis o siete espectáculos por temporada... entonces, ésta también es una gran dificultad... y por eso quizá se está yendo más hacia lo comercial y se está obviando la calidad... a veces no sabes por qué programan una cosa y no otra... yo creo que para solucionar esta gran demanda que hay... es que las propias compañías de teatro también nos hemos burocratizado en cierta forma, nos hemos amoldado a esto que se llama el caché, y todos lo buscamos... que es dinero seguro y creo que habría que volver al teatro a taquilla... y llegar a acuerdos con los distintos espacios... que al fin y al cabo es como siempre se ha hecho teatro...

Pregunta: ¿Cómo ves el teatro, aunque ya me has apuntado algo...?

Ginés Sánchez: ... Lo veo con cierta falta de compromiso... directamente me parece lo más importante... se debe trabajar por intentar captar a futuros espectadores, me parece fundamental...

Pregunta: Ésta es tu primera dirección... complicada tarea para el estreno...

Ginés Sánchez: Sí, siempre hay que asumir retos... desde el primer momento en que quise desarrollar esta idea tuve claro que la tenía que dirigir, porque ya te digo, creo que hay que asumir retos para poder avanzar, antes te decía que para mí esto ha sido casi como un máster, uno sale de las escuelas de teatro sin conocer realmente lo que es el día a día laboral... y creo que esta función me ha servido para conocer el abanico de posibilidades a nivel de producción que tienes que desarrollar y tener en cuenta y sobre todo es que hay sido además de un reto, algo apasionante...

Pregunta: ¿Cuál será el próximo viaje de “tu viaje teatral”?

Ginés Sánchez: Nuestra próxima cita más cercana será quizá regresar a Madrid en septiembre... lo estamos valorando con Enrique Cornejo... pero con seguridad absoluta estaremos en Colliure, en diciembre... dentro de un congreso de hispanistas que organiza la sociedad estatal de conmemoraciones culturales en torno al exilio y como broche final estará “Último viaje de Antonio Machado” representándose en el centro cultural del propio pueblo de Colliure...

Pregunta: Qué emocionante...


Ginés Sánchez: Claro... una experiencia maravillosa, porque tendremos cerca de Antonio Machado, el hotel Muñoz Quintana... yo creo que será una experiencia muy gratificante...

Sofía Basalo.