martes, 24 de noviembre de 2009

... ÁNGEL OLGOSO (Noviembre 2009)




Su recorrido literario es el de un “caracol invisible” y aún así es considerado como uno de los más prestigiosos escritores de relato breve. Una de las modalidades más exigentes tanto para aquel que se sumerge en las palabras como para el que las elige con precisión y acierto. Ángel Olgoso acaba de publicar un nuevo libro de relatos bajo el título “La máquina de languidecer” Ed. Páginas de Espuma. Hemos podido charlar con él de su carrera, de los escritores que más le han influido, de su particular forma de crear, de los relatos que conforman su proyecto más reciente, de aquellos que serán, en un futuro no muy lejano…


Pregunta: Comienza a escribir relatos cortos en 1978. Si se afirma que hoy en día este estilo, esta modalidad es novedosa… ¿Cómo llegó hasta usted esta modalidad y cómo comenzó, qué le atrajo de ella?

Ángel Olgoso: Creo que siempre he estado abocado a la brevedad, por afición, por convicción y por cortesía hacia el lector. Yo escribía poesía desde 1973, pero tras la lectura de la “Antología de la literatura fantástica” -especialmente del célebre texto de Thomas Bailey Aldrich- el relato breve o brevísimo de carácter fantástico me pareció el cauce ideal para expresarme. Por una parte, estoy condenado a ideas cuya formulación es adecuada para un relato y no para una novela; por otra, esa condena es una felicidad porque me fascina el relato como miniatura, como mecanismo de precisión, como emboscada, me apasiona conseguir la expresividad máxima con el menor número de palabras. En aquella época no era consciente de estar escribiendo un género que aún no tenía nombre, ni de ser un modesto puente entre los escritores que escribieron textos brevísimos hasta los años setenta de forma maravillosa pero esporádica (Gómez de la Serna, Max Aub, A. F. Molina, Sastre, Calders, Suárez) y la legión que ha venido después.

Pregunta: Tiene una larga trayectoria literaria. Atesora numerosos premios. Hoy en día se le considera como uno de los autores de referencia del relato breve y fantástico. ¿Cómo ha sido su recorrido hasta el día de hoy?

Ángel Olgoso: El recorrido de un caracol invisible. Durante treinta años me he limitado a escribir con una pasión tranquila y solitaria, sin ninguna visión de futuro y sin ninguna suerte editorial hasta ahora, en que quizá pueda cerrar la carpeta de cartas de rechazo. La mayoría de los libros conseguí publicarlos gracias a premios literarios que luego tenían una inexistente distribución. Pero supongo que todo eso era irrelevante a la hora de intentar conseguir algún día un relato que se acercara siquiera a la perfección. En esa búsqueda incesante sigo, tras cuatrocientos intentos.

Pregunta: Acaba de publicar su último libro “La máquina de languidecer”, háblenos de él y del proceso de creación.

Ángel Olgoso: Aunque no soy fervoroso partidario de los libros con mimbres comunes, en éste, escrito entre 2002 y 2003, me propuse conscientemente, casi como un reto, realizar una serie de relatos brevísimos con un denominador común, el de la extrañeza que puede producir el cuerpo humano y la baba de melancolía que deja el paso del tiempo en él. Pero ese afán totalizador no es demasiado estricto y el libro se puede leer como un caleidoscopio, al mismo tiempo lúdico e inquietante, con gran variedad de formas (poéticas, paródicas, metaliterarias, simbólicas, terroríficas, cósmicas, paradójicas, desasosegantes) que intentan no perder nunca de vista la sustancia narrativa. Los relatos de este libro son, en definitiva, historias larvadas que buscan expandirse en la mente del lector.

Pregunta: Uno de los relatos que más inquietud me ha provocado ha sido “Perspectiva”. “Cientos de espadas de Damocles justo sobre el cuerpecito de su hijo”… ¿Vivir es soportar “cientos de espadas de Damocles"?...

Ángel Olgoso: Supongo que vivir es a la vez un don y una condena, y que hay determinadas ocasiones en que la concentración de espadas de Damocles sobre uno vuelve la vida más opresiva, peligrosa o terrible.

Pregunta: Combina la reflexión vital con las imágenes más inquietantes y misteriosas, como por ejemplo en el relato “Insomnio”…

Ángel Olgoso: Creo que los relatos, y el arte en general, deben hacer pensar en la medida de lo posible, hacer ver lo que no es obvio, lo que se oculta bajo la fina película de la realidad. Muchos de mis relatos, al ser visiones entre lo real y lo onírico y tener un contenido simbólico, se prestan a distintas interpretaciones, otros son estocadas directas o sacudidas emocionales que obligan a una segunda lectura, otros invitan a internarse en las misteriosas sombras de la realidad o a asumir la dolorosa conciencia del prójimo.

Pregunta: No sé si en “Juicio” nos pretende desvelar “algo” de la naturaleza humana…

Ángel Olgoso: Bueno, más que desvelar, yo diría que constatar de manera comprensiva, casi tierna, una de las muchas y lógicas debilidades que todos tenemos.

Pregunta: Algo que me resulta admirable de los relatos en general y quizá de estos en particular, es la capacidad para sugerir, para dejar al lector el trabajo de crear un final, una situación, “escribir” con ustedes esa historia, ese cuento…

Ángel Olgoso: Me gusta que el lector relea de nuevo el relato a la luz de un final sorpresivo, que ejercite su fantasía y complete los antecedentes y las consecuencias de lo narrado, que busque conexiones entre el texto y un título quizá no demasiado evidente. Creo que todo esto enriquece la lectura.

Pregunta: ¿Cuánto cuesta escribir un cuento, un relato de apenas cuatro líneas. Cuál es el proceso de elegir un tema, el modo de contarlo, las palabras a utilizar, la precisión?

Ángel Olgoso: Supongo que depende de cada relato y de cada autor. En mi caso cuesta bastante y no es casi nunca un proceso febril, ya que soy endemoniadamente lento y trabajo palabra a palabra, tesela a tesela, para lograr algo en lo que no sobra ni falta nada, para luchar por la excelencia de cada texto. Sin embargo, muchas veces el resultado final de un relato está también en manos de las circunstancias. En otro libro anterior, “Los demonios del lugar”, se encuentran mis dos extremos creativos: el primero de sus relatos, “Viaje”, de una página, lo trabajé mentalmente durante la duermevela de una noche hasta dar en poco tiempo con su forma definitiva; y “Los palafitos”, de quince páginas, me llevó cinco años acabarlo. Pero quizá Valente tuviera razón: no se trata de que la obra sea breve o larga, no importa escribir poco o mucho, importa tener la gracia o el don de la abundancia justa.

Pregunta: Tiene una extensa trayectoria, por lo que quizá no le ha costado demasiado encontrar un editor que se arriesgue a publicar sus libros, pero no hay demasiadas editoriales que se dediquen a ello ¿no es así?

Ángel Olgoso: Es verdad, es una trayectoria extensa, pero desde 1979 hasta 1999 no conseguí ver ningún libro mío en una librería, y la mayoría se publicaron a raíz de algún premio iterario. El relato sigue siendo un género menospreciado a pesar de que hablamos de la matriz misma de la literatura, del más idóneo para estos tiempos y a pesar de la efervescencia que ciertamente vive. Se pueden contar con los dedos de una mano las editoriales que se centran en él, y me consta que están colapsadas. Imagino que, además, la crisis económica estará acentuando esa censura comercial que impide publicar algo que no garantice de antemano su venta.

Pregunta: Antes de comenzar el libro, los relatos propiamente dichos, ha seleccionado una serie de frases ¿por qué ésas precisamente. Ésas que quizá hablan del ser humano como un ser desamparado e indefenso ante la “tempestad que es la vida”?

Ángel Olgoso: Las citas, como ha percibido muy bien Fernando Valls en el prólogo, condensan los temas del libro con una especie de gradación: la identidad, la conciencia del propio cuerpo, de qué estamos compuestos y qué somos, el dolor y la muerte.

Pregunta: ¿Hay lectores de relatos breves. Son más exigentes estos lectores, quizá?

Ángel Olgoso: Naturalmente, y no sólo son exigentes, son lectores especiales, activos, participativos, nada dóciles, con formación para apreciar todos los guiños o referencias al acervo cultural, sin miedo a cambiar de personajes, de escenarios, de perspectiva, de mundo, cada pocas páginas o incluso líneas. Me atrevería a decir que su amor por la palabra exacta, por las tramas concentradas, por la intensidad, por la variedad fecundadora, tiene algo de iniciático, de sagrado.

Pregunta: ¿Qué escritores lo han conducido en tu camino profesional. En qué escritores se ha mirado?

Ángel Olgoso: En docenas y docenas, desde Poe y Kafka hasta los fantásticos victorianos, desde Maupassant y Chéjov hasta los fantásticos hispanoamericanos, desde Schwob y Chandler hasta Pla y Vian. Siento debilidad por Buzzati, Arreola, Denevi, es imposible nombrarlos a todos.

Pregunta: ¿Cuáles son sus próximos proyectos. En qué nueva aventura literaria se halla inmerso?

Ángel Olgoso: Como no podía ser menos, estoy trabajando lentamente en otro libro de relatos. El próximo año Tropo Editores publicará “Los líquenes del suelo”, reedición de “Granada, año 2039 y otros relatos” pero tal y como lo concebí en su momento, una especie de antología o reunión de relatos que va de 1980 a 1995 (y sin el divertimento futurista, patafísico y multidisciplinar que encabezaba aquel libro). También me haría ilusión publicar algún día “Izumi”, una colección inédita de haikus que escribí en 1992, y “Bicéfalo”, un libro con textos de A. F. Molina (histórico de las vanguardias y pionero de los microrrelatos) y de un servidor.

Sofía Basalo.

lunes, 16 de noviembre de 2009

... CARE SANTOS (Noviembre 2009)




Para Care Santos “un cuento es como revelar un secreto inconfesable” Muchos secretos nos ha revelado la autora catalana en su regreso al relato corto, en el que ha soltado a todos los fantasmas que habitan en una realidad paralela a la nuestra, en un libro dividido en dos partes: “Ellos”, donde aparecen los fantasmas clásicos, los que deambulan en el mundo de la ficción y “Nosotros” donde encontramos nuestros propios fantasmas, a los que queremos acallar a veces con fortuna, otras no.
“Los que rugen” es el nombre de este nuevo trabajo y con su autora pudimos conversar, intentando que nos desvelara más de un secreto:

Pregunta: ¿La verdad está en la ficción?


Care Santos: Siempre. El disfraz de la ficción ayuda a decir verdades inconfesables.

Pregunta: ¿A qué fantasmas debemos temer más: A los que habitan en el otro lado o a los que rugen dentro de nosotros?


Care Santos: Yo le temo más a los interiores. Seguramente porque me son mucho más familiares.

Pregunta: Regresas al cuento tras cinco años, ¿Por qué te alejaste y cómo está siendo esta vuelta?


Care Santos: En realidad, nunca me fui. Puede que publique cuentos de tarde en tarde, pero soy buena lectora de cuentos, y los escribo con frecuencia, a veces mientras debería estar escribiendo otras cosas. Son mi parcela de libertad, mientras concibo cuentos me siento como la escritora que era cuando empecé. Escribo porque necesito decir cosas en voz baja.

Pregunta: Has impartido talleres literarios, de los que dices haber aprendido más que enseñado ¿Se llega a saber todo alguna vez?


Care Santos: Se aprende oficio, técnica, pero se gana inseguridad. Por lo menos esa es mi experiencia: cuanto más escribo, más me cuesta escribir.

Pregunta: Fundaste la asociación de jóvenes escritores en 1992. ¿Cómo fue esa aventura de seis años?


Care Santos: Efervescente. La Asociación fue un banco de pruebas magnífico, además de un buen lugar para encontrar amigos duraderos.

Preguntado: Has comentado alguna vez que has publicado más libros de los que te atreviste a soñar que imaginarías ¿Cuánto cuesta imaginar una historia. Qué se necesita para imaginar. Es buen tiempo éste para imaginar?


Care Santos: La imaginación ha existido y existirá siempre. Los tiempos de crisis, además, suelen ser más fructíferos que los de abundancia, de modo que debemos pensar que estamos en un buen momento. A pesar de todo, yo tengo la impresión de que la imaginación se comporta, en cierto modo, como un músculo. Es posible ejercitarla, entrenarla. Los escritores lo hacemos constantemente. No es que se nos ocurran más cosas que al común de los mortales, la nuestra es la suerte del buscador de metales: encontramos porque no dejamos de buscar. Lo cual, por cierto, no significa que sea fácil. Una idea está al alcance de cualquiera. Convertirla en un relato, una novela, un poema… no.

Pregunta: Creo que te has dirigido esencialmente al público adolescente, quizá uno de los más difíciles ¿es así. Se va leyendo más en España o todavía se compra mucho libro para adorno?


Care Santos: Soy optimista en este y otros aspectos. Se lee más que nunca, en términos relativos y absolutos. Los libros están al alcance de todos, hay profesores muy entregados a la causa que ganan lectores todos los días, y muchos escritores y editores que pensamos en ese tipo de lectores. Qué envidia me dan los lectores adolescentes de hoy día, ojalá cuando yo tenía 16 años hubiera habido tanta oferta.

Pregunta: ¿Qué diferencia encuentras a la hora de elaborar una historia que será una novela o una historia que finalmente será un cuento o un relato breve?


Care Santos: Una novela es una sucesión de ocurrencias. Un cuento breve es una sola ocurrencia, pero muy poderosa. No hay más, a mi modo de ver.

Pregunta: Háblanos de tu experiencia radiofónica…

Care Santos: La radio me encanta. A veces lamento no poder dedicarme a ella un poco más, pero no se puede hacer todo. Por suerte, mantengo la vinculación gracias a Carles Capdevila y el programa en el que llevo ya cuatro temporadas colaborando, Eduqueu les criatures, de Catalunya Ràdio.

Pregunta: ¿Cuáles son los fantasmas que atemorizan nuestra sociedad?


Care Santos: Muchos y muy variados, porque el miedo es muy rentable, tanto económica como políticamente. Siempre lo ha sido. Muchos gobiernos se han aprovechado de ello. Si nos ponemos contemporáneas, le diría que uno de los fantasmas actuales que más dividendos parece estar aportando es el miedo a la Gripe A. Hay miedos ancestrales que ciertos políticos explotan muy bien, como el terror a que las cosas cambien, a perder nuestro actual estatus. Creo que lo veremos claro en las próximas elecciones. Ya se sabe: dime qué temes y te diré quién eres.

Pregunta: En algunos medios de comunicación he leído que no te gusta lo fácil ¿Quizá es a lo que se tiende hoy en día?


Care Santos: En todas partes. Hay que luchar con todas nuestras fuerzas contra lo que no nos ofrece ningún reto y nos trata de idiotas. A menos que nos guste ser tratados de idiotas o que lo seamos realmente, claro…

Pregunta: ¿En qué escritor te miras o te has mirado a la hora de emprender tu carrera literaria. Qué libros has guardado en tu memoria y han sido vitales para que hoy en día seas una de las grandes escritoras de nuestro país?

Care Santos: He leído mucho y sin descanso. Por pura pasión, sin seguir ningún orden. He tenido varios enamoramientos: de Mercè Rodoreda, de Bécquer, de los rusos del XIX –Turguéniev, Tólstoi, Chéjov…-, de Wilkie Collins, de Poe, de Pedro Salinas, de García Márquez, de Alejo Carpentier, de Valle Inclán, de Eugenio Montejo. Y podríamos seguir, pero sería demasiado largo. Temo que los escritores que me gustan y me han definido como escritora no formarían una lista breve.

Pregunta: Creo que también te has dedicado a la crítica literaria… ¿Al ser escritora, cuando elaboras una crítica, tiendes a la benevolencia o al contrario eres más severa?


Care Santos: Depende del autor al que esté leyendo. Si es un primerizo, pongamos de 20 años, con ambición y fuerza, tiendo a la benevolencia. Si es un famoso de 50 que de pronto se ha decidido a escribir una novela sobre Cristóbal Colón, soy despiadada.

Pregunta: ¿Cómo podemos acallar a nuestros fantasmas. Cómo podemos convivir con ellos sin que sean nuestros enemigos?

Care Santos: Convirtiéndolos en ficción. Exorcizándolos.

Sofía Basalo.

sábado, 7 de noviembre de 2009

... FLAVIA COMPANY (Marzo 2009)






Flavia Company Navau nace en Buenos Aires, aunque reside en España desde hace diez años. Escritora por vocación, no puede “no escribir”, atesora en su currículum títulos como “Querida Nélida”, “Ni tú, ni yo ni nadie” o “La mitad sombría”. Acaba de presentar su última aventura literaria, un libro de cuentos unidos por un estado, una forma, un momento vital que hace estar a sus protagonistas “Con la soga al cuello”. Cuentos esperanzados, cuentos que quizá nos pueden impulsar a hacer de nuestra vida algo verdaderamente extraordinario, cuentos en los que más de uno podrá verse reflejado. Hemos hablado con la autora de estas 19 historias, de estos 19 momentos visagra editados por Páginas de Espuma:


Pregunta: ¿Vivir es una heroicidad?

Flavia Company: Sin duda alguna, creo que precisamente en “Con la soga al cuello” lo que se pretende es mostrar hasta qué punto las personas que vivimos en nuestras rutinas, en nuestra cotidianeidad, en nuestro día a día, cometemos cada día la heroicidad de superarlo y de superar los malos momentos y las adversidades, desde luego que sí.

Pregunta: Comentas que en tu libro has querido señalar y poner sobre la mesa a todos esos héroes que pasan desapercibidos y quizá son los auténticos héroes...

Flavia Company: Desde luego que sí. Son los grandes héroes. Cuántas veces nos hemos preguntado respecto a personas que conocemos o incluso a nosotros mismos cuando nos hemos enfrentado o nos hemos visto obligado a afrontar una situación difícil, cómo somos capaces de pasar por esto, cómo es posible que lo superemos, cómo es posible que aquella persona que conocemos sea capaz de seguir viviendo tras lo que ha vivido, de lo que ha sufrido... en ese sentido creo que las grandes heroicidades se encuentran a nuestro alrededor, se encuentran en el hecho de que el ser humano es capaz de lo mejor y de lo peor y siendo capaz de todo ello, es al mismo tiempo capaz de ser solidario, de seguir amando, de seguir preguntándose... y en ese sentido los seres humanos, con perdón, somos admirables...

Pregunta: El libro se llama “Con la soga al cuello” y leyendo algunos de los cuentos, de los relatos, me da la impresión de que quizá vivimos, siempre, con una soga al cuello, y que quizá podemos sobrevivir a ello porque no somos conscientes, porque no nos paramos a pensarlo... pero la soga nos acompaña a cada paso... quizá si lo pensáramos no seríamos capaces de continuar...

Flavia Company: Sí, lo que ocurre es que fíjate, por suerte, si comparamos la vida con una soga, con diversos nudos corredizos, esos nudos a veces se aprietan tanto que llegan a ahogarnos, pero es cierto que en otras ocasiones, por suerte, esos nudos están todavía lejos, están distantes de nuestro cuello y nos dejan respirar con calma y es en ese contraste cuando somos de nuevo capaces de tomar aliento y seguir adelante, porque lo que es verdad es que si estuviéramos siempre ahogados, si estuviéramos siempre limitados por una serie de situaciones muy adversas es posible que tuviéramos la tentación de claudicar... pero en cualquier caso es verdad que la vida tiene unos vaivenes... y en es en esos vaivenes cuando demostramos nuestra capacidad de aguante y por otra parte, fíjate que hasta cierto punto la vida es un vaivén entre los momentos aquellos en los que tenemos lo que deseamos y por tanto somos lo que deseamos y aquellos momentos en que tenemos lo que nos toca y somos los que somos... porque delante de lo que a uno le toca, de lo difícil, de lo adverso uno es el que es, no el que se inventa, el que le gustaría... es el que puede, en momentos de crisis, uno es el que puede, el que saca fuerzas de donde sea...

Pregunta: Y el que descubre cómo es realmente... porque hasta ese momento no lo sabemos...

Flavia Company: Exactamente... a mí me interesa mucho el tema de la identidad y en este libro de cuentos, es uno de los temas claves, uno de los temas muy importantes... plantearse cuándo es el momento en el que uno se conoce más a sí mismo... cuándo es el momento en que uno es capaz de demostrar a los demás y a si mismo y ser vulnerable ante los demás, porque cuando tú eres quién eres, no te adornas, no te pones florituras ni maquillajes, cuando eres quien eres, eres también más vulnerable ante los demás y en ese sentido compartes más y eres capaz de compartir una intimidad precisamente que es tan difícil de compartir en la mayor parte de los casos...

Pregunta: Has comentado que a pesar de la dureza de algunos relatos, éste es un libro lleno de esperanza... pero por ejemplo en el relato “Azulejos” ¿Dónde está esa esperanza?

Flavia Company: Es difícil hablar de esperanza cuando a uno le diagnostican una enfermedad incurable o en cualquier caso terminal, sin embargo creo que la esperanza está en la capacidad de reconocer lo que uno ha vivido, y la capacidad de ver lo bueno de la vida, es decir, la capacidad de darse cuenta de que lo importante es haber vivido fiel a nuestros principios, fiel a un amor, fiel a una ilusión... en el hecho de saber que uno ha disfrutado de la vida y que la ha vivido según su manera, según sus principios sin intentar hacer felices sólo a los demás, sino también intentando hacerse feliz a sí mismo y en este caso, el cuento de “Azulejos”, si bien es verdad que es descarnado en ese sentido, porque encontrarse con un diagnóstico duro desde el punto de vista médico es difícil, también es verdad que hay una cantidad de amor... impresionante y esa capacidad de compartir lo difícil, de tirar adelante, a pesar de todos los pesares yo creo que ahí está la esperanza... ¿la esperanza de qué? La esperanza de que el ser humano no se hunde o no se vuelve miserable por el hecho de sentirse ante situaciones adversas, siempre pensamos que lo adverso nos convierte en los peores y no es verdad; lo adverso muchas veces nos convierte en los mejores...

Pregunta: Sí, quizá lo que nos convierte en los peores, en algunos casos es la felicidad, como en el cuento “El jardín”...

Falvia Company: Perfectamente...

Pregunta: Es casi más triste ver que esa soga puede venir por la felicidad, por conseguir lo que hemos conseguido y soñado...

Flavia Company: Me gusta mucho que comentes ese caso, porque es cierto, los nudos corredizos que a veces nos ahogan no son siempre aparentemente malos, a veces, sólo el hastío, la sensación de “lo tengo todo” y ese tenerlo todo... y ¿qué pasaría si...?... esa sensación de “la vida no puede ser esto, porque si ya lo tengo todo es que estoy muerta”... tenemos la tentación de destruirlo para ver qué pasa o en cualquier caso para ver si sentimos algo... porque lo que es duro en esta vida es vivir con la sensación de que uno no está sintiendo nada y de que no está evolucionando ni cambiando ni preguntándose ni nada de nada...

Pregunta: Quizá lo que afloja un poquito esos nudos es la capacidad para ilusionarnos a pesar de todo...

Flavia Company: Es obvio que el deseo forma parte, una parte principal de la vida... a mí me parece y en algunos casos de este libro se deja ver claro que la ilusión, el deseo, el instinto el afán de superación son algunos de los elementos nos mantienen en vilo... es precisamente una expresión a la que se da valor... para seguir adelante, para superarnos, para ser mejores en realidad, por tanto sí, en ese sentido totalmente de acuerdo...

Pregunta: He leído que estos 19 relatos, cuentos, quizá no todos, si están contigo desde 2001...

Flavia Company: Es cierto. La cuestión es que los libros de cuentos, no los escribo, no son cuentos acumulados, sumados, durante un tiempo... sino que son, de algún modo, libros unitarios que surgen de una intención, idea, concepto, voluntad, un deseo, un objetivo... en ese sentido se parecen a las novelas; si bien es verdad que en las novelas hay una serie de personajes que comparten una historia, en mis libros de cuentos hay una serie de personajes que comparten un concepto, una manera, una idea, una forma... en este caso, el estado éste de estar con la soga al cuello... lo podemos definir también como un momento visagra, un momento de estos en que estás a punto de cambiar de rumbo... estás en un estado, una situación irremediable a la que debes enfrentarte de una manera inmediata... un estado en que te cambia el rumbo e inmediatamente cambias esa dirección... y te vas hacia otro lado... esa visagra es la que une a todos los personajes... es cierto que no están unidos por una sola historia pero en cambio están unidos por una manera, por esa humanidad que se duele, que se resiente de la adversidad y que debe enfrentarse a ella... entonces, yo tardo mucho tiempo en escribir mis libros de cuentos porque a la manera de las novelas, tienen este nexo que sea más difícil, porque claro, uno no se pone a escribir cuentos en serie... a lo que salga... pues no, porque como comprenderás, imagínate, con la soga al cuello es la destilación de una serie de historias porque había escrito bastantes más, he descartado unas cuantas, algunas las he tenido que corregir de manera cansina casi, para conseguir el resultado que yo considero que debía tener que es un resultado destilado, sintético... si te fijas hay muy poco adorno en este libro... es un libro muy austero, en el mejor de los sentidos.

Pregunta: Un proceso largo, estudiado, incluso tratado con mucho mimo... para no demasiados lectores... ¿es cierto que no hay demasiados lectores de cuentos?

Flavia Company: Sí los hay... lo que pasa es que están ocultos (risas) Sí hay lectores de cuentos, lo que pasa es que hay una perversidad en el sistema del mercado editorial actual en el que hay pocas editoriales que editen con dignidad y entusiasmo libros de cuentos, casi te diría que muchas editoriales, sobre todo las grandes, editan los libros de cuentos que, de vez en cuando, escriben sus autores entre novela y novela, para que no se les escapen de la editorial... pero los editan con muy poca ilusión... los editan como el mal menor de esos autores que publican normalmente novelas... pocos son los casos en los que los libros de cuentos que están editados como merecen a la altura de la novela, del interés que tienen y por ejemplo, claro para cualquier autor es un lujo publicar en una editorial como “Páginas de espuma” en la que el cuento no sólo es tratado como lo que merece, sino que es tratado de manera única y específica, porque es una editorial de cuentos... entonces, creo que los lectores existen lo que pasa es que no les llegan los libros de cuentos, porque en los tiempos en que vivimos en que todos estamos apurados, con prisas, en que vivimos estresados, qué mejor que un libro de cuentos, que te permite leer durante unos minutos, tal vez media hora, tal vez quince minutos... una historia completa que te da lo que da la literatura, reflexión, la compañía en instantes que no merecen o no necesitan esa tremenda concentración que necesita la novela, puesto que el trabajo que hace la memoria con la novela es mucho más grande... son textos que se pueden leer, fíjate en el metro, antes de irse a dormir o incluso en el lavabo ¿por qué no? Donde tú quieras... son momentos de recogimiento que uno puede tener breves, instantes... creo que sí, existen lectores de cuentos lo que ocurre es que el mercado editorial dificulta el contacto entre los lectores y los libros.

Pregunta: Comentas que quizá estos libros no llegan a los lectores, ¿No debería también, el público, buscar estos libros, poner de su parte un poquito para que la comunicación sea fructífera?

Flavia Company: Sin duda alguna y de hecho los lectores de cuentos buscan ¿no? Buscan y encuentran porque hay cuentos maravillosos en este mundo... libros de cuentos de una potencia que muchas novelas querrían para sí mismas... ahora estamos viviendo en un momento en el que creo que los libros de cuentos además se están moviendo en otro ámbito, que es el ámbito de los blogs, internet, en el que las recomendaciones de los libros están pasando por otro lugar distinto al habitual... los suplementos de libros quizá no tengan el ascendente que tenían antes y ahora hay ciertos “lobbies” creados en los blogs que hacen que se pongan en contacto lectores con intereses comunes y entre los que los libros de cuentos están en un buen lugar... de manera que confío en que finalmente en este país nuestro se llegue a tener la conciencia de que los cuentos ofrecen no menos que las novelas, en cualquier caso, y muchas veces más como tienen claro muchísimos países de Latinoamérica o por ejemplo Estados Unidos, también.

Pregunta: Hablando de blogs, en el tuyo escribes que a veces te duele que te haya tocado se escritora y que es injusto...

Flavia Company: (risas) Es verdad, es que lo de escribir es muy duro, a veces, entonces, cuando una se da cuenta de que dedica todo su tiempo libre a ganarse la vida para poder seguir escribiendo... todo ese tiempo libre que los demás, los amigos de una, dedican al cine, al teatro, a charlar, a las cenas, a irse de copas... a veces es verdad que cuando dedicas esos ratos a trabajar, a ganarte el dinero para seguir escribiendo... piensas “¿Y si yo pudiera no escribir?” pero realmente yo escribo porque no puedo “no escribir”... si pudiera “no escribir” no escribiría... a veces es una condena, en otras ocasiones, la mayor parte afortunadamente, es un placer y un privilegio, porque los momentos en los que una tiene la sensación de haber escrito lo que quería y de la forma en que quería hacerlo son impagables... es algo... es una delicia... es un privilegio, es cierto...

Pregunta: ¿Es complicado hallarse en ese instante en el que sientes que has escrito lo que querías y del modo que querías...?

Flavia Company: Sí, claro... es cierto que es difícil, además fíjate que yo por ejemplo que dejo mucho tiempo los libros en el cajón, siempre tengo miedo de, al cabo del año, más o menos, que es cuando vuelvo a releer el libro antes de llevarlo a la editorial, tengo miedo de encontrarme con algo inesperado... es decir, cuando termino los libros pienso que están muy bien, entonces los guardo en el cajón y al cabo de un año tengo miedo de encontrarme con el fantasma de lo erróneo, lo equivocado que no aporta nada... cuando ocurre eso, lo tiro a la basura y cuando no, es cuando me alegro y entonces empiezo a trabajar el libro para llevarlo a la editorial... empieza el tiempo de corrección, de destilación... esos momentos son muy bonitos... es decir, te puedes leer desde fuera y darte cuenta de que en efecto has escrito el libro que querías...

Pregunta: Destacas de igual forma la portada de este libro. Dos mujeres, dos rostros, dos miradas, una desafiante, quizá desconfiada, temerosa... y otra guiñando un ojo, mostrando cierta felicidad o ganas de ser feliz... Las dos caras de la vida ¿no?

Flavia Company: Sí, fíjate que... a mí me parece un acierto esta portada, un acierto absoluto de la editorial, naturalmente me consultaron pero lo acepté rápidamente... me parece fabulosa, porque también recupera cierto concepto que está en el libro que es esta cosa fronteriza entre la belleza y el horror, entre un lugar y otro, no se sabe muy bien dónde está... tú dices además dos mujeres, fíjate que hay un ochenta y cinco por ciento de personas que ven la portada que piensan que son dos mujeres y hay un quince por ciento entre quienes por cierto me encuentro y también el editor, que piensan que son un hombre, el de la izquierda, que está travestido y una mujer... curiosamente, te lo digo porque fíjate, hasta podemos ver las cosas como queremos y lo que me parece es que no sabes muy bien si están por ejemplo a punto de vivir una fiesta o de terrible resaca... es decir, es una foto muy fronteriza... muy en el límite... no sabes si están en un lado o en otro... en ese sentido me parece que recupera o tiene ese concepto del momento visagra, no sabes muy bien si han pasado ese momento o están antes del momento... no sabes si están viviendo el vértigo o están en horas después del vértigo... esto me interesa mucho y me parece que en ese sentido, la portada es un acierto radical... tiene mucha potencia...

Pregunta: El primer cuento que encontramos en este libro, lo escribe Adolfo Bioy Casares... Una Vida...

Flavia Company: Sí, lo elegí yo. Es un microrrelato...

Pregunta: Maravilloso.

Flavia Company: Sí, maravilloso... es un homenaje a este texto de Bioy Casares... porque en cierto modo es cierto que recoge esa barbaridad que es a veces la vida humana y esa capacidad de superar una vida tan anodina como pudo ser la que se cuenta en esas líneas, tan pocas... cinco líneas... que son maravillosas... se cuenta toda una vida en apenas cinco líneas... una vida tremenda...

Pregunta: También me parece muy interesante la oportunidad de crear, que nos dais a los lectores, porque más allá de esas cinco líneas está como has dicho esa vida que el lector crea e imagina...

Flavia Company: Siempre los lectores de cuentos, ¿verdad?, tienen una actitud muy activa delante del cuento porque son lectores privilegiados, creativos, entusiastas... los lectores de cuentos son lectores que participan muchísimo de lo que leen y a mí lo que me gustaría pensar es que en este libro de alguna forma todos los lectores y lectoras se van a encontrar porque creo que contiene una muestra de personajes suficiente como para que cualquiera que se acerque a estas páginas se encuentre reflejado en ellas... a mí me da la sensación de que no va a haber nadie que diga “yo aquí no me veo” porque me parece que hay un poco todo lo que estamos viviendo y todo nuestro entorno... me parece que en ese sentido es un libro muy cotidiano, muy de nuestro más inmediato entorno...

Pregunta: Sí, y aunque algunos nos ofrezcan un paisaje gris, pueden ser el punto de partida para cambiarlo ¿no?

Flavia Company: Claro, es como se comenta en el primer cuento titulado “En tránsito”... nosotros tenemos que atrevernos todos a vivir nuestra vida como un viaje no organizado, tenemos que atrevernos a ello... y asumir que aunque compremos un viaje organizado, aunque pensemos que la vida puede llegar a ser un viaje organizado, la vida está llena de imprevistos, porque la vida tiene mucha más imaginación que nosotros y por tanto, como debemos asumir esa imaginación de la vida, debemos ser capaces de vivirla, a nuestra manera, a nuestra felicidad, teniendo en cuenta por supuesto a los demás, pero crear nuestra vida, esa vida que cuando miremos hacia atrás estemos contentos de recordar... eso es un poco el mensaje que subyace en algunos de los textos...

Pregunta: Comentas que cuando concluyes un libro te invade la sensación de que quizá sea el último...

Flavia Company: Es cierto, cuando una termina un libro que le gusta, del que está contenta... es decir, cuando publicas un libro es que más o menos estás satisfecha con él... estás satisfecha y la sensación es que has contado lo que tenías que contar y en la forma en que debías contarlo... hasta que vuelve ocurrir... y una piensa que puede no volver a ocurrir... es decir, si yo publico un libro más es porque pienso que puedo aportar algo a lo que ya he hecho... entonces, piensas que eso puede no volver a ocurrirte... pero escribir siempre es igual de difícil y es incierto, porque no sabes si vas a volver a escribir... yo no soy una profesional, soy una vocacional... mi literatura es fruto de la necesidad, de la vocación entre otras cosas es porque no me gano la vida con la literatura sino con otras cuestiones que tienen que ver con ella pero no en cualquier caso con los libros y por tanto escribo porque verdaderamente quiero, y porque no puedo “no escribir”... en ese sentido nunca sabes, a lo mejor ya está... lo que ocurre es que en este caso, como hace tiempo que terminé este libro y lo he tenido tanto tiempo en el cajón y el proceso de producción siempre es largo y pasan bastantes meses hasta que sale a la calle hasta que tú lo entregas, en esta ocasión pues ya tengo algún proyecto nuevo entre las manos y por tanto en principio pienso que este no va a ser el último... espero que no, ojalá...

Sofía Basalo

miércoles, 4 de noviembre de 2009

... ALBERTO CORTEZ (marzo 2009)





A pesar de que los medios no le ayudan y de que al hablar de cantautores no se le tiene en cuenta, Alberto Cortez sigue haciendo música y marcando la diferencia que sólo logran los maestros.
El 21 de febrero ofrecía un concierto de cámara en el Centro Cultural Tomás y Valiente de Fuenlabrada. Recientemente se ha publicado una biografía escrita por Laura Echeverri denominada “La Vida” fruto de cinco años de conversaciones. De igual modo, Cortez prepara un nuevo disco, luchando frente a la política de las compañías discográficas poco proclives al riesgo y al publicación de trabajos “aparentemente” no comerciales...
Alberto Cortez para el que siempre es buen tiempo para construir castillos en el aire, lo sigue haciendo aunque su material es como ha sido desde que comenzó su carrera son blancas, corcheas, semicorcheas, redondas... Castillos alzados sobre pentagramas que nos emocionan como el Primer Día:


Pregunta: Ha comentado que la misión de un artista es emocionar, conmocionar... ¿Es complicado hoy en día llevar a cabo esta tarea?

Alberto Cortez:... Emocionar sólo... únicamente conmocionan aquellos que tienen una gran penetración con el público... ¿emocionar?... no es difícil. Uno no es un extraterrestre... yo no soy un extraterrestre, soy un ser humano como cualquier otro y tengo mis sensaciones, mis emociones y las trato de comunicar y seguramente habrá gente que coincida con ellas y se emocione como me emociono yo, pero no es difícil en el sentido de que mientras uno utilice la emoción como medio de transportar lo que uno tiene que decir o lo que uno tiene que cantar, siempre habrá alguien que responda a esa proposición emocional.

Pregunta: Actualmente está recorriendo los escenarios (el 21 de febrero fue Fuenlabrada) llevando a cabo “conciertos de cámara”...

Alberto Cortez: Sí. Conciertos de cámara. El piano y la voz, en este caso mi voz... como hacen los líricos, como hace Plácido Domingo, como hacía Pavarotti, como hacía Victoria de los Ángeles o Montserrat Caballé... la gente no va a bailar conmigo ni va a sacudir el esqueleto como se dice habitualmente; la gente va a escuchar canciones y va a escuchar proposiciones de corte poético y musical que puede llegar a emocionarles... y para eso no es necesario absolutamente nada más que un buen acompañamiento pianístico, es decir, si uno tiene un buen pianista que lo acompañe desde luego, porque también hay otros que no son tan buenos y entonces... la teoría se derrumba...

Pregunta: Ha comentado que los medios y la profesión en España no le hacen demasiado sitio...

Alberto Cortez: Eso suele ocurrir... más que nada los políticos... los medios políticos, porque son más cercanos a otros artistas, en todo caso, que están más comprometidos con ciertos ideales políticos con los que no sólo no estoy comprometido... sino que no estoy comprometido con nadie, soy bastante ácrata en ese sentido... bastante... no creo demasiado en los políticos...

Pregunta:... Independiente, quizá...


Alberto Cortez: Sí, probablemente sea ésa la expresión más adecuada... entonces, esos medios que están tan volcados a determinados medios políticos, esos son los que a veces ignoran... La ignorancia llega incluso al ámbito político en el sentido de que por ejemplo alrededor de Madrid, usted lo sabe, como Fuenlabrada, Getafe... y otros sitios... hay una enorme cantidad de teatros, teatros que están generalmente vacíos o poblados por gente que no le interesa demasiado a la propia gente... y sin embargo, cuando uno va a pedir el teatro para que se lo entreguen para poder ofrecer un recital... se lo deniegan directamente... y entonces, generalmente nos tenemos que cruzar de brazos y pensar “bueno, tendrán razón”...

Pregunta: También ha manifestado que la profesión no le hace sitio... Personalmente tengo la impresión de que son siempre los mismos los que acaparan los medios, los que aparentemente triunfan... cuando hay muchos más...

Alberto Cortez: A mí, muchas veces, cuando se habla de cantautores no me tienen en cuenta... evidentemente... mencionan a un montón de chicos que son nuevos, jóvenes... otros no tanto... pero a mí no me tienen en cuenta y resulta que, si usted me lo permite, que haga quizá una “balandronada” o que diga algo que tenga que ver con mi orgullo, mucho más que con mi vanidad... de alguna manera he sido pionero en un montón de cosas... a ver, quién empezó poniendo música a poemas de los grandes poetas del siglo de oro o de Machado o Miguel Hernández... entonces, todo eso configura un panorama un tanto desalentador para mí... pero, desalentador en el sentido de lo estrictamente vanidoso... a mí me gustaría que dijeran “yo aprendí de Alberto Cortez”... y resulta que me están pidiendo para dar clases magistrales en distintos lugares... acabo de dar una clase en Palma de Mallorca, con una audiencia multitudinaria, con gente, muchos jóvenes que querían aprender y que quieren saber cómo se escribe una canción, cómo se empieza... y ahora me acaban de avisar, de que también tengo que dar una clase en Buenos Aires, donde voy el mes de abril, para los muchachos de la Operación Triunfo que hay allí, que necesitan tener algún tipo de visión un poquito más clara que la que les pueden ofrecer sus académicos... que uno no sabe de dónde salen esos académicos... ¿Usted conoce alguna academia de donde hayan salido los académicos de Operación Triunfo?... Pues yo no... entonces es un engañabobos el sector que hay... no es posible seguir jugando con la ilusión de los jóvenes...

Pregunta: Hace poquitos meses se presentaba un libro escrito por Laura Echeverri “La vida” que es fruto de cinco años de conversaciones...

Alberto Cortez: No sólo cinco años de conversaciones conmigo, que las tuvo y muchas... sino que además Laura se tomó el inmenso trabajo de visitar los sitios donde pasé mi infancia, por ejemplo y tener conversaciones con mis amigos de aquel tiempo... y donde pasé mi adolescencia... conversar con los amigos de esa época... y posteriormente, una vez ya ingresado en el mundo profesional de Buenos Aires también conversó con gente que tuvieron algún tipo de relación conmigo y no sólo en Argentina, sino en el mundo entero... ella conversó con gente a través de internet... con gente en México, en Colombia, aquí en España... y hay un amplio índice de personas que han intervenido de alguna manera en la realización de esta biografía que es mucho más que una biografía cronológica... esto es más bien una biografía novelada, escrita por una excelentísima literata que es Laura Echeverri... y digo excelentísima porque no es la primera vez que escribe un libro... escribió también “barco frágil de papel” también dedicado a mí, son poemas fantásticos, maravillosos poemas que vamos a intentar editar, cuando pase la euforia de esta biografía...

Pregunta: Sí como he podido leer y también ver en la presentación, este libro no es un mero cúmulo de datos, hay mucho más detrás...

Alberto Cortez: Sin ninguna duda, hay mucho más... eso lo puede encontrar el lector que se interese... es un libro muy ameno de leer... y eso que soy protagonista... y no lo digo desde el punto de vista de la vanidad o el orgullo, sino simplemente desde el punto de vista de un lector empedernido y en consecuencia leo todo tipo de literatura y esto, en verdad, me ha asombrado de la manera tan extraordinaria que ha sido escrito y así lo ha destacado la prensa de Madrid, ha dicho que tiene un gran valor literario...


Pregunta: Desde su perspectiva y su sabiduría, ¿cómo ha evolucionado la música, cómo ha cambiado en todos estos años, ha caminado un poquito hacia atrás quizá...?

Alberto Cortez: Hay una cierta involución, pero hay que entender que la música se ha subdividido. Hay una subdivisión bastante notable. Hay música para divertirse, música para bailar y hay música para escuchar, para emocionarse, hay música para conservar... la copla española sigue estando viva y sus grandes compositores, desde Rafael de León y Quiroga... y es que después no ha habido otro compositor tan alto como estos... estos que he mencionado han sido auténticos genios en esa disciplina. En consecuencia, tenemos esta subdivisión que debemos tener muy en cuenta. Hay una que es música estrictamente comercial que se utiliza para vender muchísimos discos y ser algo desechable, lo escucha uno un par de veces y después lo tira o se usa para una fiesta, tal vez... luego está la otra música, la seria, la gran canción donde se encuentran grandes intérpretes y grandes compositores... hay también otro canal de la música popular, un canal mucho más serio, más pretenciosa, en el sentido de decir, “pretendo escribir bien, pretendo no sólo escribir literariamente bien, sino escribir musicalmente bien” para eso hay que prepararse, para eso hay que ir a un conservatorio y conocer el idioma concreto de la música para poder escribirla y luego está la otra música que, insisto, es la música divertida, la música jocosa y humorística que siempre hemos tenido como por ejemplo “No me pises que llevo chanclas” y cosas por el estilo, que es gente que se dedica a escribir cosas divertidas y que son efectivamente divertidas y nos lo hacen pasar bien a todos... pero no hay involución, hay una evolución siempre constante, siempre hay gente nueva que sale. No hace mucho, apareció Ismael Serrano, un excelente cantautor y es un chico que tiene muy buenas intenciones, se preocupa por escribir bien y por salir de la rutina de escribir...

Pregunta: ¿Es buen tiempo para construir castillos en el aire?

Alberto Cortez: Siempre es buen tiempo para construir castillos en el aire... yo creo en los sueños fundamentalmente, creo que una persona que no tiene sueños es un bulto sospechoso, como se suele decir... porque todos de algún modo tenemos sueños... no sueños durmiendo... que los hay, pero son siempre muy fantasiosos... sino, los otros sueños, los que te visitan cuando tienes los ojos abiertos y con la mente abierta... yo quiero llegar a ser algo en la vida y proponérmelo... y en la proposición voy a gastar todo el talento que tenga y toda mi intencionalidad...

Pregunta: ¿Qué guarda Alberto Cortez, en un rincón del alma?

Alberto Cortez: Guardo un montón de cosas, momentos muy gratos que me ha ofrecido la vida, muchos aplausos, muchos amigos que me han abrazado con el corazón y no sólo con los brazos... guardo el amor profundo por una mujer que comparte mi vida desde hace muchísimos años, cincuenta años hace que estamos juntos... cinco años de novios y el dos de junio cumplimos cuarenta y cinco años de casados... y el amor a la naturaleza, a los perros, a los animales, el profundo desprecio por todos aquellos que la ensucian, la rompen e intentan destruirla por todos los medios...

Pregunta: ¿Cada vez que uno se sube a un escenario es como el primer día?

Alberto Cortez: Más o menos... bueno, uno tiene su experiencia evidentemente, sería estúpido decir “voy a salir al escenario con el mismo temor que la primera vez” Estas cosas ya están superadas... porque en realidad a lo que uno tiene miedo al subir al escenario es a que le falle el micrófono, que el pianista se equivoque o que yo me olvide de un texto... ese tipo de cosas son las que realmente lo ponen a uno un poco en vilo, pero en realidad sigo saliendo al escenario como siempre, no como el primer día; el primer día fue un día muy especial en donde me temblaban las piernas, me temblaban las manos, me temblaban los ojos... pero sobre todo me temblaba el corazón... porque había llegado el momento decisivo de convertirme en un artista o ser un ente desechable...

Pregunta: “Nos sobra... nos falta” otra canción... ¿Qué le sobra y qué le falta al ser humano?

Alberto Cortez: Lo traté de pintar en esa canción... nos sobran intermediarios, nos sobran los malos políticos, nos sobra la gente que no se dedica a gobernar y se dedica a pelear entre sí, como sucede en este país ahora, entre un partido y el otro, en lugar de gobernar... esto no lo digo yo, lo decía Francisco Umbral en una de sus columnas magníficas que tenía en el diario El Mundo... a ver si dejan de una puñetera vez de pelearse entre ellos y se ponen juntos a gobernar que este país lo necesita... necesita más unión que nunca y sin embargo siguen tirándose los trastos a la cabeza además con un desprecio y un idioma bastante lamentable...

Pregunta: Ha dicho anteriormente que acudirá a Buenos Aires a impartir una clase magistral para decirles, entre otras cosas, a los chicos de Operación Triunfo cómo se hace una canción... ¿Cómo se hace una canción?

Alberto Cortez: Primero surge la idea... “voy a escribir sobre una fuente de agua cantarina que está frente a mí, en este momento”... o “voy a escribir sobre las flores que nacen en la grama del jardín”... y entonces, a partir de ahí entra en juego el oficio; uno tiene el oficio de escribir ya, entonces escribe un texto y a medida que lo va escribiendo, le va gustando o no, sino le gusta, generalmente lo tira a la papelera, una papelera que se ríe muchísimo cada vez que yo tengo que escribir una canción, porque la lleno completamente de papelotes... y después una vez que uno tenga el texto terminado, me siento al piano y me siento a trabajar, sobre una idea musical, la idea de transportar esas palabras hacia la música para que la gente las comprenda adecuadamente... entonces, más o menos, ése es el proceso que se sigue con una canción; después viene la grabación del disco, hay que trabajar en el arreglo musical, hay que trabajar con el arreglista de turno, hay que trabajar con los técnicos de sonido de turno... hoy en día la tecnología nos ofrece muchas posibilidades para grabar con más facilidad, entonces ya no es tan caro, por decirlo de algún modo tener una orquesta de cuarenta músicos en un estudio para poder grabar un disco... sería impagable en estos tiempos... y así sucesivamente hemos ido evolucionando también, en el mundo de la música y de la canción... para ofrecernos la posibilidad de seguir vivos...

Pregunta: “Hay un niño en cada hombre”... más canciones... hay una frase que dice “La infancia es la verdadera patria” ¿Usted lo cree?

Alberto Cortez: Eso lo decía Jorge Luis Borges... “La patria de uno es la infancia”... Tiene mucho de razón... aunque personalmente pienso de otra manera; yo creo que la patria de uno, es donde uno tiene enterradas sus raíces... yo tengo enterradas mis raíces en el pueblo donde nací. Nunca me fui de ese pueblo de alguna manera, siempre estoy regresando mentalmente, espiritualmente a él y cuando tengo la posibilidad de hacerlo físicamente voy, entre otras cosas, para abrazarme a mis muertos queridos... esos seres que han compartido mi vida y que ya no están... y por supuesto, con los amigos de adolescencia, de infancia siempre esperándome.... me esperan con un abrazo, con una comida, con lo que sea... un vaso de vino... pero me esperan, que es lo más importante de todo... y entonces ahí es donde tengo mi patria... yo digo siempre que mi patria es el pueblo donde nací, donde tengo mis raíces y La Argentina es un arrabal de mi patria...

Pregunta: Entonces, el amigo no se va, definitivamente...

Alberto Cortez: No, siempre se queda en el corazón de uno... los amigos que uno ha tenido y a los que quiere profundamente... una vez leí en un cementerio de Guatemala, una frase que es importante “Los muertos siguen vivos en la memoria de los seres queridos”... y en mí siguen vivos un montón de amigos que ya no están... siguen vivos, pero muy vivos y muy relucientes a mi alrededor...

Pregunta: ¿Y Qué hay después del amor?

Alberto Cortez: Después del amor... hay a veces... depende de qué tipo de amor se entienda... si es después de un coito, después de un acto sexual, lo que queda es un poco de vacío y un cigarrillo encendido generalmente... los que fuman, claro (risas)... y desde el punto de vista humano... después del amor, no creo que quede nada, porque lo único importante en la vida es el amor... la libertad no tiene sentido si no es por amor... y el amor no tiene sentido si no es con libertad...

Pregunta: Ha dicho que los sueños son muy importantes... Machado escribió y usted le puso música “Yo voy soñando caminos”... ¿Qué va soñando Alberto Cortez?


Alberto Cortez: Yo voy soñando caminos de la tarde/ las colinas doradas, los verdes pinos... lo soñaba Antonio Machado... Yo tengo más o menos los sueños de todo ser humano... puedo seguir caminando, andando, cantando... seguir mientras el cuerpo aguante como quien dice ¿no? Seguir defendiendo los valores que entiendo legítimos para el ser humano, defendibles... como es la dignidad y la seriedad y el espíritu creativo... pero hay una cosa que a veces la gente confunde y lo dicen de mí, eso sí lo suelen decir de mí: “No, Alberto Cortez es un cantante aburrido”... No es así, el ser serio no suele decir que sea aburrido o triste, ser serio es otra cosa, es tomarse en serio las cosas... y tratar de ser mejor de lo que uno es, y tratar de superarse en todos los sentidos...

Pregunta: Ha hablado de Machado ¿A qué poeta hoy en día pondría música?

Alberto Cortez: Hay muchísimos... soy lector de poesía y leo un poco de todo... hay mucha poesía... la poesía secreta que se llama... hay mucha gente que se edita sus propios libros y me los hacen llegar... y algunas cosas son interesantes, otras no tanto... pero los poetas siguen siendo los grandes clásicos, los grandes señores de la palabra... como Neruda, Machado, Lope de Vega... padre de tantas cosas...

Pregunta: Usted hizo en Antena Tres Radio un programa de radio llamado Jazmines en el Ojal...

Alberto Cortez: Sí, cuando Antena Tres era Radio... después como le ganamos a una cadena muy importante, quizá la más importante del país en ese momento, le ganamos en audiencia en un par de ocasiones... el dueño de esa cadena fue y compró Antena Tres que... al fin y al cabo es lo que puede sustituir muchas veces el talento... precisamente el dinero... y a partir de ese momento terminó mi programa de radio... y que era un sueño, sencillamente, una travesura más de las muchas que he cometido en mi vida...

Pregunta: Una travesura de la que guarda buenos recuerdos...

Alberto Cortez: Sí, desde luego... un recuerdo no sólo bueno, magnífico... guardo además todos los programas grabados, tengo una amplia biblioteca al respecto...

Pregunta: He leído que prepara un nuevo disco...

Alberto Cortez: Sí, voy a ver si consigo que alguien me lo edite... porque ésa es otra, hoy en día las compañías discográficas se retraen a programar discos que ellos mismos no graben... que no sean ellos los productores... Se retraen en tratar de ayudar al compositor, al cantante que ha metido su dinero ahí para grabar un disco y que le ha costado sangre, sudor y lágrimas conseguir hoy en día en estos tiempos un crédito en un banco para poder hacer un disco... de todas maneras lo estoy haciendo y está saliendo muy bien hasta ahora... ya tengo cinco o seis canciones grabadas, tengo pensadas diez... no sé cómo se va a llamar aún... pero ahí estamos...

Sofía Basalo.

domingo, 1 de noviembre de 2009

... ABEL VITÓN (MARZO 2009)




Desde 2004 forma parte del comité de lectura del Centro Dramático Nacional. En 1990 crea su propia compañía de teatro “Geografías teatro”. Comienza su carrera en el Teatro Independiente, como miembro de “El Búho”... considera que es buen tiempo para ir contracorriente y apostar por un proyecto poco usual, quizá está acostumbrado a comprometerse con el teatro y con la cultura, cuya presencia en la vida diaria es tan minoritaria como la propia poesía... Abel Vitón es Antonio Machado y viaja en los pasos del autor sevillano por Las tierras de Alvargonzález... trayecto doblemente emocionante para el actor, apasionado de la palabra y del personaje Machadianos y amante de la tierra castella (no olvidemos que es soriano). Hemos hablado con el actor y nos ha contagiado el amor por esas palabras que en todo tiempo deberían marcar nuestra propia existencia:

Pregunta: ¿Cómo surge este paseo teatral a través de Las Tierras de Alvargonzález?

Abel Vitón: Es una cosa muy sencilla, es un intento de recuperar la tierra, Castilla, Soria en este caso y luego el lenguaje y las palabras de Machado, recuperar el personaje de Machado que no sólo como escritor sino como persona es un ejemplo que siempre ha estado presente en nuestro recorrido.

Pregunta: Recuperar las palabras y el personaje de Machado, ¿quizá estaba últimamente un tanto olvidado?

Abel Vitón: Más que olvidado sí se había tenido un poco dejado de mano, se había apartado un poco... ahora la parte visual, digamos, la parte espectacular de las cosas o la acción de los escritos es más importante que el valor de la palabra, la expresividad y la imaginación que las propias palabras pueden sugerir o pueden transmitir... en ese sentido, la voz de los poetas es un referente que siempre hay que tener presente.

Pregunta: Algo que quizá estamos dejando de lado...

Abel Vitón: Sí, el lenguaje cada vez se está perdiendo más, estamos siendo más pobres... y es una tristeza realmente...

Pregunta: Ha comentado refiriéndose a esta propuesta que no es una obra de teatro al uso, sino que es fruto del compromiso con el teatro y con la cultura, ¿es éste un buen tiempo para comprometerse, para quizá nadar contracorriente?

Abel Vitón: Yo creo que siempre el compromiso es algo que no debemos olvidar, es algo que debería ser inherente a nuestro comportamiento, compromiso con todo... con la vida, con nuestros conciudadanos, con nuestro país... y también con nuestra cultura; Machado en ese sentido nos da un gran ejemplo, fue un hombre comprometido con su poesía, con el arte, comprometido con su profesión, él era profesor de francés y comprometido con el tiempo que le tocó vivir... en ese sentido ha sido un ejemplo, toda su vida, desde el inicio hasta sus últimos días en Colliure, en ese exilio doloroso y en ese compromiso, fíjate, si has visto el espectáculo, terminamos con los dos últimos poemas que escribió Machado, “Estos días azules y este sol de la infancia”... que en esa situación tan terrible él es capaz de volver a la infancia y de recuperar ese cielo azul y esa inocencia de la niñez... y en ese sentido el compromiso creo que es algo que no debemos olvidar y que debe estar presente siempre en todos nosotros... dediquémonos a lo que nos dediquemos...

Pregunta: Podemos decir pues, que no hay teatro sin compromiso como no hay vida sin compromiso...

Abel Vitón: No debería... pero sí hay teatro vacío y vida vacía... pero eso no debería contar, debería ser algo que deberíamos rechazar... el compromiso es algo que debemos llevar siempre... y no debería haber ni vida ni teatro sin compromiso y el hecho de hacer las cosas por alguna razón, por algo, porque quieres decir algo, porque quieres comunicar algo, porque quiere transmitir algo a la gente que vive en el tiempo que tú vives...

Pregunta: Tal vez una de las razones de la falta de compromiso en el teatro sea que es sumamente complicado hacer eso que quieres hacer o decir eso que realmente quieres decir...

Abel Vitón: No, no creo que sea difícil... bueno, partiendo de la base de que todo es difícil, vivir es difícil, pero cuando uno pone tesón y pone interés y cuando tiene las cosas claras, busca y se pueden encontrar los cauces, entonces en ese sentido es insistir, insistir y tener claro y necesidad de decir cosas y querer decirlas... y en ese sentido todo es difícil, pero para eso estamos, para insistir, para seguir viviendo y para seguir insistiendo... y para seguir luchando por lo que creemos...

Pregunta: Creo que comenzó su carrera en el teatro independiente, como miembro de El Búho...¿Cómo era el teatro entonces, era mejor, había más compromiso...?

Abel Vitón: Yo creo que ahora se hace muy buen teatro y antes se hacía peor teatro... se hacía de todo... quizá ahora técnicamente, actoralmente, formalmente estamos más preparados, tenemos más medios... lo que pasa es que antes... a mí lo de “antes” y lo de “ahora”... es un término que no me gusta... cada tiempo tiene sus cosas... “antes” por lo menos los que nos dedicábamos al teatro independiente, hacíamos un teatro más político, más para intentar cambiar el mundo, la sociedad y también la gente, nuestros espectadores iban al teatro un poco buscando un espacio de libertad que no tenían en la sociedad, vivíamos en la dictadura ¿no? Y entonces era un lugar donde se escuchaban o se insinuaban cosas que no tenían cabida en la vida civil, en la vida normalizada... ahora vivimos en una situación normal... entonces, a veces confundimos teatro con pasar el rato, cultura con ocio... y creo que son dos términos diferentes... una cosa es pasar el rato, entretenerse que está muy bien y que todos lo necesitamos... y el teatro y la cultura es algo que debe cubrir otras necesidades también muy importantes que quizá tenemos olvidadas o que dejamos un poco aparcadas por las prisas, por las urgencias de otras cosas... o por la inconsciencia... y el teatro debe ser un lugar que nos abra a alimentar el espíritu, a proponer ideas, a hacernos preguntas, a abrirnos ventanas y a ver espacios desde diferentes lugares que quizá no nos habíamos planteado y en ese sentido, es rico y es nutritivo el teatro y eso creo que es una necesidad que todos deberíamos tener y que desde las instituciones públicas deberían fomentar, desde la educación y desde nuestras inquietudes cotidianas...

Pregunta: Ha comentado que debería fomentarlo la administración... algo que no hace o hace de manera deficiente... ¿no es así?

Abel Vitón: No se fomenta esa necesidad... pero tampoco vamos a echar las culpas... todos somos culpables, aquí cada uno que se busque... qué hacemos cada uno de nosotros para dar cabida a esa parcela y qué necesidad tenemos de esa parcela... evidentemente la educación, la formación de la gente implica un compromiso de la administración y de los gobiernos y en ese sentido sí es verdad que no hay, desgraciadamente, no hay una política cultural planificada y una política cultural diseñada y potenciada para que el teatro y la lectura y el cine... pero el cine no de evasión, sino lo que yo llamo, lo que forma parte de nuestra cultura, pues que forme parte de una potenciación de las administraciones y eso sí es verdad que se echa en falta... hubo otras épocas quizá que hubo... yo siempre pienso, hablando de Machado, en la institución libre de enseñanza... que era un inicio de regeneración y de construir desde la formación y la educación... generaciones de hombres más inquietos, más cultos, más preparados, más aptos, más capaces...

Pregunta: En 1990 crea su propia compañía de teatro “Geografías teatro”...

Abel Vitón: Sí, es un poco por lo que estamos hablando, la necesidad de decir cosas que uno quiere decir o que tiene necesidad de decir... y en vez de estar esperando a que te propongan un trabajo que más o menos te guste, o que estés de acuerdo o que te parezca interesante, también tú proponer cosas... y en ese sentido sí hemos hecho un teatro basado en textos contemporáneos, textos de palabra, textos literarios más basados en la palabra que en la imagen, por ejemplo y textos que planteen inquietudes del hombre contemporáneo, dudas que tenemos, dolores que nos pasan y compartirlos con el público, en ese sentido el teatro sirve de catarsis y de reflexión y de conocernos o de analizarnos un poco más a nosotros mismos y el tiempo que nos ha tocado vivir y nuestros problemas y nuestras dudas, inquietudes, dolores y también nuestras alegrías, por supuesto...

Pregunta: Habla del público, en “Las tierras de Alvargonzález” camina entre el espectador, le habla casi al oído, le mira a los ojos... ¿qué encuentra en esas miradas, en esos ojos?

Abel Vitón: Muchas cosas, la verdad es que está siendo una experiencia tan rica, tan hermosa... porque es verdad que hacemos un viaje... este es el viaje que Machado hace a la Laguna Negra y es la experiencia del viaje y la experiencia del encuentro con el otro... encuentro... tengo como dos recorridos, depende un poco de la gente, cuando vienen institutos me encuentro una mirada interesante, atenta, curiosa de la anécdota, de la historieta, pero cuando hay gente más adulta, más mayor, encuentro que esta anécdota no es tan importante y es más relevante el peso de las palabras, del significado de las palabras, del significado del encuentro con el campesino, de la relación con la tierra, con el compromiso del trabajo... en ese sentido es muy rico porque las palabras de Machado que no sobra ni una y todas son tan ricas, tan hermosas, tan sonoras pero con tanto significado... pues encuentras que la gente valora la palabra, se impresiona por la capacidad que tiene la palabra de atraer y de encantar pero sobre todo por la poesía, por la imaginación, por el llevarnos a una sensación de tranquilidad, de paz, de sosiego que es muy necesario también...

Pregunta: Habla de la poesía, no es la primera vez que abordáis un trabajo poético... Percibe que quizá no es como se suele decir un género minoritario, oscuro, complicado...

Abel Vitón: Yo creo que minoritario quizá sí... no es un bestseller, pero creo que cada vez la gente iba a decir “se refugia”, pero comparte más la poesía y yo creo que cada vez tenemos más necesidad de encontrar esos espacios íntimos personales donde nos miremos el alma, esa cosa que no sabemos lo que es, pero que está muy dentro de nosotros... y yo creo que es muy gratificante, muy gozoso encontrar a alguien que te hable a lo más íntimo de ti mismo, a los sentimientos más profundos, más sencillos... y eso se agradece y eso yo lo veo un poco en las miradas y en las actitudes de la gente, de los espectadores que me acompañan en este viaje...

Pregunta. En este viaje da voz y en cierto modo imagen a Antonio Machado...

Abel Vitón: Realmente es un privilegio poder decir estas palabras en un escenario, poder sentir la emoción de volver a ver los álamos dorados... lo que implica dicho de esa manera tan hermosa, además yo soy de Soria... (risas) soy castellano y en ese sentido tengo una parte emocional como muy cercana o muy presente... pero esa alegría de volver a ver algo tan hermoso en una edad, en una época que a lo mejor has pasado una mala racha y ese espíritu de superación y de volver con el entusiasmo y a partir de ahí iniciar un viaje con el entusiasmo de compartir un paisaje, de compartir una gente, de ir... entonces, eso está siendo... además las palabras de Machado, evidentemente... porque no son palabras triviales ni palabras vacías...son palabras llenas de contenido, palabras sencillas, palabras a veces... personas me dicen “no había escuchado nunca esa palabra”... palabras ricas, sonoras y eso es un lujo realmente difícil de definir y muchas veces no lo haces...

Pregunta: ... Palabras que riman, palabras que se dicen en prosa, palabras que se cantan... Complicado, creo, combinar todas esas formas de decir...

Abel Vitón: Sí, pero todo está en el espíritu del personaje... la prosa también tiene música, entonces es meterte en esa armonía, en esa melodía del paisaje del lenguaje, entonces cuando tú pronuncias todas las palabras en su significado y le das el valor a las palabras que tienen, no sólo en su sonoridad sino en su significado, entonces es fácil porque te va llevando... es como un viaje que tú no te das cuenta y te vas acompañando del viento, del aire, de la velocidad, del movimiento del cuerpo... cuando los espectadores se mueven siguiéndome... entonces todo va al unísono... entonces, no me está siendo difícil, me está siendo todo lo contrario... parece que diga que es fácil, pues no, no es fácil... hay que tener mucha concentración porque es muy intenso todo, pero es tan gratificante, tan hermoso, tan rico, que acabas diciendo “qué bien”... “qué maravilla”... es cuando haces un viaje por una cuesta con un paisaje que es esforzado... pero cuando subes dices... como le pasó a Machado cuando subió al Urbión, decían los periódicos, cuando subió al Urbión dijo “Desde allí se veía el mundo”...

Pregunta: Siguiendo con las palabras, creo que desde 2004 formas parte del comité de lectura del CDN... ¿Qué opinas de las palabras de los dramaturgos contemporáneos españoles?

Abel Vitón: Estamos leyendo tantas cosas y hay tantos dramaturgos que escriben de diferentes maneras y hay muchas maneras de entender el teatro, de entender la escritura... en general a veces encuentro que no reconozco mucho el mundo que describen con el mundo que yo veo o que creo que vivimos, que hay una tendencia cada vez menos, quizá, pero que ha habido una tendencia de alejarse de las personas, si vemos la dramaturgia por ejemplo inglesa o americana, te das cuenta a través de sus dramaturgos, que están contando la historia de su país, entonces, hay de todo... pero a mí me interesa más la dramaturgia que te va explicando en el estilo que sea, explicando el conflicto y los personajes que nos han tocado vivir, personajes de ahora e incluso aunque contemos historias antiguas pero que tengan una relación y una ilación directa con nuestras inquietudes, nuestras dudas, nuestros problemas y que nos sirvan para reflexionar y para conocernos mejor en la época que nos toca vivir y en ese sentido es muy rico porque hay escritores, muchos escritores, de diferentes estilos, pero cada vez se acercan más o intentan hablar desde su posición, desde su mirada pero sí el entorno y el mundo en el que se está desarrollando...

Pregunta: Ha comentado que autores ingleses o americanos cuentan la historia de su país... no sé si en España no tenemos aún asumido que es bueno contar la historia, contar quiénes fuimos...

Abel Vitón: Yo creo que es buenísimo porque nos sirve para reflexionar, para conocer y para saber... y para reflexionar sobre lo que somos, lo que hemos sido y sobre lo que queremos ser... entonces sí es verdad que cuando ves incluso obras de Tennesse Williams estás viendo personajes tan del lugar, en la anécdota y en su comportamiento reflejan perfectamente una sociedad, un país y una manera de ser y unos conflictos muy concretos de la época en que escribía el autor, lo pongo como ejemplo... y eso en la continuidad de las generaciones de escritores vamos viendo cómo se va transformando una sociedad y cómo se van transformando esos personajes y las situaciones y aquí a veces hemos vivido tan a trompicones, tan en función... tampoco hay una distribución, una producción teatral en continuidad... donde uno no puede desarrollar su escritura y su experiencia como actor o como dramaturgo o como director... es complicado... este país es complicado...

Pregunta: Esta propuesta lleva por nombre “Las tierras de Alvargonzález” (Palabra en el tiempo) ¿Qué palabras no debería llevarse el viento?


Abel Vitón: (risas) Muchas... muchas... compromiso, por ejemplo... entrega, amor, solidaridad... en fin, tantas palabras...

Pregunta: Fíjate que las que ha dicho parece que se las haya vaciado de contenido...

Abel Vitón: Sí es lo que pasa... por eso éste es un proyecto de compromiso, como Machado era un hombre de compromiso... que hablamos mucho, decimos mucho... pero luego ¿qué hacemos?... y hay un refrán castellano que dice “Obras son amores y no buenas razones”... entonces, quiero decir, que aquí los españoles y me incluyo en lo que me toca, hablamos mucho en los cafés, solucionamos el mundo con una cerveza, pero luego no hacemos nada y en nuestro compromiso diario con nuestro trabajo diario o con nuestras relaciones o con nuestras obligaciones somos poco, poco comprometidos... y eso, el compromiso con... ahora tenemos elecciones (era 28 de febrero cuando hablábamos con Abel Vitón) en Euskadi y en Galicia ¿no?... y hay gente que pasa que dice “ah, esto no sé...” todo, todo forma parte de nuestro compromiso y de nuestra responsabilidad... y ahí estamos....

Sofía Basalo.