viernes, 16 de octubre de 2009

... ALBERTO VÁZQUEZ (JULIO 2009)





“Respeto y amor por la profesión” ésas serían las palabras que caracterizan a nuestro entrevistado: Alberto Vázquez, cantante, actor, futuro director, guionista, productor... ¿Se puede pedir más? Yo creo que no, porque a todo esto se une la sencillez y la humildad de una persona entrañable que ennoblecen el teatro y la palabra “Artista”.
Hemos podido hablar con él y hemos amado el teatro más si cabe... porque este noble arte lo es más si cabe por la nobleza de aquellos que nos regalan la honrada mentira que sobre el escenario nos invita a jugar a la verdad, con o sin música... pero siempre con la palabra y lo que ella nos transmite:



Pregunta: ¿Qué fue antes la música o el teatro?

Alberto Vázquez: Primero fue la música, porque tengo una hermana que se dedica a la música y a la que seguía mucho, sobre todo cuando era más joven... soñaba con cantar, con seguirla y demás... entonces, me apunté en el conservatorio de Valladolid, siendo jovencísimo, porque entonces te dejaban apuntarte con muy corta edad y estuve compaginando los estudios normales con música, solfeo... así que lo primero fue la música, incluso estuve en el coro infantil de Valladolid. Lo que quería era cantar, lo que pasa es que luego, cuando di el paso de ir a Madrid, me di cuenta que ganarte la vida cantando era mucho más difícil de lo que uno se puede imaginar... y ya empezaban a montarse los primeros musicales, que recuerdo fueron “Jesucristo Súperstar” de Camilo Sexto... empecé a presentarme a pruebas... por ejemplo a “My Fair Lady”, que fue el primer musical que hice... y ahí me di cuenta de que había que prepararse actoralmente muy duro... comencé a tomar clases... me fue gustando muchísimo y luego mi representante me incentivó para presentarme a pruebas... se fue dando solo el hecho de que me cogían todo el tiempo para trabajos pequeños... eso me despertó muchas cosas bonitas, el hecho de estudiar actuación... yo era tremendamente tímido y me ayudó mucho a desinhibirme, a relacionarme con la gente, a perder muchos miedos y superar muchos complejos...

Pregunta: Supongo que comenzar con “My Fair Lady” y con actores de la talla de Alberto Closas... también fue algo muy importante...

Alberto Vázquez: Mucho, porque había un elenco impresionante... estaba Alberto Closas, Alfonso del Real, Manuel Aleixandre, Amelia de la Torre... impresionante... era increíble... aparte tuve una relación muy especial con Amelia de la Torre que creo que ha sido una de las grandes actrices que ha tenido este país... y con Alberto Closas también, de hecho me hice muy amigo de toda la familia... y años después cuando me fui a Argentina, Alberto me ayudó bastante... tuve la oportunidad de encontrarlo allí y compartir sus últimos años de vida y se portó como un caballero, todo un señor... fue increíble...

Pregunta: Hablas de Argentina, un país muy importante en tu formación como actor...

Alberto Vázquez: Mucha, es cierto... porque me fui en 1992 a probar porque tenía muchos amigos argentinos que me hablaban mucho del teatro, de los cursos, de los profesores, de los talleres... me fui con idea de estar seis meses y estuve ocho años... Durante los seis meses me enamoré completamente de todo, de lo que era el ambiente teatral, de la forma en la que vivían la profesión, me enamoré de la ciudad... ahora está un poquito hecha un poco “bolsa” como dicen ellos, pero en aquella época era maravillosa... era el París de Sudamérica... empecé a estudiar con profesores magníficos, a ver cosas y a relacionarme con gente que aquí realmente no había... no sabía que hubiera esa misma entrega... y tuve mucha suerte profesionalmente, también... porque me contrató un canal de televisión y estuve casi seis años trabajando para ese canal, sin parar, haciendo series, novelas, trabajando con gente de un nivel... primerísimas figuras... de esas que uno admira profundamente... y me pasaron muchas cosas muy importantes... recuerdo que ser propietario por primera vez de una casa, después de dar tantas vueltas, porque salí muy joven de Valladolid... mi primera casa la compré en Buenos Aires y aquello fue muy importante... tener mi casita y mis llaves, en una ciudad que significaba tanto... y de hecho todavía la tengo y voy siempre que puedo y mis mejores amigos están allí y vienen mucho y yo voy mucho...

Pregunta: Has comentado que cuando llegaste a Argentina comprobaste que el ambiente teatral, cómo se vivía el teatro era diferente a cómo se vivía o se vive en España... No sé si te refieres a la misma profesión o también en relación al espectador, a cómo el público siente el teatro...

Alberto Vázquez: Es un poco todo... La sociedad tiene una admiración por los artistas desmesurada... es una cosa muy difícil de explicar... pero por ejemplo, aquí recuerdo que cuando te preguntan “A qué te dedicas” y le dices que eres actor... y si no te conocen de la televisión... te replican “qué otra cosa haces”... en cambio, allí dices que eres actor y te responden “No me digas, qué maravilla y con quién has estudiado y qué estás haciendo ahora...” y van a verte y se preocupan y ves que los teatros se llenan, con gente que hace veinte años que no tiene un éxito... y va a Buenos Aires (te hablo también de gente de España... Por ejemplo José Vélez o Braulio o Perales) y va y llena el Teatro de la Ópera que es inmenso durante tres días... aquí ningún artista se atreve a hacer eso en un teatro en la Gran Vía, a no ser que esté lanzando su mayor megaéxito en ese mismo momento... Es gente muy constante, muy fiel a los artistas y profesionalmente a nadie se le ocurre dedicarse a esto sin prepararse, a nadie... todo el mundo en los primeros años tiene un trabajo paralelo, porque sabe que tiene que seguir estudiando y preparándose antes de pasar a lo comercial... eso con respecto a la gente que empieza... y están trabajando sus ocho horas diarias y después se van a su grupo de teatro por las noches para hacer sus funciones nocturnas... y hacen unos montajes, que ya quisiéramos tenerlos aquí, en los grandes teatros... se cosen su ropa y se buscan su escenografía... hay teatros de un nivelazo tremendo en lugares inhóspitos... y hay seiscientas salitas de teatro... y sobre todo, se trabaja mucho sin cobrar y no les importa... aquí por ejemplo con Daniel Freire, hemos montado una productora, hemos hecho cosas bastante interesantes, pero muchas veces hemos querido montar grupos con actores simplemente para estar reciclándonos o preparando cosas, por el simple hecho de trabajar y prepararnos... y es casi imposible... aquí la gente se dedica a esto si cobra y nada más... y además mucha gente sigue dedicándose a esto sin prepararse, sin trabajar... incluso yo sigo yendo a todos los cursos a los que puedo acceder por tiempo y siempre soy el abuelo de la clase... quiero decir, no veo que haya gente ya trabajando, ya consolidada que siga yendo a prepararse, a reciclarse... en cambio allí es de lo más normal... hay una manera de afrontar la profesión muy distinta... es mucho más enriquecedora, es mucho más arriesgada en Argentina y yo alucinaba con eso... y sigo alucinando... cuando voy, cada día veo una obra en los teatros llamados independientes porque es muy atrayente, es una vida cultural riquísima y más teniendo en cuenta los problemas económicos que tienen... o quizá por eso... porque tienen la cultura como pasión, como escape y no va unida a que les solucione la vida económicamente...

Pregunta: Comentas que quizá tienen la cultura como escape... ¿Tal vez en España, el teatro se entiende más como ocio o pasatiempo y no como cultura...?

Alberto Vázquez: Yo creo que aquí estamos inmersos en una cultura del ocio y entretenimiento de lo más banal y cada vez más... y de hecho seguimos teniendo mucho más público en las comedias que en los dramas y en los musicales divertidos que en los musicales dramáticos... y en el cine ocurre lo mismo... la gente va a entretenerse y a divertirse y a olvidar sus problemas... y realmente ya les regalaría yo un par de años en un país como Argentina en plena crisis económica para que se den cuenta de lo que es tener problemas... Entretenerse y divertirse está muy bien, pero pensar y reflexionar también está muy bien... y creo que no sólo España, el mundo occidental está cada vez más inmerso en eso, en el ocio por el ocio... y no creo que sea bueno, sinceramente... reflexionar, pensar y emocionarse y llorar también, no vienen mal por mucho que fuera también las eches o también estés pensando cómo salir adelante, porque lo importante cuando ves un hecho artístico es lo que te conmueve, lo que te despierta dentro, porque en el fondo somos comunicadores, a mí no me gusta sentir que soy como un bufón... o que soy un entretenedor, me gusta sentir que soy un comunicador, que cuento historias y siempre con un objetivo, que no sólo es entretener, intento que la gente se emocione mínimamente... aunque ellos se estén entreteniendo, pero que se emocionen, que piensen que les estamos contando una historia, que detrás de las risas o de los bailes en este caso, pues me está tocando trabajar en un musical, hay una historia... por ejemplo ahora en “Fiebre del sábado noche” la gente baila y se lo pasa bien y alucina con los bailes y con las canciones... pero estás contando una historia, una historia de superación de un chico de barrio... y cuando afronto cualquier trabajo, por muy pequeño que sea, siempre me planteo eso, “qué estamos contando” y que quede muy claro, que se entienda... yo no sé si la gente lo capta...

Pregunta: Eso quería apuntar, porque normalmente se entiende que los musicales o no te cuentan una historia, o vas a una fiesta... ¿es complicado contar historias en un musical?

Alberto Vázquez: Es complicado que la historia que hay detrás de la música llegue... porque la música llega mucho antes y el baile también... lo comento con compañeros de teatro que no hacen musicales... cuando estás queriendo emocionar con un texto necesitas un tiempo, una transición, que la gente esté atenta, que te estén entendiendo bien lo que dices, que te sigan... pero con una canción a veces lo consigues abriendo la boca... simplemente con el primer compás... hay canciones mágicas que en cuanto empiezas a cantarlas, a la gente se le ponen los pelos de punta... y no importa lo que estás diciendo... no importa, incluso... la gente se emociona y te aplaude un montón... con los musicales pasa mucho... una canción, un baile, un momento... pero la historia escrita queda en segundo plano... a mí por eso me gustaba tanto “Mamma Mía”... este musical tenía una historia con mucho peso que era seguida con tanto interés como las canciones... y por eso la gente pasaba por diferentes estados, por reírse mucho, por llorar mucho... había momentos para todo y había mucho recorrido por los personajes... aún siendo muy simple era muy intenso... me gusta ese tipo de musical, donde el libreto está tan cuidado como todo lo demás... yo creo que el gran público, la mayoría quizá, no se preocupa en averiguar cuál es la historia... se queda en la forma pero no va al fondo y eso es un problema cultural de esta época que nos toca vivir, donde la gente ve más cine que nunca, pero lo entiende menos que nunca...

Pregunta: Y no sé si lo más triste es que tampoco les importa no entenderlo...

Alberto Vázquez: Claro, pero es que como tenemos acceso a todo, y gratis, no puedes quedarte tampoco... yo tengo amigos que llevan doscientas películas en el “Ipod” y las ven en una pantallita donde es imposible ver ni los ojos del actor... y así no se ven las películas... se transitan... no la puedes ver, es imposible... no puedes ver un trabajo de meses, mientras hablas por teléfono, vas al baño y una tras otra... y a los diez minutos la apagas porque te aburre... es tremendo... es un exceso tal que afortunadamente eso está ayudando a que la gente cada vez vaya más al teatro y a los espectáculos en vivo, porque aunque no se den cuenta, están restando tanta importancia a lo que es el soporte grabado... que en el fondo se desea profundamente ver algo en vivo... no creo que esté pasando por leer un libro... pero llegará... porque las canciones igual, se bajan miles de canciones, para que suenen un ratito mientras hacen no sé qué... es muy triste... la gente que se dedica a la música y se queda convertida en eso... en ruido de fondo... porque quién se para a escuchar una canción...

Pregunta: Todo esto quizá puede favorecer el hecho de que “todo valga” para subirse a un escenario... para dedicarse a la música... de que cualquiera se suba a un escenario y diga “soy artista. Soy actor. Soy cantante”...

Alberto Vázquez: Sí, pero creo que la gran responsable de esto es la televisión... y los ídolos que construye y desecha a una velocidad de vértigo y de cualquier manera... estamos rodeados de gente que es mediáticamente importantísima durante unos meses y después la dejamos de ver eternamente y nunca más se supo... pero claro la gente que en un principio quiere dedicarse a esto, lo que ve es eso... y ve que a él le gustaría estar ahí y salir ahí y hacer eso... y entonces lo primero que se les ocurre es presentarse a un cásting de Gran Hermano o de repente ven series, con todos mis respetos, como “HKM”... donde todos son niñatos, que se ve que no son actores y que están ahí porque son monos y porque se han presentado a un cásting o saben tocar la guitarra un poquito... y en fin, la gente que empieza lo que quiere es eso, quiere estar ahí... y ven que no les hace falta más... porque una niña que quiere ser actriz, ve por ejemplo a Nerea Camacho en “Camino” sabe que tiene que prepararse, que es duro... en cambio, si lo primero que ve es a los niños de “HKM” piensa que esto es “pan comido”... y lo peor es que a algunos les sale bien... pero es el propio medio el que construye estos ídolos de barro... en el cine pasa menos, son más exigentes... y el teatro también...

Pregunta: En el teatro... depende... a veces aparece algún que otro personajillo sobre el escenario...

Alberto Vázquez: Sí, es verdad... lo que pasa es que son personajillos... muy pocas veces los verás como protagonistas... te hablo del teatro de texto... porque es mucho peso, es mucho riesgo y no todo el mundo puede, no todo el mundo sabe... aunque lo que haga o la persona no te guste, tiene que tener unas bases técnicas, cierta preparación... de entrada es que mucha gente que hace tele o cine que directamente no les interesa... eso de estar tres meses ensayando un espectáculo y luego ir todas las noches al mismo sitio para hacer lo mismo y cobrar mucho menos... no les interesa... hay muchos actores de cine y de televisión que no van al teatro... ni siquiera como curiosidad de ver qué actores hay trabajando, qué directores hay funcionando, no les interesa... y no te quiero decir nada de los musicales... muchos nos consideran el “culo del mundo”...

Pregunta: Sí, hay quien dice que el musical no es teatro...

Alberto Vázquez: Por eso mismo... ahora estoy seguro que si supieran cantar te aseguro que les encantaría hacer un musical... hay una forma de afrontar la profesión aquí un poco extraña, porque volviendo a Argentina... recuerdo un espectáculo maravilloso donde hay una primerísima figura del cine y la tele que se llama Virginia Lago que hizo un musical sobre la vida de Violeta Parra, que se llamaba “Violeta vuelve a nacer” una maravilla de musical y lo hacían “a la gorra”, algo bastante frecuente en Argentina... la entrada es gratis y los mismos actores al término de la función salen a la puerta a darte las gracias por haber ido, con una gorrita en la mano y tú echas lo que voluntariamente quieras... y esa mujer es como si aquí lo hiciera Carmen Machi... y eso es normal en Argentina, ¿por qué? Porque el proyecto la enamoraba, porque el proyecto le encantaba y porque por sistema es otra forma de hacer cosas que quieren vivir... y experimentar... es admirable...

Pregunta: Antes nos has comentado que también tienes una productora, junto a Daniel Freire... más riesgo aún si cabe...

Alberto Vázquez: Sí, nos hemos dado unas buenas tortas... es muy difícil el mundo del teatro en España... políticamente está montado de una manera muy complicada... pero hemos tenido algunas grandes alegrías como “Bent”. Ahora hemos montado una especie de compañía repertorio, tenemos un espectáculo infantil, se llama “La damita del abanico azul”, también “Buena presencia”... cuesta mucho ponerlo en pie... cuesta mucho conseguir bolos, porque como todo pasa por las administraciones políticas estatales y municipales... todos sabemos lo que pasa... quien tiene contactos o amigos dentro son los que se llevan las giras, las subvenciones... es bastante ingrato... pero lo seguimos haciendo porque nos gusta y por trabajar y encontrar textos que nos diviertan y trabajarlos y estar siempre con algún compañero al que le guste la idea... y seguimos y seguiremos con ello... cuando podamos trabajaremos nosotros... aunque de momento no podemos, afortunadamente, por otro lado...

Pregunta: ... Y creo que también has dirigido...

Alberto Vázquez: He dirigido una de estas obras, también otra obra para el ciclo de Teatro por la Identidad que fue una experiencia maravillosa, dirigí a Chusa Barbero que es una actriz excelente... cogimos un texto profundísimo sobre los desaparecidos en Argentina y fue una experiencia maravillosa, ahí se hizo una gira bastante interesante, incluso estuvimos en el Español y fue muy bonito... me gusta mucho dirigir, pero como no he tenido la oportunidad de hacer un buen curso de dirección... no me he atrevido a dar el paso más en serio pero lo haré, pero es que llevo cinco años sin parar de trabajar... sin parar... y con más de una cosa... no he tenido tiempo material... también quiero estudiar guión, porque estoy escribiendo, ni dirección...

Pregunta: Eres una especie de hombre del renacimiento...


Alberto Vázquez: No... qué más quisiera... lo intento... pero me gusta experimentarlo... llevo escribiendo seis meses un libro y creo que va para largo... tengo que darle forma y demás... la experiencia me está gustando mucho...

Pregunta: ¿Qué tal tu disco “Canciones Robadas”?

Alberto Vázquez: Muy bien... estuve los últimos seis meses del pasado año dedicado a ello y me dio muchas alegrías... se ha vendido bastante bien para no ser un disco comercial, he ido a muchos sitios a presentarlo, he hecho muchos programas de televisión, radio... colaboró gente magnífico, a la que quiero y admiro muchísimo y creo que el resultado fue estupendo... comprobé en mis propias carnes lo durísimo que es el mundo de la música comercial... sin tener una multinacional detrás o un sello potente... pero aún así, fue muy bonito... sobre todo cómo reaccionaba la gente... es muy bonito... era un capricho que tenía... un disco con canciones que han significado mucho para mí y que guardo en la memoria... y lo pude hacer con gente muy importante... de un nivel muy bueno... pensé que iba a ser un disquito pero finalmente fue un discazo...

Pregunta: ¿Qué tiene que tener una canción para robarla?

Alberto Vázquez: Tiene que permanecer en la memoria... los discos nunca los compro al principio... cuando los compra todo el mundo... yo espero a que pasen de moda y si sigo con esa idea y sigo cantándolo y sigue gustándome entonces lo compro, porque significa que va a quedar en el tiempo y que realmente es importante para mí. Compro mucho recopilaciones de artistas... este disco realmente es una recopilación de canciones que seguían en la memoria después de mucho tiempo y que por tanto significa que han sido muy importantes... pero había canciones españolas, italianas, sudamericanas... y Arnau Vila que es el director de “Mamma Mía” y de “Fiebre del sábado noche” le supo dar una forma a todo eso para que sonara de una manera homogénea... y lo hizo de maravilla... ha hecho unos arreglos y una orquestación sensacionales...

Pregunta: Has sido nominado como mejor actor a los Premios Gran Vía (aunque el ganador fue Joan Crosas) por un musical con una gran historia “Ana Frank. Un canto a la vida”...

Alberto Vázquez: Tremenda... ¿ves lo que te decía?... ese musical a la gente le tiraba para atrás... cuando me lo propusieron pensé “qué maravilla, qué buena idea”... pero luego a la gente le daba pereza ir a verlo porque iba a pasar un mal rato... ¿pero cómo un mal rato? No lo entiendo... porque sabían que iban a llorar, porque el final era muy triste... porque por otra cosa, no lo entiendo... realmente la gente que iba salía contentísima y era un éxito diario... hacerlo era duro pero a la vez te llenaba de satisfacción y de vida pasar por esos momentos y saber que te acercabas mucho a una historia real que fue tan tremenda... y que tuvimos la oportunidad de vivirla tan de cerca, conocerla tan de cerca y profundizar en ella y estar en los lugares donde ocurrió y conocer a gente que lo vivió... fue muy fuerte... entonces el hecho de que se acordasen de nosotros, la verdad, es que me llenó de alegría... y sobre todo que uno de los premios fuese para nuestra Ana Frank (Isabella Castillo)

Pregunta: Creo que fue más que merecido...

Alberto Vázquez: Yo creo que sí...

Pregunta: Ahora mismo estás en “Fiebre del sábado noche” y qué más proyectos tienes entre manos...

Alberto Vázquez: Hemos empezado la grabación de “Cuéntame cómo pasó”, con el personaje de Arturo y estaré todo el año, toda la temporada, así que muy contento... estamos terminando una película, también, que se llama “Y viceversa” donde soy uno de los protagonistas, es una película que promete ser bastante interesante, es la historia de parejas de cuarentones que son incapaces de formalizar una relación... esto que les pasa tanto ahora a muchos... la falta de compromiso, la falta de riesgo y está contada con doble pantalla y ha sido dura de hacer porque métricamente hemos tenido que hacer casi dos películas, porque lo que se ve en un lado de la pantalla o en otro son las dos visiones de los dos miembros de la pareja... cómo ven una misma situación dos personas diferentes...
Ha sido un trabajo muy interesante porque hemos tenido que hacer las mismas escenas con muy pequeñas variaciones, sobre todo de gestos, de ritmos, porque los textos son iguales y las situaciones... ha sido un trabajo muy interesante... teníamos un poco de miedo por si la cámara lo estaba captando o si el director iba a ser capaz de plasmarlo, porque es muy sutil todo... pero hemos visto un primer pase y estamos muy contentos... es una película independiente... en fin, a ver qué pasa...

Sofía Basalo.

jueves, 8 de octubre de 2009

... NACHO ARTIME (FEBRERO 2009)




Es casi innecesario presentar a nuestro interlocutor. Gran hombre de teatro. Con él, prácticamente de su mano, llegó el Musical a nuestro país. Su nombre está escrito junto al de los primeros éxitos de este género: Jesucristo Súperstar o Evita. Dice con absoluta humildad que ha esperado cincuenta años para escribir su primer espectáculo porque “hay muchos que lo harían mejor que yo”... (personalmente no estoy tan segura)
Nacho Artime es el autor de “Rocío no habita en el olvido”, el adaptador y periodista asturiano ha imaginado a “La más grande” cinco minutos antes del comienzo del que sería su último espectáculo televisivo. La artista está en el camerino, cuando recibe la visita de un misterioso personaje con el que repasará su vida no exenta de grandes e inolvidables melodías. Eva Diago (Inmensa en este espectáculo) es Rocío Jurado. Jacobo Dicenta interpreta al misterioso personaje. Ambos actores están dirigidos por Juan Polanco. La música, sólo un piano y en directo, está conducida magistralmente por César Belda. No se necesita más para hacer magia sobre el escenario de la Sala 2 del Teatro Nuevo Alcalá. Y la magia está hecha.
Hemos podido hablar con Nacho Artime de este espectáculo y del teatro en general:

Pregunta: ¿Rocío Jurado ha sido la más grande?

Nacho Artime: Eso es lo que dice todo el mundo y cuando es una opinión tan generalizada yo creo que será cierto. La generación ya ha olvidado a otra grande, que lo fue antes de Rocío, que fue (eran dos pero sobre todo una) Doña Concha Piquer; todo el mundo dice que fue grandísima, aunque yo no la vi... Se decía entonces “Doña” ahora nadie dice “Doña Rocío Jurado” y también Juana Reina, que fueron las dos grandes damas de la copla, pero además, ellas cantaban sin micrófono, cantaban en todos los escenarios (no había galas) era sobre escenarios, recorrían España de arriba abajo sin micrófonos, eran otros tiempos y cantaron durante años y años, y grabaron discos y los vendieron por millones... Rocío era la más grande porque tocaba todos los palos. Era capaz de cantar, como vemos en el espectáculo que hemos hecho, como Mina, como Barbra Streisand, boleros... cantaba todo... canciones mexicanas... y luego en el flamenco te ponía los pelos de punta cuando cogía sus guitarras, su bata de cola, un pañuelito y salía de verdad la Chipionera y dejaba a todos, te gustara o no el flamenco, anonadados, con los pelos de punta... y eso no lo hacía nadie. Ella tocaba todos los palos y era espectacular y llevaba la bata de cola y los trajes como pocos... era discutible su forma de hablar y de decir porque era una mujer muy poco cultivada, como sabemos. Venía de una familia muy humilde y se tuvo que ganar desde muy temprana edad la vida... y eso también tiene su mérito, desde luego.

Pregunta: Ha señalado que antes a las grandes artistas se les ponía delante el “Doña” o el “Don” en el caso de los hombres y ahora no es así. ¿Qué ha cambiado. Sólo la cultura o quizá también el nivel de respeto?

Nacho Artime: Sí, ahora se les dice “La Jurado” por ejemplo... Es interesante, pero creo que esencialmente es un cambio de cultura y esto mismo está pasando ahora en el teatro, donde también anteriormente eran “Doña María Guerrero”, sobre todo... A las primeras actrices se las llamaba, por ejemplo “Doña Irene Gutiérrez Caba”... ahora se pone sólo el nombre de la actriz... se ha acercado mucho la cultura al pueblo y todo el mundo las considera más suyas... y eso también es muy francés, yo creo que no ha venido un poquito de Francia... el Francés no tiene nombres, se les llama por el apellido, es “El Delon” o simplemente “Delon”... o es “Deneuve” o “La Deneuve”... pero no me parece mal, es sólo un cambio del pueblo en sí mismo... está más cercana, todo el día en la televisión, en la calle, en el cine, en los teatros... antes eran mucho más lejanas...

Pregunta: ¿Cómo nace “Rocío no habita en el olvido”?

Nacho Artime: Todo parte de que tenemos una voz maravillosa, otra mujer irrepetible, que se llama Eva Diago y que nadie sabe por qué no es una estrella como debiera ser... si estuviera en otro país sería conocida mundialmente, porque tiene todo... sólo que está un poquito gorda porque tiene un problema de tiroides y está luchando contra ello... pero no se le quita ni trabajando... pero tiene una voz prodigiosa y encima ha vivido en Chipiona y ha conocido mucho la manera de Rocío. Ella es de Madrid pero cuando era pequeñita se fue a Chipiona. Ella habla el castellano correctamente, tiene que estar reinventando el acento de Rocío, no sólo para cantar sino también para hablar pero apenas le cuesta... y ella canta 34 canciones todos los días sobre el escenario, canciones de todos los estilos y eso no es tan fácil de hacer.... y para colmo es una actriz fantástica porque te hace creer... no es una imitación de Rocío, es una actriz que está haciendo de Rocío Jurado y el teatro es un convencionalismo por encima de todo y te hacen creer actores como Paloma San Basilio, que te hacía creer que era Evita o que era la hija del Señor Doolittle que tenía veinte años cuando tenía cincuenta y tantos... el teatro es un convencionalismo y el arte de los actores y los cantantes consiste en eso, en hacer creer al público que son otra persona pero al final te identificas con ellos... porque yo oigo a la gente llorar cuando llega al final el drama de Rocío, la gente llora creyendo que es verdad que es Rocío... no hay nada más bonito que ese engaño tan ingenuo y a la vez tan profundo que es el convencionalismo teatral.

Pregunta: Ha comentado que este musical ofrece una visión de Rocío Jurado que contiene lo bueno y lo malo, pero está hecho con tanto cariño, eso creo, que hasta lo que podría ser malo (esa frase “modestia aparte”) es gracioso e incluso tierno...

Nacho Artime: Sí... y además malo hay poco... pero no creas que el otro día un amigo mío se enfadó ¿eh? Y me dijo ¿tú crees que Rocío era así?... No es petulancia, no es eso. Era una forma de ser, ella, entre andaluza y guapa ella decía con mucha frecuencia “modestia aparte”... y como la conocí bastante en una época de mi vida, las cosas que dice no es que las haya dicho así textualmente, sino que yo las he guardado como en esencia, como en un tarrito y he pensado “diría esto de Mina”, “diría esto de La Streisand”... “dijo esto de Sara”... pero de Sara Montiel hemos hablado todos... y no es meternos con ella... lo que sí es cierto es que ella siempre tuvo pena de no haber educado la voz como por ejemplo como Eva Diago, que Eva puede hacer Ópera y Zarzuela... puede hacer papeles secundarios de Ópera por su físico y de hecho hace Zarzuela todos los años, ha hecho Los Miserables, El Hombre de La Mancha... ella puede hacerlo todo... como dice Rocío, antes decías “Mamá quiero ser artista” y ahora son las madres las que dicen “Mira niña a ver si eres artista y nos forramos todos”... como hicieron las madres de los niños prodigio de entonces, que tuvimos varios... Rocío no fue una niña prodigio y sin embargo le costó mucho llegar porque era una época distinta, era muy difícil.

Pregunta: Y quizá en ello radica parte de su grandeza...

Nacho Artime: Sí, el gran mérito de saber evolucionar y saber rodearse de la gente adecuada en el momento justo y cambiar de estilo también, ella sabía que no podía ir por ahí con la copla porque estaba en absoluta decadencia y no había cupleteras ya... buscó un estilo intermedio entre la canción melódica y el pop... menos el rock and roll que ella decía que para eso no la había llamado Dios... pero yo creo que era porque no lo practicaba, si te fijas un poco, el flamenco tiene que ver con el rock... ¿eh?... cualquier flamenco puede cantar rock... los rockeros no pueden cantar flamenco, sobre todo los ingleses, pero mira Pitingo, que canta rock como si nada...

Pregunta: Una de las anécdotas que más me ha sorprendido que cuentas en este espectáculo es que en primera instancia se pensó en Rocío Jurado para el musical de “Evita”...

Nacho Artime: Sí, se lo propuse yo. La época en la que estábamos, la nueva era de los musicales que comenzó con Jesucristo Súperstar, fue la primera ópera rock que se hizo sobre un escenario y que tuvo mucho éxito, buscamos la continuidad y ésta era con el mismo autor y la obra era Evita. Evita hubiera tenido problemas de estreno con Franco, pero se estrenó en el ochenta y cómo hacemos Evita, que era un espectáculo complicado, muy caro para la época... cómo lo hacemos, con una estrella y yo era muy amigo, aún lo soy, de quien en aquella época era manager de Rocío Jurado y de Raphael, Paco Gordillo. Y hablando un día, salió Rocío y me preguntó si habíamos pensado en Rocío para ello... y él fue quien me dijo “canta de todo”.... pero mira por dónde como era tan bruta, en el mejor sentido de la palabra, maltrataba su voz, de tan mal usarla (como digo en el espectáculo) tuvo unos problemas de nódulos, se operó, la recuperación es larga... y entonces no quedó del todo bien en una temporada y era un riesgo tremendo hacerlo con ella, porque todo el mundo se ilusionó, hicimos una empresa con Rocío, imposible el fracaso... y luego claro, se hacían doce funciones, entonces. Había un día de descanso nada más, todos los días se hacía función doble, porque las entradas eran muy baratas y había que cubrir costes... si tú empezabas con Rocío tenías que empezar a hacer diez u once funciones, porque podía tener una sustituta, pero podríamos tener problemas, porque si tú pagas una entrada, quieres ver a la titular... y no a la suplente... pasa en el mundo entero... salvo en los musicales donde no hay estrellas que da igual quién lo haga... cuando tienes una estrella tienes ya el problema... y entonces, era muy arriesgado, porque si hacía una función y cinco no... había que suspender todo... con lo que pensamos “ no hay Evita, ya” pero alguien dijo, ¿Por qué no buscamos a otra chica menos conocida, ya que tenemos la ilusión de hacerlo y hemos puesto entre todos un dinero... Por qué no lo intentamos? Y apareció Paloma San Basilio... con lo que ya teníamos una estrella y surgió otra estrella, porque Paloma es la auténtica estrella de los musicales en España, nadie ha hecho los mejores musicales más que ella y estamos, por cierto, preparando su despedida en otro musical que saldrá cantando lo que quiera con la maravillosa voz que tiene... quiere hacer un último musical... te lo digo en exclusiva...

Pregunta: Tiene una gran experiencia en el Teatro Musical, y está dentro de ese maravilloso mundo desde el principio ¿Cómo ha evolucionado en nuestro país hasta llegar a la actualidad?

Nacho Artime: Ha habido dos épocas, aunque diría que ha habido tres épocas, porque “El hombre de la mancha” se estrenó antes en España, en los años sesenta y no funcionó bien porque no había esa costumbre del musical americano, la gente estaba con La Revista todavía y con las varietés, era un país más atrasado musicalmente por nuestras propias circunstancias políticas y sociales... y entonces la llegada rompedora fue Jesucristo Súperstar. A partir de ahí hicimos Evita que fue otro gran bombazo, y pensamos que ya había un nuevo público que quiere ver cosas rockeras, modernas e hicimos A Chorus Line, que es para mí el mejor musical, con My Fair Lady... y como no había espectáculo, era la historia de unos bailarines... era maravilloso pero abordaba un mundo muy cerrado y muy atípico en España, no funcionó. Y eso nos destrozó la esperanzas de que habíamos vivido un sueño, un espejismo y desaparecimos... Hasta que llegó Los Miserables. Tamayo seguía haciendo sus zarzuelas, sus espectáculos un tanto clásicos y entonces hizo Los Miserables en el Teatro Apolo y fue un gran éxito y de ahí vino otra vez la oscuridad. Hasta que llegó un hombre que se llamaba Luis Ramírez que creyó en el Musical que me buscó e hicimos un proyecto juntos... ahí empezó la tarea de recuperación de los teatros de La Gran Vía e hicimos El hombre de La Mancha en el Lope de Vega. A partir de ahí hicimos Grease, Jeckyll and Hyde.... hicimos más de seis musicales, llegaron unos argentinos-mexicanos para hacer La bella y la bestia, los musicales de Disney en general y poco a poco la cosa creció y los viejos cines de La Gran Vía que iban cerrando con la aparición de los nuevos cines que hay en las afueras de Madrid maravillosos, modernos, con grandes pantallas y aparcamientos... fueron convirtiéndose en los teatros que hoy son... Y ahora mismo, España, después de Londres es la tercera ciudad del Europa (sería la cuarta después de Nueva York)... y ahora empieza Berlín a apostar por ello muy fuerte... en Madrid este año hay siete musicales en la cartelera y se anuncian otros tres... de no hacerse musicales en quince años hemos pasado a ser el segundo país de Europa en hacer musicales...

Pregunta: Y también al clásico musical, se le ha unido el de nuevo formato...

Nacho Artime: Sí, es un formato muy difícil, un formato pequeño, en teatros pequeños y que funcionan en todo el mundo. Lo que necesitamos quizá es un poquito de paciencia. Y “Rocío no habita en el olvido” es así, está funcionando muy bien y está gustando mucho... claro siempre dentro de las posibilidades que se tienen con una sala de doscientas butacas... Casi te lo cantan al oído... te lo dicen a los ojos... porque apenas está amplificado, todo es en directo y muy sencillo... estás al lado de los actores... casi se sientan en tus rodillas... tiene una serie de ventajas muy grandes... y no siempre van a ser grandes musicales... no siempre van a ser los grandes proyectos... que los habrá, seguirán existiendo, cada vez menos, cada vez más difíciles porque cuestan una fortuna y los tiempos están cambiando también para los grandes musicales... estamos reponiendo también, haciendo revisiones también de los grandes viejos musicales... como por ejemplo Oliver o West side Story... que son grandes éxitos... pero son como nuevos musicales, por las nuevas técnicas.

Pregunta: Anteriormente ha señalado algo que me ha parecido interesante, cuando hablaba de Eva Diago y se preguntaba “no sé por qué no es una gran estrella”...

Nacho Artime: Porque no es una chica guapa, espectacular... porque tiene una vida privada muy discreta, no sale en las televisiones... está rodando ahora una serie de José Luis Moreno que supongo le dará un empujón de popularidad pero va a ser de actriz nada más... y su gran talento es su voz y estrellas como ella las hay en Estados Unidos, en Francia, en Italia... en todos los lados... importa el físico pero sobre todo también importa la voz y el talento de la gente... si no fuese por Eva yo no hubiese escrito el musical, porque había que escribir un musical para el que se necesitaba una chica que hiciese de Rocío Jurado, aquí fue al revés, había una chica que hacía de Rocío Jurado a la que había que escribirle un musical... ése ha sido el motivo de que se hiciese “Rocío no habita en el olvido”, sino sería impensable... y luego yo les pedí una semana de reflexión para ver si se me ocurría algo, porque claro, yo no quería contar la vida de Rocío Jurado que eso es lo fácil y lo tópico, ni quería hacer una historia distinta con las canciones de Rocío Jurado que es lo que se suele hacer con las canciones de otros artistas como Abba o Mecano o El Dúo Dinámico... yo no quiero hacer eso, yo sigo apostando por el musical de toda la vida... tienes una idea, luego viene la música... y haces una obra de teatro musical... y se me ocurrió una idea bastante aceptable para luego poder hilvanar una historia que no se diera de bofetadas con la vida de Rocío y que sirviera como elemento dramático para hacer un musical, por encima de todo no es un concierto, no es un show es un Musical, es una obra de teatro y quiero que quede muy claro. Un musical que lo puede ver todo el mundo seas o no fan de Rocío Jurado...

Pregunta: Quiere dejar muy claro que es una obra de teatro musical... ¿También se lo quiere dejar claro a aquellos que estiman que un musical no es teatro?

Nacho Artime: Bueno, yo creo que eso es al revés. Es el Teatro Total... es como la ópera y el musical... es el teatro total... lo que pasa es que habrá gente a la que no le guste la fórmula... eso es distinto. Hay obras que son todas cantadas, que son las fórmulas que tenemos del teatro inglés, de Lloyd Webber, como Evita, El fantasma de la ópera y sobre todo Jesucristo Súperstar y siguen haciéndose esos musicales... luego vino Los Miserables que es todo cantado, es como una ópera, de hecho son óperas... eso gusta más que no cuando paras y cantas... hay una escena hablada y una escena cantada... eso gusta menos... hay mucha gente a la que no le gusta, incluso... pero yo creo que luego si hay ballet, coros, si hay unos personajes maravillosos, una historia maravillosa... es el teatro total, no veo otro modo mejor... si hay drama y risas... en “Rocío no habita en el olvido” lo tenemos todo... emoción, drama, risas... qué más podemos pedir... está todo condensado en hora y media. No veo otra fórmula más maravillosa.

Pregunta: Creo que en tu faceta de traductor has traducido teatro de texto y teatro musical. ¿Hay diferencias a la hora de realizar tu labor en uno u otro “tipo de teatro”?

Nacho Artime: Muchísimas... en primer lugar, en el musical tienes la dificultad de las canciones... y yo ni siquiera sé música... yo como Rocío Jurado y Pavarotti, aunque éste leía un poquito de música, yo soy negado para la música, lo hago todo a base de oído que tengo mal oído, pero a base de repetir e insistir, me salen las canciones... tengo una gran habilidad o un don o lo que sea, que domino muy bien mi idioma, soy asturiano pero domino el castellano... por suerte, soy periodista, me he dedicado toda la vida a escribir y creo que no lo hago mal y he estrenado ya con “Rocío no habita en el olvido” cincuenta y cinco espectáculos, de Teatro de Texto y Teatro musical, en tonal, vamos. El anterior ha sido una obra de Woody Allen, fíjate qué diferencia hacer un texto de Woody Allen y hacer My Fair Lady... no tienen nada que ver... son grandes éxitos... De todos ellos mi único original es el de “Rocío” es el primero y voy a cumplir 69 años, fíjate si he tardado en decidirme en hacer una cosa así... he tardado cincuenta años de carrera, ¿por qué? Por timidez, porque no sé hacerlo, porque hay personas que lo hacen mejor que yo... porque yo me considero un traductor al uso, sino que soy un adaptador, es decir que procuro que la obra tenga un sentido dentro de mi país... hago una traslación y creo el convencionalismo que el público cree... ése es el pequeño mérito que tengo nada más, pero las diferencias son enormes. Lo que pasa es que el oficio también te influye... y ahora estoy haciendo un drama y mañana hago una comedia... y por ejemplo ahora mismo estoy adaptando una obra dramática estupenda y paso del musical y de Woody Allen a un drama... es más divertido que no estar siempre haciendo lo mismo...

Pregunta: ¿Podemos saber cuál es ese drama o aún es muy pronto?

Nacho Artime: Es una obra estupenda que se ha estrenado en Nueva York hace poquito tiempo y se llama “Cincuenta formas de decir amor” ¿Qué bonito título, no?

Pregunta: Muy bonito, la verdad que sí...

Nacho Artime: ¿sabes por qué se llama así? Porque los esquimales tienen cincuenta formas para definir o llamar a la nieve y entonces una pareja con un hijo tiene problemas matrimoniales y ella piensa “cómo me gustaría ser esquimal y que la nieve fuera amor y pueda llamarlo de cincuenta maneras diferentes” y estoy buscando a una pareja que quiera hacerlo...

Pregunta: ¿Es complicado hoy en día encontrar a esa pareja de actores grandes y buenos para hacer un buen espectáculo teatral, de texto o musical?

Nacho Artime: Sí es muy difícil, para hacer un gran musical y para hacer teatro, ya los actores de cierta edad tienen menos problema porque trabajan menos en televisión o en el cine cuando son actores de cine de primera o tienen un trabajo en televisión es prácticamente imposible, salvo que hayan empezado en el teatro o sean de una saga de teatro... las sagas familiares desde pequeños están en el teatro, les gusta el teatro y no les resulta tan difícil combinar las dos cosas, pero por ejemplo ahora estás viendo a Carmelo Gómez que era dificilísimo que hiciera una obra de teatro y ahora está sobre los escenarios y Santiago Segura hizo “Los productores” con otro chico estupendo que es José Mota y que además es una estrella de televisión... eso no hubiera pasado hace años, ahora es más fácil... pero cuando son famosos... o te lo hacen de una forma limitada, tres meses, cuatro meses y se niegan a las giras de provincias... o directamente no lo hacen... es difícil, la verdad.

Pregunta: Ha comentado que ha tardado cincuenta años en escribir su primer musical pues, según decía, creía que había otros que lo hacían mejor. Tengo la impresión de que para usted prima la calidad al mediatismo, el éxito rápido, la fama... ¿En la actualidad esos valores han cambiado, hay otros antes que la calidad?

Nacho Artime: Por supuesto. Creo que si todos pensaran como yo, de entrada no había teatro... quizá no escribiría nadie... Por supuesto, no hay autores... es una crisis mundial... Antes estaban Arthur Miller, Buero Vallejo en España o Alfonso Paso, Mihura... y ahora hay poquísimos en todo... todos son guionistas de televisión, son todos guionistas de cine, directores de cine... pero es que ahora un director también es fotógrafo, lo guioniza... todos lo hacen todo... y no sé si están preparados y tienen el talento para ello... los realmente talentosos son muy pocos... los directores americanos, contadísimos son los que además son guionistas... tienen un equipo de guionistas fantásticos y si uno no les gusta, buscan a otro... los guiones están firmados por cuatro o cinco... sobre todo porque es lo que importa en una película y en una obra de teatro y es más, en el teatro es un buen autor, un buen texto, sino, no hay nada... dime tú, qué hacen los actores si no hay un buen texto... cómo entretienen al público y hay mucha gente a la que esto le da igual, o al menos es lo que parece... y ves cada cosa que... piensas “no es lógico”... por eso tiene tantos problemas, ahora el teatro... y el cine y todo... pero también hay otra cosa que es que ya se ha contado todo... el teatro tiene dos mil años y el cine tiene más de cien años y claro, contar durante más de un siglo la misma cosa de una forma diferente... cansa... y el público quizá ante esto... prefiere quedarse en casa... los tiempos han cambiado y tienes que hacer muchas cosas para que un espectáculo sea muy bueno... tienes que darle muchas vueltas...

Pregunta: Hablaba de una obra de Woody Allen que ha traducido...

Nacho Artime: Sí, por cierto llegará al Teatro Maravillas en agosto. Es “Adulterios” es uno de los grandes éxitos de la temporada. Lo hacen María Barranco y Miriam Díaz-Aroca, entre otros y está dirigida por Verónica Forqué y además yo soy el afortunado productor y adaptador... como ves paso del musical dramático a la risa con una gran facilidad... y espero que en Madrid tenga el éxito que está teniendo por toda España.

Sofía Basalo.

lunes, 5 de octubre de 2009

... TERELE PÁVEZ (ENERO 2009)






Atesora tres premios de la Unión de Actores por La Comunidad, La Celestina y Cuéntame cómo pasó, un Premio Sant Jordi e innumerables candidaturas a los Premios Goya. La gran actriz Terele Pávez regresa a los escenarios y lo hace como “Duquesa” en la nueva obra del polémico y siempre interesante Iñigo Ramírez de Haro. “La Duquesa al hoyo... y la viuda al bollo” es una parodia en la que la aristocracia sale malparada. La propuesta ha sido dirigida por José Luis Sáiz. Fernando Albizu, Iván Luis y Mona Martínez entre otros comparten escenarios y vicisitudes con la veterana actriz.

Pregunta: Con esta obra regresa a los escenarios ¿Qué supone para usted?

Terele Pávez: Estoy muy feliz. Tengo un director maravilloso, todo me lo hace fácil, me está introduciendo en el mundo de la comedia, que es muy difícil... Esta obra es un disparate. Hay que controlar muchas cosas... me están ayudando muchísimo... nunca había trabajado con él y es un regalo y con unos actores maravillosos... Estamos con una ilusión tremenda y además, tenemos un autor, Iñigo Ramírez de Haro, que también es maravilloso con una clase, con un humor, con una ilusión... todo lo que te diga es poco. La puesta en escena es fantástica, no se ha escatimado ni en decorados, que son ingeniosos al máximo, ni en la ropa, es fundamental presentar a los actores bien vestidos..

Pregunta: ¿Cómo es su personaje?


Terele Pávez: Es María Fernanda, una duquesa... pero es una parodia... es una caricatura de la alta sociedad, pero podría haberse elegido otra situación... Si yo fuera duquesa lo primero que haría sería ir a ver esta obra para reírme... sales muy bien de la función, es una risa de situaciones, de circunstancias y de cosas actuales pero todo está hecho con mucho gusto. Mi personaje es una caricatura, a veces te cae muy bien y a veces te cae muy mal... es muy gracioso.

Pregunta: Ha hablado del autor, Iñigo Ramírez de Haro, conociéndolo debe haber muchas cosas que diferencien esta propuesta del resto que compone la cartelera...

Terele Pávez: La verdad es que no conozco su teatro, y a él lo he conocido con esta obra y realmente es un texto muy divertido y muy inteligente. Es una función para verla no para juzgarla... es una comedia para divertirse nada más y nada menos.

Pregunta: Ha comentado que hacía muchísimos años que no hacía comedia ¿es más complicado quizá que hacer drama?

Terele Pávez: Yo estoy convencida de que en esta vida lo difícil es hacer bien algo, incluso un dobladillo en un mantel... me da lo mismo el género... lo que sea hay que hacerlo bien. Unos piensan que unas cosas son más complicadas que otras, yo creo que todo es difícil...

Pregunta: ¿Qué le pide a un personaje para asumirlo, para decir “quiero hacerlo”?

Terele Pávez: Hombre... elegir no puede nadie. Yo creo que muy pocos podemos elegir, yo no puedo elegir qué teatro puedo hacer, a mí me ha surgido estoy y me ha parecido maravilloso, pero no es porque yo lo elija, ojalá pudiera hacerlo... y tal vez lo hubiera elegido... pero no pertenezco a estos actores que eligen, a mí me ha llegado en un momento de mi vida que me parece que estar dirigida tan bien, con un texto difícil, porque es un reto, como se dice ahora, porque no es lo que domino... si es que domino algo... entonces tiene tantas cosas positivas para mí, que lo primero que pedí fue trabajar con buenos actores, era lo que más me preocupaba... porque estas obras han de hacerlas muy buenos actores, yo no soy protagonista... es una obra coral. Yo puedo ser el nudo gordiano pero nada más. Necesito trabajar con gente así, soy feliz porque todo esto hace que la obra crezca y sea buena... y también para el público que es testigo de algo con auténtica calidad. Gustaremos más o menos pero habremos hecho algo de calidad.

Pregunta: ¿Es difícil encontrar buenos actores actualmente?

Terele Pávez: Creo que hay más actores que nunca, más actrices que nunca, más teatro que nunca... creo que tenemos los actores soñados, lo que queríamos ser... con una preparación que antes no teníamos, también hay otros medios... ahora hay una gente joven que ¡caramba! Con una afición, con una disciplina... el teatro está más reforzado que nunca.

Pregunta: Tiene una larga trayectoria seguramente llena de anécdotas maravillosas y experiencias inolvidables...

Terele Pávez: Sí desde luego, pero fíjate siempre lo último es lo mejor, el último personaje es el mejor y la última obra y compañeros son los mejores... y también lo que más te cuesta y lo que más te duele, donde más pones... siempre es el último trabajo y es en el que te das cuenta de que empiezas de nuevo. En el teatro naces constantemente... no acabas de aprender nunca, parece que es una frase hecha pero es la realidad, porque acertar es muy difícil... siempre tienes que estar vivo, tienes que estar con las energías muy positivas... en el teatro no puedes hacer nada de pasada... el teatro exige una cantidad de energía... y eso es aprendizaje diario...

Pregunta: ¿Qué le queda por hacer?

Terele Pávez: Me queda todo!!! Me queda por hacer todo... con más años pero me queda todo... menos Alicia en el País de las maravillas... que a lo mejor algún día hacen una versión en la que Alicia ya es mayorcita... vete a saber... a lo mejor se le ocurre a alguien...

Pregunta: ¿Considera que España se acuerda de los grandes actores. Siente ese respeto en su persona?

Terele Pávez: En mi caso creo que sí. No puedo decir otra cosa, sólo he visto amor, respeto... a mí me han colmado de amor, respeto, risas, cariño e incluso homenajes maravillosos que jamás en la vida hubiera podido soñar... y además he conocido a personas maravillosas... pero en todos los ámbitos, en la cultura y también en la política...se han volcado conmigo y me han dado todo el apoyo que pudiese necesitar... qué más puedo pedir...

Pregunta: ¿Qué le diría al público para que no se perdiese esta obra?

Terele Pávez: Tienen que venir al teatro porque se van a reír de principio a fin Y además van a reír con un buen trabajo hecho con absoluta inteligencia. Es humor, pero humor del bueno, el humor inteligente.

Sofía Basalo.

sábado, 3 de octubre de 2009

... FERNANDO CONDE (MAYO 2009)




“El Mercader de Venecia” es la nueva producción de la compañía que dirige Fernando Conde. Tras “El Lindo Don Diego” el gran actor se ha puesto en la piel de uno de los personajes más ricos e interesantes de William Shakespeare, “Shailok”. Es ésta una producción muy trabajada, con grandes nombres que avalan el interés y el respeto de un gran actor que va más allá de la popularidad de un trío que posteriormente fue Dúo y que queda más que sellada con el currículum que atesora su ya extensa e interesante carrera. Aunque es complicado ser independiente, seguro que cuando la calidad es tal, merece la pena luchar por ello. Hemos hablado con Fernando Conde:



Pregunta: He leído que califica su personaje “Shailok” en “El mercader de Venecia”, como el sueño cumplido de un comediante... ¿podemos entender que es buen tiempo, pues, para cumplir sueños?

Fernando Conde: Yo creo que una de las cosas más hermosas del oficio del comediante es que los sueños se hacen realidad; es de los pocos oficios donde esto, a veces, se cumple y verdaderamente el personaje de “Shailok” es uno de los grandes personajes del teatro clásico, concretamente de Shakespeare, y es un personaje que siempre, desde hace mucho tiempo, me rondaba por la cabeza y mira... echándole un poco de narices y con iniciativa propia... ahí está “Shailok” y “El mercader de Venecia” que es una obra... qué te voy a contar... es quizá una de las más representadas de Shakespeare y es una joya del teatro....

Pregunta: Un personaje interesante... quizá avaricioso y egoísta, pero no sé si en el transcurso de ese juicio del que somos testigos quizá vemos a un hombre que es el único que plantea de una manera clara, que muestra de una manera clara la delgada línea que separa el bien del mal...

Fernando Conde: Sí... pero mira, es que la escena del juicio, teatralmente, creo que es de una perfección absoluta, de construcción teatral... Shakespeare es Shakespeare precisamente por eso... genio de genios... ahí vemos a un Shailok en principio duro, intratable e incluso cruel, pero que poco a poco se va desmoronando y vamos descubriendo a un hombre más humano y luego hay que ponerse en la situación y en la época que ocurre, esto lo coloca Shakespeare en 1470 en Venecia, en el enfrentamiento de los judíos con el pueblo cristiano y quizá la mayor crueldad de la obra no la comete Shailok, en mi opinión tiene lugar cuando Antonio, el mercader, le obliga a convertirse al cristianismo... como puedes imaginar esto para un judío, es una de las mayores humillaciones y crueldades que se pueden hacer... A lo mejor si otro actor interpretase a Shailok, a lo mejor le daba otra visión, la visión que personalmente le he dado y por donde lo he querido llevar es precisamente no hacer de “Shailok” el típico judío implacable, avaro y cruel, sino que hay una parte enormemente humana porque, claro, la situación de Shailok es que tiene una hija a la que ama profundamente pero esta hija además se va de casa con su dinero (fíjate lo que supone eso para un judío) y no sólo se va, es que además se va con un cristiano... pero hay una parte, enormemente tierna que es cuando Shailok se despide de su hija... y efectivamente la parte del juicio, la parte final, cuando el pueblo cristiano lo desposee de todo, es una parte, creo muy humana y desgarradora....

Pregunta: Casi incluso como el final, porque he leído que habéis querido destacar que donde hay amor crece amor y donde hay odio crece odio.... y en ese final nos demostráis que incluso hacia las personas hacia las que dirigimos nuestro odio puede haber amor...

Fernando Conde: Sí, claro. Creo que el final del juicio de Shailok es brutal, es un hombre totalmente destruido. Shakespeare lo soluciona extraordinariamente bien con esa parte final más bucólica, donde existe la risa también para que el público no se vaya con ese mal sabor de boca, porque realmente es amargo lo que le sucede a ese hombre... en esta última parte, en ocasiones, en otras versiones, he oído porque no lo he visto, pero la suprimen... fíjate, y entonces acaba la obra justo con el juicio, lo que me parece un error... ha habido versiones que han suprimido de un tajo esa parte, me parece además de una falta de respeto a Shakespeare porque si lo escribió fue por algo... soy de los que opina que a los clásicos hay que tenerles el máximo respeto y si la obra dura tres horas, pues tres horas... y además, la duración de las obras... no sé, una obra que dure una hora y cuarto se puede hacer larga y una obra que dura tres horas se puede hacer muy corta... todo depende de cómo se haga, de cómo se ponga en escena y de cómo se cuente... la experiencia nuestra respeta íntegramente el texto de Shakespeare y la verdad es que a juzgar por la reacción del público y demás, la gente aguanta perfectísimamente esas tres horas de representación.

Pregunta: Comentaba que ha conseguido hacer este sueño realidad, con narices y arriesgando...

Fernando Conde: Sí, porque mira, hay una serie de actores entre los que me incluyo que hemos ido siempre un poco por libres, autodidactas, no ya por “El mercader de Venecia” o por “El lindo Don Diego” que fue nuestra primera producción, si echamos atrás en el tiempo es inevitable hablar de “Martes y Trece” y este grupo surge por iniciativa de tres actores que están en el paro y en lugar de quedarse en casa esperando a que suene el teléfono, se ponen manos a la obra e inventan una cosa divertidísima que ahí está para el que lo quiera o lo pueda superar ¿verdad? Hemos hecho reír a muchísima gente, lo que es un patrimonio extraordinario del que me siento orgullosísimo y yo he funcionado siempre así, con lo que cuando el teléfono no suena y en lugar de quedarte en paro en casa, lamiéndote las heridas, pues yo he sido de los que ha tomado siempre un poco la iniciativa y hace unos cinco años aproximadamente, con mi mujer, decidimos formar una compañía teatral, entonces la primera producción como te decía fue “El lindo Don Diego” una joyita cómica del siglo de oro, una delicia, y nuestro segundo proyecto (mi mujer me decía “estáis locos”) fue “El mercader de Venecia” que me rondaba desde hacía mucho tiempo y ahí está... te digo todo esto, porque además somos una serie de actores que... yo sé que “Shailok” o “Ricardo III” por ejemplo, los grandes personajes del teatro, yo sé que a mí del Centro Dramático Nacional no me van a llamar para hacer estos personajes... seguramente me llamarían pero para ofrecerme un papel que no sería “Shailok”... con lo que como no me lo pague yo, como no lo haga yo... no pertenezco a una serie de normas por las que actualmente se rige el teatro y entonces “Shailok” se lo hubieran ofrecido a otro compañero, con todos mis respetos para todo el mundo... pero yo creo saber muy bien dónde estoy, qué lugar ocupo dentro de la profesión... y yo no soy muy dado a cuadras... pero me entiendes... ¿no?

Pregunta: Te entiendo, pero viendo tu trayectoria y tu trabajo sobre los escenarios y leyendo tu currículum... no queda más remedio que preguntarse ¿cuáles son esas normas que rigen el teatro y que impiden interpretar grandes personajes a un gran actor como tú?

Fernando Conde: Gracias... pero no sé, yo creo que la obligación de un actor y precisamente lo que hace hermosa esta profesión u oficio (me gusta llamarla oficio) una de las cosas más hermosas es que te da la capacidad para interpretar hoy una joya, un juguete cómico y hacer que el público se desternille de risa, como era “El lindo Don Diego” y a renglón seguido ser capaz de interpretar “Shailok” que no tiene absolutamente nada que ver... y un próximo montaje, no sé cuál será... pero habrá un tercer montaje, seguro... quizá sea un clásico o algún otro contemporáneo... pero creo que una de las cosas por las cuales merece la pena este oficio es ése no caer nunca en la rutina y tener la capacidad de hacer reír, de hacer llorar... y sobre todo de transmitir una serie de sensaciones... y es un gozo saber que lo que estás haciendo en escena se transmite como una corriente eléctrica al público y éste calla cuando tiene que callar, y ríe cuando tiene que reír... y casi lo secundario es el aplauso... lo que más me emociona del teatro es sentir el silencio del teatro... cuando el actor hace una pausa concebida por él y sabe que ahí si hay quinientas personas, hay mil ojos pendientes de cada gesto, de cada pausa... esto es lo que hace hermosa esta profesión...

Pregunta: He leído que perteneció a la Compañía Nacional de Teatro Clásico...

Fernando Conde: Sí, hice con la CNTC cuatro montajes. En la época cuando Adolfo Marsillach era director del INAEM y el director de la compañía era Rafael Pérez Sierra, que por cierto ha hecho la versión de “El Mercader de Venecia”... Hice “La dama duende” de Calderón dirigida por el maestro José Luis Alonso, maravilloso... yo creo que es el director con quien mejor he trabajado, que mejor ha dirigido a los actores... luego hice “El caballero de Olmedo” con Carmelo Gómez, dirigida por Miguel Narros, hice “No hay burlas con el amor” de Calderón también dirigida por Dennis Rafter, el mismo que ha dirigido “El Mercader...” y luego intervine en “La gran fiesta barroca”, un auto sacamental de Calderón que se representó en los fastos de 1992, cuando Madrid fue capital cultural europea, entonces se hizo un espectáculo soberbio, maravilloso que duró ocho días, se hizo en La Plaza Mayor... fue el gran mercado del mundo... yo interpretaba “El Mundo”... unos versos calderonianos impresionantes... aquel espectáculo fue algo inolvidable... Luego la Compañía Nacional de Teatro Clásico que yo conocí, porque yo todavía la pillé en la época brillante, desafortunadamente y con todo mi respeto para quien la rige ahora... mi concepción de lo que debe ser una Compañía Nacional de Teatro Clásico... ahora no está muy acorde con ello... con la idea inicial que tenía Adolfo Marsillach que fue su creador.

Pregunta: ¿Por qué?

Fernando Conde: Pues chica, no lo sé... es difícil de explicar... priman una serie de conceptos de cómo decir el verso, cuando el verso tiene que sonar a verso y hay mucha gente que está empeñada en que el verso no suene a verso... y el verso tiene una cadencia, se rige por unas normas, hay que respetar una serie de acentos, una serie de pautas y se puede hacer pausas y se puede cortar el verso... el verso es de una riqueza extraordinaria y cuando le coges el tranquillo, es una delicia... poder decirlo... yo he asistido a alguna de las representaciones, no sólo de la CNTC sino también de otras compañías, y dicen a Calderón como el que va a tomar una caña... y no es ése el concepto que tengo yo de cómo debe decirse el octosílabo...

Pregunta: Con lo que estima que el Teatro Clásico, el verso, sigue siendo algo así como una asignatura pendiente... y también del público al que parece que le cuesta entrar en el verso...

Fernando Conde: Mira yo te voy a decir mi experiencia con el verso y creo que son en total nueve títulos de clásico y el público, de verdad si pones en escena bien puesta, por ejemplo “La dama duende”... y lo recuerdo como si fuera ahora, esto fue en el año 1990, dirigida por José Luis Alonso... yo he visto a la gente... a Calderón se le tiene, se le conoce más por los grandes dramas de honor... pues es una comedia de una construcción tan perfecta, es un vodevil en verso y del siglo XVII, yo he visto a gente desternillada de la risa con Calderón... es decir, al público le cuesta entrar si lo haces mal, porque entonces empieza a moverse en la butaca y empieza a toser... y claro, pero si consigues hacer una buena representación, la belleza de Lope de Vega, de ese “Caballero de Olmedo”... esas décimas de Don Rodrigo... si es que el verso fluye solo... si se dice razonablemente bien... así que no creas que el público entra mal... y en cuanto a la asignatura pendiente del actor... sí, hay mucha gente, compañeros, que tienen al verso como algo... ya me pasaba cuando era estudiante en la Escuela de Arte Dramático hace ya mucho tiempo... nos daba clase nada menos que Don Manuel Dicenta... y entonces, ese hombre decía el verso... no puedes imaginar cómo... era una delicia... y había muchos compañeros que no asistían a la clase de Don Manuel Dicenta porque lo creían anticuado, iban más hacia un teatro de vanguardia, cuando en realidad todo el teatro moderno, pero todo, ha mamado de los clásicos, si es que está inventado, lo hicieron ellos... si es que la construcción teatral, la inventó Calderón, la poética del teatro clásico del verso es de Lope... Lope es un poeta de una calidad extraordinaria y la rabia es que Don Francisco de Quevedo no le dio por escribir teatro, porque claro, como poeta es la “releche”... con lo que sí, es un poco asignatura pendiente.... A mí, particularmente, me encanta... lo disfruto...

Pregunta: También he leído que Don Manuel Dicenta os comentaba que el teatro lo compone alguien que escribe cosas interesantes y alguien que sepa decirlas y transmitirlas... que ésa es la esencia del teatro, y el resto es envoltura....

Fernando Conde: Sí, claro... hay obras por ejemplo “El Mercader de Venecia” que se pueden hacer hasta en vaqueros.... si se hace bien y se dice bien y se cuenta bien y se transmite bien aquello que escribió Shakespeare, hasta en vaqueros se puede hacer... ahora que lo quieres envolver, respetando una época, una riqueza en vestuario, en escenografía, en luces... pues por supuesto, yo trato de hacerlo, para que estéticamente resulte una cosa además de interesante en cuanto a lo que cuentas, que resulte una cosa bella de ver... la esencia principal del teatro es algo interesante que contar y contar con alguien que lo cuente bien, claro. Es la esencia pura y dura del teatro...

Pregunta: Y ¿No cree que hoy se le da más importancia a la envoltura que a la esencia?

Fernando Conde: Sí, totalmente sí y sobre todo en grandes montajes subvencionados en donde se tira con pólvora ajena, no con la propia a base de créditos como es mi caso... y de verdad que como compañía privada puedo decir bien alto y retar a ver qué compañía privada hace un montaje como el que he hecho yo de “El Mercader de Venecia” con el presupuesto que hemos tenido y todo, todo, con una subvención de 20.000 euros que nos dio la Comunidad de Madrid sobre un coste total de 210.000 euros... ¿Dónde viste la obra?

Pregunta: La vi en Getafe.

Fernando Conde: Bueno pues la escenografía, que por cierto no estaba completa, porque no cabía... es que llevamos dos trailers de diecisiete metros y claro en todos los teatros no se puede montar la escenografía, pero con todo, en Getafe es de los sitios donde más o menos lució un poco la escenografía... pero yo vamos lo digo sin pedantería ni prepotencia pero es que veo gente por ahí que con una cámara negra... y dicen que eso es lo moderno... y chica yo... a mí me gusta que Shakespeare luzca y hay que vestir las obras.... ahora, que no sea todo envoltorio, porque efectivamente ves cosas por ahí que dices “cada escena es un cuadro pintado” pero luego rascas y debajo de eso... no se dice bien, no se actúa bien, no se produce bien... entonces para eso vas al Museo del Prado y contemplas a Velázquez, a Goya...

Pregunta: Hace unos dos años en un medio de comunicación te preguntaban acerca de la vuelta de los actores consagrados a los escenarios y respondías que “volvían los actores que realmente valen y que los hay con cierta fama por la televisión y el cine y esos no se mantienen”. ¿Tienes la impresión quizá de que tras dos años en el escenario triunfan estos últimos y que los actores que valen realmente vuelven a la televisión por ejemplo?

Fernando Conde: No, es que son medios distintos... y a pesar de todo vuelve y se mantiene el que está capacitado para ello... es que hay grandes estrellas del cine, no citaré nombres porque “no me da la gana” que no han pisado un escenario en la vida... a mí se me llevan los demonios cuando lees en la prensa “El gran actor.... o La gran actriz....” y resulta que la gran actriz “fulanita de tal” ha hecho sólo cine y “Doblaba”... entonces, a estos, yo los llamo “Modelos cinematográficos” lo que está muy bien... es decir, que a lo mejor yo no tengo esa capacidad, pero a todos estos los pones encima de un escenario y duran cinco minutos porque no saben, porque el teatro es otra cosa, es que el teatro... cómo te diría... es como la prueba del algodón y yo no concibo... La palabra “actor” es algo más... no concibo a un “actor” que no se haya subido nunca a un escenario, de hecho todos los grandes actores a nivel mundial, Todos, desde Al Pacino a Dustin Hoffman, Robert de Niro... los grandes, grandes han hecho teatro y para empezar han mamado el teatro... y a la menor ocasión que han tenido, se han mojado y se han subido a un escenario, mira concretamente Dustin Hoffman hizo el “Shailok” en Londres, además en Londres en tierra de Shakespeare... es otro concepto, porque toda esta gente que fíjate si están forrados de millones, que no tendrían porqué, pero lo hacen por prestigio, es porque la esencia pura y dura del “ser” del actor es fundamentalmente el teatro. Un buen actor de teatro puede ser un excelente actor de cine, pero no siempre sucede a la inversa... por supuesto hay gente que hace mucho cine y ahí sí te digo nombres, Carmelo Gómez, que es un actor estupendo con el que hice “El caballero de Olmedo” y ese sí es actor y ha mamado el teatro... y hace cine, pero a la menor oportunidad que tiene se sube a un escenario y dice “Cuidado que yo sé hablar muy bien y tengo una voz estupenda y puedo hacer a Lope y lo que sea”... pero luego hay lo que llamo “Modelos cinematográficos” que te dicen igual “te quiero” que “te odio” y desconocen los matices, todos los matices... y la verdad es que eso lo llevo bastante mal, sí...

Pregunta: ¿Y los “Modelos televisivos”?

Fernando Conde: Ah... eso ya es para echarle de comer aparte... porque estás viendo algunas series en la tele... y estás todo el rato con la oreja aquí... ¿qué ha dicho?... ¡¡si es que no vocalizan!!... si es que claro, son lenguajes distintos... a mí me ha ocurrido hacer cine, una película, dirigida por la que han hecho ministra de cultura Ángeles González-Sinde, y me viene el de sonido y me pide por favor que no vocalice tanto... me quedé... hombre es que cada letra y cada sílaba tiene su sonido, la doble “L”... pues en Aragón se pronuncia... yo no concibo esas cosas... Por eso mucha gente que hacemos fundamentalmente teatro, luego hacemos cine y lo primero que nos dicen es que no estemos tan sobreactuados...

Pregunta: Creo que comenzaste con Tamayo con una obra de Buero Vallejo “La detonación”...

Fernando Conde: Sí, ésa es de las primeras cosas que hice, pero no la primera... yo debuté profesionalmente estando todavía en la Escuela de Arte Dramático con Marsillach en una serie que se llamaba “Silencio, estrenamos”... yo estaba en segundo de Arte Dramático y vino Marsillach a dar unos cursillos a los chavales y me hice una escena junto a Verónica Forqué, somos de la misma promoción y al mes de aquello, mira por dónde, recibo una llamada en casa que no podía creerme y es que era el ayudante de Marsillach para contratarme para cinco capítulos en aquella serie, con un papel además bastante importante... y luego hice el musical “Gospel” en la época fue un éxito absoluto, estuvimos en Madrid y luego hicimos gira por toda España... yo tenía, fíjate, veinte añitos... y luego sí, con Tamayo hice “La detonación” de Buero Vallejo...

Pregunta: Con toda esa experiencia, con todo ese currículum...

Fernando Conde: Sí, he tenido mucha suerte, la verdad es que me considero afortunado porque he trabajado siempre con directores... Tamayo, Marsillach, José Luis Alonso, Narros, Gerardo Malla... en ese sentido la verdad es que me siento afortunadísimo... y los papeles que he hecho en teatro siempre han sido papeles protagonistas o en fin...

Pregunta: Con toda esa experiencia ¿Cómo contemplas el teatro en la actualidad, Albert Boadella me decía el otro día que le falta “excelencia”...?

Fernando Conde: Sí, pues sí... hacer grande el teatro, darle el sitio que en realidad le corresponde... el teatro es magia, hay que envolverlo de todo eso... que no sea demasiado accesible para todo el mundo... por eso a veces se dice que el actor es un “divo” y no es eso, pero por parte del público tiene que haber cierta inaccesibilidad hacia lo que luego ve en el escenario, porque es que si ves a alguien sobre el escenario y no se le entiende y habla coloquialmente... pues entonces llegas a la conclusión de que cualquiera puede hacer teatro... y no es así... hacen falta una serie de condiciones... voz, vocalización, saber estar sobre el escenario y hasta cuando no estás sobre el escenario... hasta cuando estás entre cajas hay que ser actor... hay que saber andar entre cajas, no hacer ruido, andar como los gatos... es que son una serie de cosas que desgraciadamente... hay veces que me enfado mucho, en mi propia compañía también, porque no le dan valor a esto... cualquier cosa puede distraerte, te puede sacar...

Pregunta: ¿Quizá falte respeto?

Fernando Conde: No creas, la gente valora lo que ve... cuando ve alguna cosa que le llega... se vuelca... yo creo que existe un gran respeto hacia el actor y la actriz de teatro... sí, la gente de tonta no tiene un pelo y sabe discernir...

Pregunta: “El Mercader de Venecia” está de gira, pero llegará a la capital ¿verdad?... y supongo también que aunque no lo quieres decir, tendrás más proyectos para tu compañía...

Fernando Conde: Sí... aunque “El Mercader de Venecia” aún no está muerto... estamos dentro de la red de teatros de la Comunidad de Madrid y estamos pendientes de, como dices, entrar el Madrid... este espectáculo quiero presentarlo en Madrid... pero claro no es fácil, este tipo de espectáculos no tiene demasiados recintos en los que poder encajarlos... el Español está vetado, bueno, no está vetado sino que la programación que lleva Mario Gas por lo que sea... chica, he mandado dosieres a todos los teatros, pero lo que hablaba antes, que yo voy por libre, que no pertenezco a ninguna cuadra determinada, entonces se me hace bastante difícil...

Pregunta: ¿Es difícil ser independiente hoy en día?

Fernando Conde: Muy difícil, hija... entonces estamos pendientes de contestación precisamente de Albert Boadella, porque nos vio en Alcorcón y la impresión es buena, le interesó... es decir, creo que iremos al Teatro del Canal, creo... yo como Santo Tomás, hasta que no lo veo... nada, aunque la impresión, ya te digo, es buena... y estamos pendiente de eso que nos dé fecha... y sería un recinto estupendo, porque ahí sí cabe todo el escenario... los medios técnicos que tiene creo que son impresionantes.... ¿y una próxima obra?... bueno, no hay títulos ni nada... todavía no he pensado cuál, pero hay muchas obras... puede que sea un clásico... sí...

Sofía Basalo.

jueves, 1 de octubre de 2009

... JUAN CARLOS PÉREZ DE LA FUENTE (DICIEMBRE 2008)




Juan Carlos Pérez de La Fuente asegura que “La vida es sueño” es la obra cumbre de nuestro teatro y que Segismundo, cuyas palabras serán las últimas que se escuchen sobre el escenario del Teatro Albéniz, es el Hamlet español. Sobre esta base, el director manchego se ha puesto manos a la obra, y junto a Pedro Manuel Víllora, ha llevado a escena una nueva lectura del texto Calderoniano, siendo ésta más directa (han eliminado mil versos) más humana, más descarnada casi y más rotunda. De este nuevo proyecto abordado desde su productora, que cumple ya cuatro años, del teatro y de este país que “huele a podrido” hemos tenido la oportunidad y el placer de charlar con Pérez de La Fuente:

Pregunta: ¿Dónde está la verdad?

Juan Carlos Pérez de La Fuente: Creo que hay que buscarla todos los días. Se encuentre o no, estamos en un mundo donde creo que tenemos la obligación de buscarla. Buscarla en la política, buscarla en la mirada curiosa que hemos de tener todos los seres humanos y ahí Calderón nos aparece con un texto de hace cuatrocientos años y Velázquez en la pintura, en la misma época, en las Meninas... donde nos obliga a preguntarnos ¿dónde está la verdad?... fíjate cómo gentes del teatro preguntan ¿dónde está la verdad. En el escenario o en la vida?... pues ambas son verdades, muy particulares...

Pregunta: Sí, en el dossier de prensa se incluyen textos de estudiosos de la obra de Calderón y en uno de ellos se comenta que Calderón de la Barca afirma o casi está convencido de que no hay consistencia del ser en la sociedad, que ésta es el reino de la apariencia, de la ficción, del sueño... y no sé si en algún caso de la pesadilla...

Juan Carlos Pérez de La Fuente: Sí... no nos olvidemos que este texto se escribe en un momento de una gran crisis de todo tipo... económica, existencial... casi como la de ahora... hace cuatrocientos años... los dos pilares que habían sustentado todo aquel mundo que era la monarquía y Dios como conceptos, la iglesia, se están viniendo abajo y curiosamente, a través del arte vemos que esto es una realidad... por eso la obra es moderna, porque la duda se convierte en protagonista. Yo creo que la duda es el abandono de los seres humanos, cuando se cortan los hilos con Dios y hace que el ser humano se quede absolutamente inconexo y busca y se busca tratando de dar sentido a su vida... a su existencia... pero desde el plano político yo creo que la obra “La vida es sueño” cada vez va más poniéndonos delante un espejo y por desgracia los políticos cada día nos copian más a los profesionales del teatro, creo que la sociedad, no española ya, mundial, el teatro está más en la calle y en los parlamentos y en los foros políticos que en los escenarios y eso no es bueno... no habla bien de la salud de un país...

Pregunta: Esto último... es teatro mal entendido... en el “mal sentido de la palabra”... ¿no?...

Juan Carlos Pérez de La Fuente: Totalmente. El teatro busca la verdad, una verdad orgánica, sabemos que es una convención, un juego maravilloso que los actores que están representando unos personajes están haciendo, cuando se hace, arte de la mentira. Al político hay que pedirle que no entre a ese juego, porque entonces convierte la política en la interpretación y el objetivo del teatro es reflexionar, entretener... pero el objetivo de un político es el bien común... son muy distintos... ahora, las últimas elecciones que ha habido en España donde asistimos atónitos a esa puesta en escena que se hizo a través de televisión de los dos candidatos donde se vigilaba el color de la corbata, los colores que había en la escenografía, la temperatura... eso es puesta en escena... eso siempre va encaminado a manipularnos a mentirnos, eso es el teatro mal entendido...

Pregunta: Ha comentado que este texto aborda las grandes mentiras que impone el poder para manipularnos, precisamente... ¿Y el ser humano, el ciudadano, sin esas mentiras, ante la duda, somos suficientemente valientes como para enfrentarnos al vacío de la duda...?

Juan Carlos Pérez de La Fuente: Ahí está la clave. El poder es inteligente, sabe que el ser humano necesita un bálsamo, ellos creen que necesitamos que nos mientan y no es verdad. Yo creo que el teatro entre las muchas funciones que tiene, una es acompañar al hombre en ese camino doloroso y duro, como Segismundo, donde se enfrenta a su existencia, donde no podemos buscar continuamente que otros nos solucionen los problemas, yo creo que ahí está la clave... el teatro, minimamente, porque sino, seríamos unos pretenciosos, trata de no sólo poner un espejo y decir allá te las apañes... tampoco de dar soluciones, sino de crear preguntas... y sobre todo que mujeres y hombres del siglo XXI sean los que de verdad construyan su vida, que nadie la construya por nosotros. Antes se llamaba destino, ahora se trata de manipularnos, quizá en televisión es el mayor ejemplo... esa extraña obsesión, decías... la televisión qué ejerce... como una especie de alineación sobre nosotros... y el teatro nunca... hay un cierto tipo de teatro que quizá sí vaya por ese camino... pero este tipo de teatro del que estamos hablando, no.

Pregunta: ... Y es el teatro en el que se ha centrado y el que quizá más valora...

Juan Carlos Pérez de La Fuente: Claro. Creo que podemos convivir, como sucede en la cartelera madrileña, londinense o neoyorquina... un teatro de ocio me parece absolutamente lícito, la gente quiere salir un sábado y tomar unas copas e ir al teatro y ver un musical. Perfecto. Yo no lo critico, ahora si nuestro teatro es sólo un teatro musical, donde todo está levemente inclinado hacia el melodrama o hacia la comedia... creo que hace falta un teatro crítico, un teatro molesto, incómodo para el poder, siempre... porque el teatro ha ejercido siempre una especie de pepito grillo que hace que digamos “sí, pero no”... “usted trata de mentirnos”... y ese tipo de teatro que no creo que sea revolucionario ni mucho menos... es un teatro necesario... tiene que estar en la cartelera madrileña y en las carteleras de todos los teatros mundiales...

Pregunta: Comenta que no es un teatro revolucionario... pero últimamente se dice que el único acto revolucionario en la actualidad es el acto de “pensar”... con lo que si ese teatro necesario nos hace pensar... es en cierta medida revolucionario...

Juan Carlos Pérez de La Fuente: Sí... yo decía revolucionario, este año que estamos celebrando el doscientos aniversario de aquella... no sé cómo llamarla... revolución de un pueblo, de un país, ante un ejército invasor... yo no creo en la revolución que pasa por las armas... creo que por cada persona que muere, es un fallo del ser humano... pero creo que la mayor revolución, estoy absolutamente de acuerdo contigo es el pensamiento... un hombre y una mujer que piensan son un hombre y una mujer que caminan hacia la libertad... no que sean libres, porque creo que eso hay que ganarlo todos los días... la libertad es algo efímero, casi como el cristal que se rompe y que tienes que estar, y eso te crea algunas veces angustia y ansiedad, todos los días luchando por ello, no quedándote en los tópicos, no quedándote en dos ideas que sí, el poder quiere, fíjate lo que han hecho en España, dividirla en dos grupos, unos y otros... para unos los buenos, para otros los malos... eso es una labor reduccionista totalmente... hay que poner siempre la palabra “según” delante y eso pretende el teatro...

Pregunta: Hablaba del doscientos aniversario del dos de mayo... qué bonita puesta en escena realizó en “Puerta del sol”...

Juan Carlos Pérez de La Fuente: ... Y qué compleja... te doy mi palabra que de los grandes retos que como director me he tenido que enfrentar... uno de ellos fue éste... donde en un escenario de diez metros de boca por ocho de fondo había que meter la batalla de Madrid, caminar, acompañar a aquellas personas, a aquellos pobres seres humanos madrileños y muchos españoles, porque aquí había de todo... como siempre ha pasado en Madrid... ha sido para mí una prueba de fuego como director y son esas cosas que te hacen crecer porque lo pasas muy mal y muy bien, al cincuenta por ciento... pero creo que para eso también estamos los profesionales... había gente, mis colaboradores, la mayoría de ellos cuando leían el texto y les decía lo que quería hacer me decían “Juan Carlos esto que quieres hacer es muy difícil, creo que no se puede hacer...” Se puede hacer todo, quizá ahí demostramos que en los escenarios se puede... fíjate, parece que el cine siempre nos lleva una batalla ganada ahí... y sin embargo en un escenario pequeño, no excesivamente grande contamos esa batalla... estoy contento de los resultados...

Pregunta: Sí, hace poquito tiempo me han comentado que en el teatro se puede hacer todo y no hace falta tanto para ello... Quizá ganas, ilusión... poco más...

Juan Carlos Pérez de La Fuente: Sí, exacto... se pueden hacer muchísimas cosas... viste la puesta en escena... piensa que el escenario estaba completamente desnudo... lo que veíamos eran las hermosas paredes del teatro que bien iluminadas eran hermosísimas... y seis andamios con ruedas y unas gasas... pero claro, si tú piensas que allí contábamos lo que sucedió no sólo en Madrid sino en el Motín de Aranjuez y nos introducíamos por calles y plazas y nos metíamos en el interior de las viviendas de las casas de los madrileños, claro dices... mira te voy a hablar a nivel presupuesto, la película de Garci costó quince millones de euros... la producción, hasta levantar el telón, fueron seiscientos cincuenta mil euros... entonces dices, qué sucede, que en el teatro como bien dices, se puede hacer casi todo y la mayoría de las veces hay que sugerir no hay que meter la calle de Madrid... hay que sugerir y hay que hacer que sea una ilusión que el espectador lógicamente se crea, entre en ese juego... allí es donde si algunas veces hacemos arte o sale bien, es donde el teatro te devuelve algo maravilloso... es como una especie de parto donde dices cómo es posible que yo me esté creyendo que esto sea una calle de Madrid cuando si analizo sucintamente... hay una serie de elementos pero muy pequeños, muy sencillos...

Pregunta: Yo creo que eso tiene algo de magia... hoy en día es muy difícil crear esa ilusión, no lo hace cualquiera...

Juan Carlos Pérez de La Fuente: Yo creo que el realismo mata casi todo... un día por hacer estas declaraciones en una rueda de prensa en París... me trajo muy malas consecuencias... porque tuve hasta preguntas parlamentarias cuando dirigía el Centro Dramático Nacional... pero entiéndaseme bien, yo creo que el realismo... el teatro no está para meter la calle entera... para eso está el cine... en el cine sí... en el cine te hacen esos decorados y... el teatro es sugerir, son perfumes, son atmósferas...

Pregunta: Sí, yo siempre recuerdo algo que me comentó un compañero a este respecto. Me comparó la fotografía y la pintura con el cine y el teatro. La pintura no podrá nunca plasmar la realidad como lo hace la fotografía, por lo tanto tiene que buscar otros lenguajes... lo mismo ocurre con el teatro y el cine...

Juan Carlos Pérez de La Fuente: Exacto... no lo puede superar... es imposible... ahora llegar a esto de lo que estamos hablando es muy difícil... no es sencillo... te digo que en el caso de “Puerta del Sol” es verdad que nos ha llegado a través de la historia pintura, cine, donde todo tenía un olor además muy costumbrista, no nos olvidemos ese primer Goya que no ha sido nunca santo de mi devoción, esa especie como de postalita costumbrista de colores chillones madrileño, de chulapas y manolas... y a eso me enfrenté y te digo que hubo momentos muy duros en los ensayos... no recuerdo unos ensayos tan tremendos... fueron ensayos de catorce a veinte horas diarias, de casi no poder dormir, de hecho yo tengo una anécdota, me partí la mano en el ensayo general de un trastazo que pegué en la mesa de dirección ante un caballo, esas esculturas que hizo Pepe Hernández maravillosas... que se metió por el patio de butacas contra una butaca... pero, yo también creo que eso también es madurar, el otro día lo pensaba, dije “voy a cumplir cincuenta años y esto lo haces cuando ya vas cogiendo una edad, vas teniendo una experiencia. Has subido muchas cosas a los escenarios, unas veces acertando y otras no... “ yo creo que es un proceso de depuración.

Pregunta: ¿Cómo sienta ahora mismo estar siendo el colofón final de la vida de un teatro como el Teatro Albéniz?

Juan Carlos Pérez de La Fuente: Mira tienes sensaciones muy encontradas... por un lado, mucha gente me dice que voy a quedar en la historia... no me gustaría pasar a la historia por ser el director que montó “La vida es sueño” y las últimas palabras que resonaron fueron las de Calderón y las de Segismundo ¿no?... yo creo que es más hermoso haber contribuido por ejemplo al nacimiento del Nuevo Teatro María Guerrero o del Valle-Inclán. Tengo sensaciones encontradas, cuando sucede en la vida de una ciudad o de un país el cierre de un teatro, algo se ha hecho mal y yo, con los años, cada día me va gustando menos distanciarme y echar la culpa al otro, porque siempre hay un culpable pero nunca somos nosotros responsables, creo que los profesionales éramos absolutamente conscientes desde el año 1986 que este teatro lo cogió la Comunidad de Madrid y han pasado tres gobiernos, el del Señor Leguina, el del Señor Gallardón y el de la Señora Aguirre... sabíamos que ese teatro era privado y que los riesgos eran muchos... y no entendíamos nadie por qué no se compraba... Mira, cuando llegué en el año 1996 a dirigir el Centro Dramático Nacional me encontré que de los dos teatros que tenía, el María Guerrero y el Teatro Olimpia, el Olimpia era privado. La Comedia, sede de la Compañía Nacional de Teatro Clásico era privada... pues lo primero que dije en el Ministerio es “Señores esto no tiene sentido. Por qué se va a estar pagando un alquiler tan alto, comprémoslo” y se compró. El día que se decidió y sabemos que fue Alberto Ruiz Gallardón con Alicia Moreno, posiblemente con las mejores intenciones y yo no lo critico... hacer ese gran teatro del Canal... se condenó y ahí quizá para mí está el error, al Teatro Albéniz. Yo creo perfectamente que se podía haber hecho un gran teatro en el Albéniz, muy poca gente sabe la cantidad de metros cuadrados que tiene ese teatro que fue cine... debajo del Teatro Albéniz hay una antigua discoteca o sala de fiestas que se llamaba Xairo... si tú sumas los metros que hay entre todo, se acerca mucho a los metros que tiene el actual Teatro del Canal, que se abrirá próximamente con Albert Boadella... Ahí hay una reflexión, por qué no se invirtió... yo creo que cada uno tenemos una personalidad, creo que a Alberto Ruiz Gallardón y Alicia Moreno les gusta mucho la obra de planta nueva... ejemplo: Los auditorios de El Escorial... unos maravillosos teatros absolutamente infravalorados... no justifica que para que se hagan unos conciertos en verano, esté ese teatro porque al final es como estas cosas de los nuevos ricos... que tienen un coche maravilloso y luego no tienen dinero para pagar gasolina... entonces, ahora yo quiero pensar que si no es el sentido común el que va a asistir a estas horas difíciles del Albéniz, va a ser la crisis... el teatro el día 21 de diciembre, echamos el telón... las últimas palabras que se escuchen van a ser las de Segismundo... yo creo que esta gran crisis, por noticias que me van llegando, va a suponer que no se van a poder hacer esas obras que se pretendían hacer... esos pisos que querían levantar... y no tardando demasiado, esto va a volver a ser un teatro... pero es triste que esto suceda no por la voluntad del ser humano, sino por una crisis financiera, económica... de todo tipo que hay en el mundo...

Pregunta: La puesta en escena que ha llevado a cabo de “La vida es sueño” es rotunda, valiente, ha escarbado en la humanidad de los personajes, con una versión realizada por Pedro Manuel Víllora...

Juan Carlos Pérez de La Fuente: Particularmente creo que estamos ante el mejor texto de la literatura dramática del siglo de oro y yo me atrevería a decir uno de los textos dramáticos principales del mundo. Un detalle, que lo digo siempre porque me llena de satisfacción y es que “Matriz” la famosa película que nos revolucionó a todos y nos hizo pensar tanto, sobre todo en la primera versión... el libro de cabecera de los dos directores fue, aparte de otras lecturas, de La Caverna de Platón, pero fue “La vida es sueño”. Es un texto grande, importante, lleno de misterios, precisamente por eso es clásico porque habla a todos los seres humanos y lo que hemos hecho ha sido hacer un universo en el espacio escénico para contar esta historia, por ejemplo en el vestuario, con elementos del ayer, del hoy y del mañana... sin anclarlo en ningún tiempo, hacer un espacio escenográfico, simbólico, doce columnas blancas y negras como símbolos de los doce horóscopos, no nos olvidemos que el rey Basilio es astrólogo; la astrología que hoy en día es muy frívola o la quieren convertir en una frivolidad, era una ciencia, es una ciencia... y sobre todo, lo fundamental que los conflictos, las emociones, la energía de esta vida es sueño es de hoy... y no se la hemos prestado a Calderón, Calderón a través de sus palabras, sus conceptos, nos introduce en seres humanos atormentados, en seres humanos angustiados, yo creo que el signo de la modernidad es la duda, la angustia y la contradicción... yo creo que hacen falta muchos ansiolíticos para calmar la angustia del príncipe Segismundo y la angustia de su padre el rey... que toma una decisión equivocada, la de quitar la libertad a un ser humano, en este caso, su hijo... porque los astros le habían dicho que iba a ser un monstruo, un mal gobernante... lo encierra en una cueva, en una caverna... y veintitantos años después tiene la duda de si lo ha hecho bien o no, lo saca en ese portentoso mecanismo teatral de narcotizarlo, llevarlo a palacio y si este hombre se comporta de una manera violenta lo devuelve de nuevo narcotizándolo para que piense que todo ha sido un sueño... yo creo que estamos ante el gran texto por excelencia de la literatura dramática española, hemos tenido la oportunidad de llevar la obra a Berlín, por desgracia y ahí me siento muy incómodo, los alemanes saben mucho más de Calderón que nosotros... claro, cada dos años está puesto en temporada... en Berlín, en Alemania... en muchos de los antiguos países del este pasa lo mismo... y era curioso por lo menos, yo me enfrenté a seis directores alemanes que habían dirigido “La vida es sueño”... no los hay en España y ahí viene una reflexión ¿qué nos pasa a los españoles? Tenemos una especie de colapso entre el pasado el presente y el futuro caótico que nos hace serenamente distinguir la plata de la ganga... somos un país que se siente tan poco orgulloso de sí mismo... que a veces nos dejamos perlas como ésta en el camino... creo que la energía que se está viviendo en la obra es muy de hoy también, es muy moderna... la gente se identifica mucho con ella y hace que siempre los españoles que hemos llegado al teatro clásico con una especie como de miedo, de precaución diciendo “Dios mío, no me voy a enterar de los versos”... hemos sido tremendos, de los tres mil versos originales del texto, nos hemos cargado mil. Así, rotundamente. Esta hora cuarenta y cinco minutos está hecha así limpiando no porque queramos, sino porque el tiempo pasa, estamos en un tiempo tremendamente estresado, tremendamente ágil, lleno de imágenes, donde la palabra tiene que convivir con muchos otros conceptos... eran tiempos donde se escuchaba de otra manera, donde se repetían mucho las mismas cosas... se pensaba que el público era tonto... más que ahora todavía... y hace que la obra llegue directa, la crítica ha sido unánime, hacía muchos años que no se vivía una “Vida es sueño”... tenemos que ir a la almendra de los conflictos... el teatro es siempre conflicto, cuando se acaba el conflicto en el teatro aparece eso... que se nota mucho la carcasa, como que queremos ilustrarlo, queremos... como si fuera un gran sermón... y no... aquí no estamos para sermonear... hemos descarnado a los personajes y la verdad es que es uno de los trabajos de los que estoy más contento... te vuelvo a repetir como en “Puerta del sol”... hace veinte años no hubiera podido dirigir esta obra... son obras, fíjate, vamos a dar al César lo que es del César, Calderón la escribió con treinta y tantos años... lo que te habla de la lucidez de este hombre... de lo culto que era, de la de cosas que sabía y del talento que tenía como dramaturgo, como poeta, como filósofo y como teólogo...

Pregunta: Hablaba de los tres mil versos originales de lo que han eliminado mil... y es cierto, quizá se escuchaba de otra manera e incluso cuando te detienes en unos determinados versos puedes admirar su belleza, aunque luego en conjunto, no puedas dejar de pensar “qué pesadez”...

Juan Carlos Pérez de La Fuente: Pero claro... vamos a ver, aquí hay que hablar muy claro, y así yo creo, me he enfrentado como director, yo he sido un director que he dirigido siempre teatro contemporáneo, es la segunda ocasión que tengo, que hecho obras del siglo de oro español, fue la primera “El mágico prodigioso” también de Calderón hace un par de años, y ahora “La vida es sueño” yo no te voy a negar que durante muchos años, cada vez que he ido a ver una obra de teatro clásico hay momentos en que desconecto, claro... entonces me digo “qué me está pasando que ya no sigo, que no sé lo que está diciendo...” pero vamos a ver, si a los profesionales nos cuesta analizar y los directores tenemos que ir explicando paso a paso, desentrañando los versos de Calderón que es el Barroco, que es una complejidad de pensamiento tremenda... tú dime una obra que empieza “Hipogrifo violento que corriste parejas con el viento...” perdone ¿Qué es un hipogrifo?”... entonces o salimos y decimos “Buenas tardes, la actriz va a decir “hipogrifo” y es mitad caballo, mitad grifo...” bueno no, qué sucede entonces... la poesía es un acto casi individual... quién no ha leído poesía en la soledad de su habitación volviendo a repasar unos versos... el teatro es otra cosa... el teatro sucede en ese momento y todo lo que se escapa al espectador es un fallo del director... los textos nos llegan desde hace cuatrocientos años... y no prostituimos un texto por limpiarlo, por adecentarlo, nunca manipularlo... yo creo que la verdadera barbaridad sucede en el espíritu de una obra, no tanto en la letra, en la palabra... aún así Víllora ha sido absolutamente escrupuloso. Yo le dije “Por Dios, hemos quitado alguna palabra que se ha quedado casi en la época de los mitos, dije, esto no lo va a saber nadie... “ pero en lo que sí hemos tenido sumo cuidado ha sido en que llegara directa y que lográramos que el público participara entendiéndolo todo, no nos olvidemos que hace cuatrocientos años el teatro se vivía de una manera muy distinta a como se vive hoy, en las corralas se hacía un drama, una comedia, se hacían tres actos y entre acto y acto, sucedían muchas cosas... la gente comía, hacían mojigangas y de la misma manera que ahora en la serie de televisión te repiten en el capítulo nuevo lo que sucedió en el anterior, tienes la sensación de que aquí, empezaba el segundo acto recordándote lo que había pasado en el primero, todo esto hoy en día, que haces la obra en una hora y cuarenta minutos, no hay entreactos, todo eso lo tienes que quitar... y volvemos a lo mismo, los directores tenemos que pensar que nuestro teatro está compartido por un público muy heterogéneo, no hay que bajar el listón y decir “voy a hacer una vulgaridad” porque nunca se puede hacer una vulgaridad con Calderón, pero tampoco someter al público a una especie de cansancio tremendo con el que llegue a desconectar y la gente incluso se sienta incómoda... y piense “soy tonta, no me entero”... no, mire, estamos ante Calderón y ante una obra de teatro compleja... y yo creo que eso no sucede con “La vida es sueño”.

Pregunta: Lleva cuatro años con su compañía privada. Concluye 2008, ¿Qué balance realiza. Cómo han sido estos cuatro años, qué espera en 2009...?

Juan Carlos Pérez de La Fuente: En lo profesional, creo que hemos conseguido, después de cuatro años consolidar una empresa. Terminamos la etapa del Centro Dramático Nacional, ocho años y el mismo equipo que tenía, no les podía dejar abandonados... entonces les dije ¿Qué hacemos?... y pensamos y lo sigo pensando a pesar de lo difícil que ha sido llegar hasta aquí... que los directores y todas las gentes del teatro siempre somos un poco quejicas, somos como “aleluyas” nos quejamos siempre de todo... y yo creo que no, que no hay que quejarse tanto, hay que quejarse andando, trabajando... no te voy a negar que a los productores, que a las grandes productoras españolas no les sentaba nada bien que un nuevo productor apareciese en el mercado, porque la tarta tiene las porciones que tiene, ha sido duro, muy duro, sobre todo llevando una línea de teatro... textos como el de Alfonso Sastre... me hace mucha gracia ahora que se ha estrenado “La taberna fantástica”... Pérez de la Fuente producciones hizo “Dónde estás Ulalume, Dónde estás”... bueno, y era mucho más arriesgado que “La taberna fantástica” que es un texto absolutamente cotejado con un éxito en teatro... Ulalume... no era así... hicimos “El león en invierno”... “Óscar o la felicidad de existir”... “El mágico prodigioso”... no ha sido fácil, ha habido que aguantar muchos momentos muy duros, donde no nos contrataban las obras y me decían que por qué no hacía comedia divertida para que la gente se riese... que por qué no llevaba gente famosa del mundo de la televisión... y desde mi silencio he hecho el teatro que creía que tenía que hacer... En el año 2008 que ahora termina los dos últimos espectáculos que he hecho nos han serenado, nos han puesto quizá en un lugar en el que no estábamos antes y creo que ahora estamos consolidados como empresarios también... esta crisis que te decía que hay y que en 2009 va a ser tremenda, que la vivimos todos desde el silencio de nuestra realidad, con la chica que nos hace la casa que de repente se tiene que marchar a su país... con tus padres que los tienes jubilados con 600 euros... pero también es una crisis de ideas, yo creo que para 2009 lo que más me gustaría es que los españoles fuéramos más serenos, más reflexivos, menos mediterráneos, te lo dice alguien que tiene un personaje sobre el escenario que grita y brama...

Pregunta: A quien se le denomina el Hamlet español... el que actúa... en cambio el personaje de Shakespeare es más flemático...

Juan Carlos Pérez de La Fuente: No me cabe la menor duda que lo es, sólo que Hamlet es un chico diletante, muy ocurrente y el pobre Segismundo nuestro es una especie de monstruo que grita desesperado y que sus gritos nos resuenan en el hígado, en la cabeza, en el corazón... en todos los sitios... yo creo que Hamlet es un señorito y Segismundo es un hombre que nace de la tierra... con unas connotaciones más cercanas al ser humano... a mí siempre Hamlet me ha parecido alguien muy alejado de mí, porque yo no soy hijo de reyes, pero tampoco a él se lo hicieron pasar mal... a Segismundo se lo hicieron pasar muy mal...
... A ver si conseguimos llevarnos un poquito mejor entre nosotros... entre los españoles... nos llevamos muy mal, somos un país excesivamente cabreado... y poco reflexivo... las últimas semanas gritan unos, insultan otros, hablan de palabras... la palabra “muerte”... está por ahí continuamente... y dices “oiga, oiga que son palabras mayores”... yo creo que ahí el teatro de verdad no es el teatro ideológicamente afín a unos o a otros, es el teatro como te decía al principio de la conversación que te hace dudar de casi todo, yo creo que al de izquierdas le diría que ponga en tela de juicio a los que se llaman de izquierdas y al de derechas que ponga en tela de juicio aquellas ideologías de la derecha... si todos pusiéramos este “según” delante... la vida sería otra cosa y la convivencia española hace falta que entre en una vía mucho más ágil donde no haya tantos colapsos, donde no haya tantos atascos... no me gusta nada este cabreo que tenemos, porque se lo estamos contagiando a la gente joven... está empezando a aparecer esa otra realidad que ha pasado de la juventud, de los chicos que en Grecia y también aquí, en Madrid y Barcelona... es que no nos ocupamos de ellos, es que nos importan un carajo... es que el político está instalado en esa especie de parlamento hueco y vacío... pero de verdad vamos a ver si entre todos, la clase política se hace más sencilla, mucho más sencilla tiene que ser, sin tanta palabrería, sin tanta frase hueca para llenar titulares y luego que dejen de estar enfadados los unos contra los otros... hay que encontrar otro tono... el tono del gran teatro de España es malo... no es constructivo... yo te diría y mira, me voy a ir al personaje de Hamlet “Algo huele a podrido en España”.... siendo un poco cruel... y luego a nivel profesional hay dos proyectos que... mira te voy a decir uno, que versa sobre una figura muy poco investigada a nivel teatral por lo menos y que estoy investigando y que espero poder daros una noticia antes de terminar el año, es la figura de Santa Teresa de Jesús, me parece una mujer que nos la hemos despachado con dos... desde la película de Ray Loriga donde se va por los territorios del éxtasis y de confundir la mística con el sexo y tal... a esa mujer con los pies en la tierra, enfrentándose a la inquisición... y preguntas que siguen latiendo... ¿era una neurótica? Posiblemente sí... ¿era una loca, una visionaria?... ahí andamos... unida esta figura a una mujer que para mí es la esencia del teatro que es María Jesús Valdés.... y luego ya te contaré porque para finalizar 2009 creo que hay un texto con el que me quería enfrentar, que es “La casa de Bernarda Alba”... Son textos que hacen repertorio... el repertorio de un país... hay que ir investigando en ellos... es hermosísimo que las gentes del teatro digan “yo he visto cuatro “Vidas es sueño” y “Cuatro luces de Bohemia” y tres o siete “Casas de Bernarda Alba””... eso hace el repertorio, eso hace que el teatro tenga toda su idiosincrasia... y son puestas en escenas que basándose en el mismo texto, son perfiles muy distintos... cada director valora unos aspectos y cuando las obras son grandes todo está en el texto... el director ve lo que el texto le provoca en imágenes... entonces yo creo que es bueno que vayamos haciendo repertorio... y con el teatro clásico que tenemos... ojalá haya muchas “Fuenteovejuna” o “Alcalde de Zalamea”...

Sofía Basalo.